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Muevo mi pierna continuamente mientras espero, antes de que el resto aparezca lo hace Stanley.—Perdón por el retraso. Es solo que ya sabes, mis viernes siempre se retrasan por la profesora Arten frustrada con ponernos trabajo hasta morir.
—Está bien Stan, no necesitas explicarlo.—Respondo, el asiente confirmado más para sí mismo y luego se sienta a mi lado.
—¿Entonces no es necesario que me disculpe?—Pregunta.—Porque mis argumentos para que me disculparas realmente eran buenos.
—Quizás si necesitas hacerlo.—Respondo cuando lo escucho, una risa honesta se escucha salir de él.
—Bien, entonces. Realmente lo lamento, Laney. Por el retraso claro.—Sonríe, yo solo asiento.
Abro mi boca para responder hasta que la voz de Richie me interrumpe.—Hola repollos. ¿Qué hacían? ¿Juntaban salivas?—Bromea.
—Hola, Richie. ¿Porque te tardaste tanto? ¿Te ponías tu ungüento?—Stanley pregunta. Richie solo bufa.
—Tus chistes no soy graciosos, Uris. El comediante de nosotros soy yo.—Richie aclara, Stanley solo le sigue la corriente fingiendo que realmente está de acuerdo con su opinión.
Después de un par de segundos entre discusiones Richie y Stanley. Bill aparece junto a Eddie.—¿Saben? El profesor Johnson algún día provocará que me muera. ¿Y como pagará mi funeral la escuela? No lo sé.—Todos miramos con confusión a Eddie, incluso Bill.—Oh, vamos. ¿Lo han visto?
Sonrío en mis interiores, tenía razón.—Lo lamento chicos. Tenía razón una vez más.
Todos me miran confusión.—¿R-razón con que..?—Bill pregunta.—Oh, rayos.
Bill y el resto sueltan un bufido mientras meten sus manos a sus bolsillos para sacar los dólares. La semana pasada cuando tuve que esperar dos horas, aposté con todos a que el próximo también saldrían más tarde de lo debido y así fue.Stanley duda.—Pero me disculpe.—Dice.
—Eso no significa que no me debas dos dólares.
—Lan.—Mira sus dólares con depresión.
—Stan.—Sonrió y se lo arrebató.—Fue excelente hacer negociaciones con ustedes.
—Si fueras Richie, no te habría pagado ni un centavo, ¿lo sabes?.—Stanley aclara.
—Claro que lo sé, Stan. ¡Pero mira la sorpresa! No soy Richie.
—¿Qué hay de diferente entre Laney y yo?—Richie lo empuja.—Porque aclarando yo soy mucho más bonito.
—Miles de cosas.—Responde.—Y quizás la más notoria es que ella es una chica, Tozier. Y tú, eres un hombre ¿no? Sin mencionar que es más linda.
—¿Qué?—Pregunta.—Heffley no es una chica.
—Claro que lo es.
—No lo es.
—Si dices no es una chica, entonces dime, ¿que se supone que es?
—Laney es Laney, claro está. Yo lo sé, tú lo sabes, Bill lo sabe, incluso Eddie que entiende lento lo sabe.
