Haron (cap.26)

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Nuestro enfrentamiento había sido fuerte, ella se enteró de la verdad a medias y la había lastimado, esque cómo diablos esperaba que le dijera la verdad, nisiquiera yo entendía que carajos pasaba, mi historia no era fácil de entender, estaba seguro que apenas se enterara de que lo que vi en ella fue a mi ex  se alejaría y no me equivoqué.

El hecho es que sucedió de la peor manera posible y no voy a negar que sus palabras me hirieron y sé que también yo la lastime a ella, todo eso fue tan innecesario como estúpido.

Pero estaba hecho, después de que se marchó de la casa me bebí toda una botella de whisky en mi habitación, miraba una y otra vez la fotografía hecha pedazos en el suelo y sentía mi cabeza a punto de estallar, no importaba que tanto alcohol bebiera, no lograba dejar de pensar que fui un idiota.

Morgan no pudo tomar mejor decisión,  alejarse de mi era lo que más convenía a ambos.

Fue entonces que mi celular sonó, era Anne ¿Qué diablos quería?
-¿Bueno? Contesté sin muchos modales.
-Haron, ¿Estas ocupado? Preguntó con su voz suave y delicada.
-No es buen momento, dije cortante ¿Qué necesitas Anne?
-Tampoco tuve un buen día, la rubia habló pausadamente ¿Te invito un trago? Dicen que las penas son mejores con alcohol.

Analicé un momento mi respuesta, Anne Johnson era la mujer que había escogido para rehacer mi vida antes de volver aquí, antes de conocer a Morgan, tenia todo perfectamente planificado con ella, la había ilusionado, lo sabía, también con ella habia sido un idiota y de igual manera seguía allí al pendiente de mi, tal vez con ella todo hubiese sido mucho mejor, solo tal vez ella podía ayudarme a aliviar toda esta mierda que me estaba volviendo loco, nisiquiera tenía cabeza para pensar demasiado, solo sabía que debía salir de donde me encontraba o terminaría acabando conmigo mismo.

-¿Estás en tu departamento? Pregunté frío y directo.
-Si, aquí te espero contestó satisfecha.

Me puse de pié y sentí como todo en mi cabeza daba vueltas, cerré los ojos un momento y me frote la sien, estaba hecho un desastre, pero no me importó, tomé las llaves de mi coche y salí rumbo al departamento de aquella rubia que tal vez no haría gran diferencia en mi vida pero era mejor que quedarme bebiendo y maldiciendome.

Puse el auto en marcha y me dirigí a las calles nocturnas de la ciudad pisando fondo el acelerador, no se, tal vez así liberaba algo de la mierda que tenía dentro, cuando llegué frente a su departamento no me di tiempo para analizarlo, su compañía no era tan tentadora para mi, no en este momento, bajé de prisa y cerrando la puerta con brusca fuerza.

Subí al piso que conocía bien, toqué a la puerta y su figura sensual junto con su rubia melena me recibieron con una sonrisa pícara.
-Ey, hola Collins. Dijo seductora.

La miré de pies a cabeza, el vestido rojo que traía puesto era demasiado sugerente, sus pechos estaban casi descubiertos y su falda apenas y cubría sus caderas.

Me detuve en sus ojos verdes bien delineados y Frunci el seño involuntariamente, ella representaba perfectamente todo lo que habia tenido en los angeles y no me habia ayudado a olvidar, no sentí esas ganas de tirarmela y fallar toda la noche, no despertaba nada en mi y me odié aún más por eso, porque era más que evidente que era a lo que venía.

Su presencia era tan vacía,  como la de miles de mujeres que eh llevado a mi cama sólo para saciar mis más bajos instintos por una noche y en la mañana simplemente ya no quería lidiar con ellas, debían irse.

A pesar de todo eso me obligué a mi mismo a darle a Anne lo que quería,  no tenía ningún sentido rechazarla sólo para ir a ahogarme aún más en alcohol.

No iba permitirme seguir pensando en alguien que ya no volverá mas y tampoco en Morgan, a ella la quería lejos de toda mi mierda.
-¿Estas bien? Preguntó Anne pasando una mano por mi mejilla.

Nunca más. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora