-No seas tonta, decía Haron riendo, eso no se hace así.
-Si tanto sabes deberías hacerlo tú, reclamé molesta tratando de quitar la cáscara de huevo que había caído en mi preparado, era un desastre.Con Haron veíamos un programa matutino y pasaron la receta de un pastel que se veía delicioso, no llevaba demasiados ingredientes y hasta parecía sencillo de hacer, de verdad no sé en que estaba pensando.
- Ésta es la peor idea que hemos tenido, decía Haron sin poder dejar de reír, ya deberías dejarlo.
-Más bien deberías ayudarme, me limpié la harina de la cara o lo ambarre más, no lo sé.
-Ya, en serio, lo importante es que tratamos, habló Haron conteniendo la risa, me rodeó la cintura y me alejó de aquel caos culinario.
-Soy un desastre, me queje.
-Y lo eres en grande, dijo depositando un beso en mi cuello.
Aquello me hizo sonreir, me giré entre sus brazos para darle un besito en su nariz.
-Te llevaré por un postre preparado, susurró cerca de mis labios como si aquello hubiese sido una frase romántica.
-No esperaba menos de ti, contesté antes de que nuestros labios se unieran en un dulce beso.Sara y Dylan se ausentarian un mes, ya íbamos por los 15 días y confieso que pasé gran parte del tiempo metida en la mansión, no importa si Haron no se encontraba, yo igual venía a leer en su biblioteca o ver una película con Lucette en la enorme TV plasma, me había hecho muy amiga de la gente del servicio y de verdad disfrutaba pasar horas en la enorme tina llena de burbujas de la habitación de huespedes, Sara sabía que estar en casa me iba a deprimir, así que había llamado para decir que podía ir las veces que quisiera.
Mi relación con Haron había mejorado bastante, la cercanía que estábamos teniendo era importante, pasábamos mucho tiempo juntos, horas conversando de lo que sea, tonteando o abrazados, dándonos besos, como si fuésemos novios, no lo eramos, pero yo así me sentía, su humor había mejorado estos días, le gustaba tenerme en la casa, me trataba tan bien, cuidaba siempre que nada me faltara, quería saber cómo estaba y todo el tiempo me regalaba una sonrisa, era tan perfecto, jamás pensé que podría llegar a quererlo tanto, por eso es que odiaba que a veces se apartaba de mi, yo temía tanto perderlo.
Con él nunca se sabe, por eso me dedicaba a disfrutar las atenciones que tenía conmigo éste tiempo, era un amor y yo estaba encantada con cada momento que pasaba a su lado.
No había podido averiguar nada más de su vida ya que preferí no volver a hacer preguntas, temía arruinarlo todo, era mejor disfrutar a su lado estos días que quedaban y quería aprovechar eso al máximo, tal vez nos llebavamos bien justo por eso, porque yo ya no lo presionaba, podia notar que era alguien bastante confundido y queria ganarme su confianza, queria que estos días que pasemos solos lo ayuden a darse cuenta que es a mi a quien quiere a su lado, él era alguien con un mal pasado que no lo dejaba dormir tranquilo y yo le daría su tiempo para adaptarse a mi.
Se hacía de noche y estábamos recostados en el sofa de la sala, mirando una película que se me hizo aburrida, lo que disfrutaba era estar rodeada de sus fuertes brazos, yo ya casi dormía cuando Haron quitó un mechón de cabello que caía sobre mi rostro, levanté la vista y lo encontré observandome detenidamente, se podría decir que estaba hasta concentrado en cada parte de mi rostro.
-¿Qué ves? Pregunté con la voz pesada por el sueño.
Él sonrió un poco para luego pasar su dedo índice por mi rostro, como dibujandolo.
-¿Tú crees en el destino Morgan?
-Tal vez, contesté entre cerrando los ojos, no lo había pensado. ¿Y tú crees Haron? Pregunté.
-Quiero creer, dijo depositando un beso en mi frente.
Solo sonreí para luego acomodar mi rostro en su pecho.
-Tal vez tú eres parte de mi destino, escuché que dijo antes de caer rendida ante el sueño.Estaba tan cómoda con él, nada más importaba.
Cuando desperté en la mañana estaba en mi habitación, sonreí al pensar que Haron me había cargado en sus brazos hasta llegar a mi cama, feliz de la vida me dirigí al baño y me di una ducha calentita, me puse un vestidito beige, casual pero bonito, me miré al espejo, incluso me peine, quería verme bien.
Después de haber estado un buen rato caminando entre la cocina y la sala, comenzé a sentirme ansiosa.
