XIV

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Me miro en el espejo mientras intento limpiar mi cara. Al llegar a casa Arnold insistió en que no había pedido permiso alguno para salir, yo había dicho que lo había pedido que definitivamente lo había pedido. El frente a mi madre me tachó de mentirosa y me dio una golpiza antes de marcharse junto a ella.

—Solo respira Laney.—Me digo a mí misma.—¡Por un maldito día deja de llorar, luces patética!

Mi ojo se ha hinchado, mi labio no deja de sangrar y mi cuello está lleno de moretones. Quizás Bill tiene razón, quizás por ello papá murió, quizás por ello las personas me tratan así, quizás soy un monstruo.

La puerta principal es tocada con desesperación. Yo tomo un pedazo de papel en mis manos y lo pongo sobre mis labios para después dirigirme a la misma y simplemente abrirla.

—Perdón por tardarme tanto pero creí que necesitabas tu espacio y no quería...—Stanley habla agitado.—¿Quien mierda te hizo eso?

—No importa, Stanley.—Le digo.—Ni siquiera duele, créeme luce peor de lo que se siente.

El no me pregunta, simplemente se acerca a mi y con suavidad toma mi rostro en sus manos. Mientras lentamente lo observa, Stanley está siendo totalmente cuidadoso y aún así el dolor no parece disminuir, pero no es algo que planee decirle.—Esto no está bien, Lindsay.

Yo intento decir algo pero no logro pensar en que, estoy cansada de ser siempre la chica a la que es necesario proteger, estoy malditamente cansada.

Estoy cansada de dar tanto, y no recibir nada.
—Fue mi culpa, Arnold tenía las razones suficientes como para hacerlo, yo soy el problema.—Respondo.

—¡Deja de decir eso!—Grita, yo retrocedo.—Maldita sea Laney, tu no eres el problema, el resto lo es.

—Bill lo dijo, no soy la única que lo cree.—Le hablo, el suela un suspiro y acomoda su cabello.

—Bill es un idiota, un completo idiota.

—No lo es.—Respondo.—Quizás no está tan equivocado como crees Stanley. Quizás soy un monstruo, quizás siempre lo he sido. ¿Porque no puedes simplemente aceptarlo y continuar?

—Porque me importas.—Me dice.

—Cr-créeme Stanley lo se, pero no es necesario.—Aclaró.—Eres mi mejor amigo, lo sé. Es necesario que intentes ayudarme pero no es necesario que quieras resolver cada uno de mis problemas, no soy una obligación diaria a la que debes atender, no necesitas preocuparte tanto.

—Necesito hacerlo, Laney.—Me mira. Suelta mi rostro y habla:—Me preocupo más por ti de lo que me preocupo por mí mismo. Y quizás no lo sabes Laney pero para mí siempre serás lo más importante, sin importar nada.

—¿Porque Stanley?

—No lo sé.

—¿Porque carajos preocuparte tanto por alguien como yo?—Insisto.

—Porque te amo.

~•~
A C T U A L I Z A C I Ó N

girly; itDonde viven las historias. Descúbrelo ahora