XVIII

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Al terminar mi almuerzo corro hasta la iglesia, sin pedir permiso entro rápidamente y busco a Stanley. En su lugar encuentro a su padre.—¡Señor Uris!—Saludó al mirarlo.—¿Podría decirme donde se encuentra Stanley? Se lo agradecería mucho.

—El salió hace unos minutos por unas cosas para la misa, supongo no debe tardar en regresar.—Informa.—Puedes esperarlo en el templete en lo que llega.

Le sonrío una última vez al señor Uris y me siento sobre el templete viendo como se marcha. Después de unos minutos las puertas se abren. Stanley está casi tirando todo por el suelo y gritando.—¡Perdón por la tardanza es solo que había una mujer en el supermercado con demasiadas cosas en su carrito!

Yo me levanto y lo miro, el solo habla:—Hola Laney.—Dice sin mirarme y caminando hasta la mesa donde con rapidez pone todas sus cosas.—¿Que haces aquí? No recuerdo tuviéramos planes hoy. Y si los teníamos entonces perdóname por olvidarme de ellos pero tengo demasiadas que planear.

Yo lo sigo observando. Él ha pasado los últimos dos minutos evadiendo el hecho de mirarme.—¿Porque no me miras?—Cuestiono, el frunce el ceño aún sin hacerlo, finge que no es así.

—Te mire hace unos segundos pero mientras hablo contigo necesito también concentrarme en esto.—Responde mientras finge ordenar las cosas.

—Stanley mírame.—Repito, el suelta un suspiro y lo hace, sus ojos están horriblemente hinchados.

—Listo te mire, no sé porque estás tan extraña.—Habla, yo quiero decir algo pero las palabras no salen de mi boca. Quizás debería haber traído a Richie para hablar por mi, después de todo el es mejor en todas estas situaciones, no como yo.

—¿Haz estado llorando?—Preguntó sin más, el niega.—Stanley tus ojos están hinchados. No conozco otra causa por la que se puedan poner de esa manera.

—Se ponen así por no dormir. Y no es como que duerma las últimas semanas muy bien por...Ya sabes porque.—Mueve las cosas en la mesa aún sin hacer nada en específico, otra vez está evadiéndome.

Yo muevo mi mano un poco intentando ayudar.—Déjame ayudar.—El la repele moviendo la suya con rapidez.—¡Señor Uris enseguida le devuelvo a su hijo, solo lo necesito un segundo!

Una vez grito tomo la mano de Stan y lo arrastró fuera de el lugar.—Cualquier cosa que necesitarás decir podrías haberlo hecho dentro.—Habla.

—Te vi ayer.—Sopló sin más. La expresión su rostro cambia.—Vi como te marchabas.

—A-ayer fue una tontería, ni-ni siquiera sé que fue lo qué pasó. ¿Bien?—Me mira, yo abro mi boca para preguntar pero él vuelve a hablar primero.—No necesitas preocuparte, fue una tontería creer eso.

—Stanley.

—Déjame hablar, solo por un segundo.—Murmura.—Te recuerdo a ti en quinto año. Recuerdo que solías no agradarme por robar mis gomitas, pero entonces también recuerdo la primera vez que realmente fui un amigo para ti, fue ese día en que tú madre apareció con su nuevo esposo. Decidiste venir aquí y lloraste hasta quedarte dormida.

—Stan...—Intento hablar pero me vuele a interrumpir.

—Ese día te prometí que no te dejaría sola, y sin importar el cuantas veces rompas mi corazón, o el cuanto trates de deshacerte de mi, es una promesa que planeo cumplir.—Dice.—Si, cuando te vi junto a él en esa ventana ayer, c-con esa sonrisa en tu rostro. Debo admitir que lo entendí, entendí porque me molestaba tanto que él te hubiera hablado de esa manera o el que siquiera después de todo aún fueras su amiga. Entendí que me gustabas, que siempre lo habías hecho y que quizás siempre lo harías. Si Laney, definitivamente estoy enamorado de ti pero eso no significa que tú tengas que sentir...—Dice yo lo vuelvo a interrumpir.

—¡Stanley!

—No significa que tú te debas sentir...—Vuelve a intentar hablar yo lo interrumpo poniendo mis labios sobre los suyos.

Acabo de besar a Stanley Uris.

Acabo de besar a Stanley Uris

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~•~
¿Laney con Bill o Stan?

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