Haron (cap.27)

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Cuando la tomé del brazo y la atraje hacia mí, sus confundidos ojos buscaron los míos.

En ese mismo instante sentí algo romperse en mi interior, la vi tan frágil, tan dañada, con los ojos hinchados y la mejilla roja, lo único que quería era abrazarla con la mayor fuerza posible, como si de alguna manera sus pedazos fuesen a pegarse en ese abrazo.

Pero no, eso no iba a suceder, cuando me separé de ella y la observé sentí sus sollozos atravesar mi pecho, sentía culpa e impotencia, sabía que yo era el menos indicado para contenerla.

Y una vez más me hallé sin armas, recordé la noche que todo comenzó, su ex la había engañado y al igual que ahora tampoco sabía que hacer con ella, la rodee con mi brazo y la llevé al auto, comencé a conducir, no se donde pero es lo que hago cuando me siento perdido, me alejo de todos, durante el camino ella no quiso hablar, se pasó entre sollozos y secando las lágrimas que caían involuntariamente por sus rojizas mejillas.

Recordé un lugar, era especial, me gustaba ir cuando era un adolescente lleno de problemas, era una playa, pero era el lado de la playa donde los turistas no iban, había una pila de rocas y se encontraba algo oculta, lejos de la multitud.

Estacione y no supe ni como hablarle, me sentí nervioso.

-Morgan.. deje su apellido al aire, ella levantó la vista y me observó dolida.
-Lo siento mucho dije intentando hacerla sentir mejor. Ambos quedamos en silencio, un silencio que en verdad decía demasiado.

Recorrí el paisaje lenta y tortuosamente, por un momento me vi a mí mismo entre aquélla pila de rocas y el mar, sentí mi propia soledad merodearme hasta altas horas de la noche, años atrás cuando mis padres acababan de morir, yo era un crío molesto con la vida.

Cerré los ojos un momento y recordé la primera vez que ella se acercó a mi, Jennifer Brown era una joven más, podría mezclarse con la multitud sin ningún problema, sus mejores cualidades no eran físicas, con eso no digo que no era bonita, era hermosa pero no era de las que saldrían en tapas de revistas, era ordinaria.

Tan ordinaria que cuando se sentó a lado mío en este mismo lugar, me tomo de sorpresa su atrevimiento, tal fue su osadía que cuando sus bellos ojos atravesaron los míos simplemente dejé de sentirme sólo Y aquello me había tomado totalmente por sorpresa.

Y allí estaba de nuevo, dejando toda mi realidad de lado para perderme en su aroma que conocía de memoria, porque aunque se fue nunca pudo marcharse de mi vida.

Cuando abrí los ojos, Morgan ya no estaba a mi lado, la vi parada de frente a la inmensidad del mar, bajé del auto y caminé hasta ella.

Giró levemente su rostro hacia mí, sin quitar la vista del agua.

- Sabes Haron, eh pasado por muchas cosas, dijo en voz baja. De verdad, sé que la vida es así, sé que todos tienen problemas pero yo te juro que...

Jennifer no pudo terminar la frase, su voz se quebró y sus ojos se cerraron con tanta fuerza que su rostro se desfiguro, pude ver su dolor, pero me mantuve en silencio, observandola, escuchandola. 

Se pasó las manos por el rostro y su mandíbula se tenso.
-Acabo de perder a mi padre, dijo al fin, y esto es lo único que de verdad no me esperaba.

Tomé su mano involuntariamente y la sostuve con fuerza, sus ojos se posaron en ellos.

- Este es un lugar lindo, dijo ella como perdida en sus pensamientos.
-El mundo en gran parte es una mierda, pero éste lugar es especial dije sentándome en la misma roca en la que siempre me sentaba cuando venía, ella hizo lo mismo.

-Gracias por haberme buscado, no tenías porque hacerlo dijo más calmada.
-Quería hacerlo, respondí.
-Si, ahora quiero pedirte algo más.
La miré pero ella no me estaba observando, seguía perdida en la nada.
-Lo que quieras, contesté.
-No vuelvas a buscarme. Lo dijo tan fríamente que quise creer que escuché mal.
- ¿Qué dices? Pregunté enseguida.
Ella permaneció en silencio un largo rato.

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