Decidí ir a tocar la puerta de Haron que se encontraba cerrada con llave, me había preocupado que no bajase a desayunar y al notar que se había encerrado me preocupaba peor, pero por más que insistí, no me daba señales de vida, mi cabecita dramática comenzó a trabajar y eso no ayudaba.
Opté por calmarme, seguramente él tenía el sueño pesado ésta mañana y yo aquí imaginando cosas, una pequeña sensación de angustia se instaló en mi pecho pero no podía hacer mucho más que estar al pendiente por si salia de su habitación ¿Debía comer algo en el transcurso de la mañana no?
Que equivocada estaba, las horas pasaban y yo comenzaba a dudar siquiera si se encontraba dentro de la habitación, el silencio era ensordecedor, decidí bajar a la sala de estar, iba a prender la televisión a ver si lograba distraerme cuando el teléfono sonó y como estaba cerca decidí contestar sin la necesidad de esperar que lo haga la empleada.
-Casa de los Collins ¿Quién habla? Dije con mi mejor voz y me sentí tonta apenas termine la frase pero habia creido que seria la manera mas apropiada de contestar.
-Buenos días, dijo una voz femenina del otro lado ¿Se encuentra Haron?
Esperé unos instantes antes de responder ¿Quién diablos era ésta mujer?
-¿Quién lo busca? Pregunté con toda la educación que me inculcaron mis padres.
-Una amiga, lo eh llamado al móvil pero me da apagado, explicó la mujer.
-Él no está, mentí muy educadamente. Salió sin dejar dicho donde iba.
-Oh, que lastima, la mujer agradeció para luego colgar.Bajé el teléfono y me crucé de brazos nerviosa, celosa e impaciente por saber que sucedía. ¿Quién rayos era esa mujer y porqué tanto interés en hablar con Haron? ¿Justo hoy que ando de malas debía llamar?
-Zorra, pensé internamente.Me acomodé en el sillón y me puse a cambiar los canales de la televisión haber que había cuando escuché que bajaron las escaleras, me apresuré en confirmar que era Haron.
Me puse de pié rápidamente con la intención de preguntarle qué le sucedía pero no me dio chance, quedé como una tonta viendo como ignoraba totalmente mi presencia, apenas me miró, salió por la puerta como si estuviese huyendo y nisiquiera me dio tiempo de hablar con él. Genial, era lo que me ganaba por preocuparme tanto.
Sin darme cuenta ya se había ido, era evidente que algo le sucedía y lo peor es que debía quedarme con la duda hasta que regrese.
La noche iba cayendo de a poco, y yo estaba en mi habitación leyendo un libro, o eso intentaba ya que mi cabeza junto con mis pensamientos estaban en otro lugar, no podía dejar de preguntarme quién era esa amiga de Haron ¿Se habran visto hoy? estaba tan concentrada que cuando la puerta se abrió repentinamente salté del susto.
-No quise asustarte, dijo Haron hablando bajo.
Lo miré sorprendida y aliviada al ver que al fin había regresado, me estaba muriendo en la espera.
-No pasa nada, contesté levantándome de la cama.
-¿Dónde has estado todo el día?
Lo vi cerrar los puños y fruncir el ceño pero no me habló.
-¿Pasa algo? Insistí.
- Sí, susurró pero ya no dijo nada.
-¿Qué sucede Haron? Pregunté acercándome preocupada, puse una mano en su cintura y él no reaccionó, se quedó mirándome.-Quiero contarte algo Jennifer, dijo en un susurro bajando la mirada.
Había algo raro en él cuando me llamaba por mi nombre, siempre sentí que no era conmigo con quien quería hablar, decía cosas que no lograba entender y me daba escalofríos, él era demasiado extraño a veces pero me necesitaba y yo no lo iba a abandonar.
-Dime Haron... dije con la voz firme, ocultando lo aturdida que estaba.Él camino hacia mi cama y se sentó, me indicó con la mano que me sentara a lado de él, sin mirarme, hice lo que me pedía.
-Quiero que me escuches, dijo y por su manera de hablar supe que ésta charla no me agradaría.
Hola ♡ ¿Cómo han estado?
¡Poco a poco iremos conociendo los secretos de Haron! Espero que les guste el cap.
No sean malos, dejen sus votos.☆
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Nunca más.
Romance¿Qué pasa cuando pierdes al amor de tu vida y conoces a alguien que te la recuerda tanto que duele? Él carga con la culpa del suicidio de la mujer que ama y llega ella, quien teniendo tantos conflictos familiares decide refugiarse en sus brazos. Jen...