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XVI

—No lo sé Stanley, yo ni siquiera puedo memorizar los problemas matemáticos.—Bufo, el toma su cabello y con nerviosismo camina por el lugar.

—¿Richie?—Cuestiona, el solo está en la máquina de videojuegos de al fondo sin decir nada.—¡Richie!

—Estoy jugando, ¿no lo ves? No tengo tiempo para pensar en estrategias de cómo memorizar esa cosa qué debes decir.—Dice sin despegar la mirada de la máquina, Stanley mueve su pierna con nerviosismo.

—Saldrá bien.—Le hablo, el me mira.—Saldrá de maravilla y te aseguro que cuando pase, tu padre ni siquiera notara que no lo estudiaste, confía en mí.

—Dejen de ser tan positivos. Seamos honestos, no estudiaste ni un poco Stanley. Y lo más probable es que tengas una muerte súbita a la hora de...—Richie habla cuando completo el nivel, yo abro mis ojos más haciéndole una señal de que se calle.—Bien, parece que no saben aceptar mis buenos consejos así que mejor continuó jugando.

La puerta de la sala de video juegos se abre, Beverly entra rápidamente viéndonos y continúa caminando, al parecer debe entregar algo a un chico a el lado de nosotros, una vez realiza eso se acerca a nosotros y habla.—Yo, lo siento.—Me dice.—Todo lo que sucedió es mi culpa, ese raspón en tu barbilla Stanley, que Richie se pusiera a gritar como un loco, que Bill te gritara de esa manera. Yo lamento haberte dicho eso Laney, no debía.

—Beverly.—Intentó hablar pero ella me interrumpe.

—Debí decir que yo había causado que me empujaras. Pero no lo hice, es decir lo expliqué cuando te marchaste pero no cuando debía.—Informa.—Lamento haber iniciado la separación de todo el club, y-yo no quería que esto pasara.

—Está bien.—Le digo, ella intenta sonreír, aunque no lo consigue por estar avergonzada, luego se marcha.

—¡Vaya!—Richie y Stanley dicen al mismo tiempo.

—Como sea, ¿en que estábamos tórtolos?—Richie pregunta.

Stanley frunce el ceño.—¿Tórtolos?—Richie responde con un firme "si" quiero darle un golpe en la cara cuando lo escucho hablar, esta diciendo más de lo debido una vez más y no es tan cómodo.

Camino hasta Richie fingiendo que voy a rodear mi brazo en su hombro y cuando estoy junto a él hablo.—Es solo Richie diciendo tonterías, ¿no es así?—El abre su boca para responder que no pero en cuanto lo hace pellizco fuertemente.—¿No es así Richie?

—¡No! ¡Y deja de hacer eso!—Golpea mi brazo.

Stanley se cruza de brazos riendo y nos mira.—¿Que rayos pasa con ambos?—Pregunta. Richie vuelve a abrir su boca pero en un segundo la tapo.

—¿Conmigo y Tozier?—Bufo.—¡Nada! Es un juego que traemos, ya sabes siempre molestándonos.

—Lan parece que lo intentas asesinar.—Informa.

Yo no quito mi mano de la boca de Richie y hablo:—Déjame aclaramos esto. Solo, ¡espéranos aquí!—Le informó mientras arrastro a Richie fuera de el lugar.

—¿Que demonios te pasa?—Richie limpia su boca.—¿Sabes el horrible olor que tu mano tiene?

Yo frunzo el ceño y la huelo, no huele a nada.—¿Que rayos planeabas hacer ahí dentro?—Le hablo.

El ríe.—¡Oh, eso! Nada importante.—Informa, yo lo golpeo.—¡Que dejes de hacer eso!

—Lo dejare de hacer cuando me respondas de una manera correcta y sin tu nivel usual de idiotez.

Él rueda los ojos y me responde:—Sabes bien lo que planeaba hacer allí dentro.—Dice sin más.

—No lo hagas.

—¿A que le tienes tanto miedo? ¿A que diga que no?

—No, no le tengo miedo a eso.

—¿Entonces?

—Tengo miedo a que diga que si.—Respondo.—No soy lo suficiente Richie, jamás lo seré.

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Actualización.