Jennifer (cap.28)

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-Media hora más y nos largamos de éste lugar Yenni, anda, Anímate, te invito unas copas.

Magda pasaba un trapo húmedo por el mostrador que teníamos en frente, sonreía animada como siempre mientras yo jugaba con las servilletas que tenía en frente.

Desde que había conseguido trabajo mi rutina había cambiado totalmente, Magda era mi compañera junto con Bruno, quien se había convertido en un gran consejero emocional, debo decir que ayudaba el hecho de que esté cursando la carrera de psicología.

Ésta tarde había pocos clientes, faltaba poco para la hora de cambio de turno y mi compañera de trabajo quería llevarme de fiesta esta noche.

Habían pasado 3 meses de la última vez que vi a Haron, al parecer en nuestra última discusión en aquella playa ambos al fin aceptamos que lo nuestro no tenía pies ni cabeza, desde entonces perdimos contacto.

Sara me ah contado que ah salido bastante, que prácticamente no lo ve, también dice que planea independizarse, eso hasta que le pedí que mejor ya no me cuente nada de él, la idea era superarlo, no alejarme solamente.

Me propuse salir adelante, me costó bastante conseguir este trabajo, me fue aún más difícil aprender a equilibrar las bandejas con jugos y aún más que todo eso lidiar con personas malhumoradas sabiendo que no me tenía paciencia ni a mi misma, pero logré todo eso, lo superé y hoy día sirvo jugos y limpio mesas como toda una profesional.

Era tan poca cosa pero era mi esfuerzo, era el primer paso que daba sola y estaba orgullosa.

Ya se acercaba el final del año, quedaban tan sólo dos meses, tiempo que planeaba aprovechar al máximo para ahorrar dinero e inscribirme en la Universidad el año entrante.

Al terminar mi horario laboral me quite el delantal y lo colgué en su lugar, tomé mi bolso y salí de allí sola, no esperé a Magda porque la conocía bien, no me dejaría en paz hasta obligarme a meterme en un vestido ajustado para acompañarla a buscar un galán en algún antro, en serio eso no era para mi así que decidía evadirla algunas veces.

Y esque sí, ésta era mi nueva vida, a veces el trabajo me consumía totalmente, mi jefa era una mujer despiadada, que te hacía trabajar más de la cuenta pero no tuve problema con eso, a decir verdad era mejor así.

¿Una mente ocupada no extraña a nadie cierto? En fin, estos meses costaron pero ah valido la pena, al menos eso espero.

Iba caminando distraída, el día había sido pesado, irónicamente una se cansa más cuando no hay clientes, las horas tienen un peso diferente.

Un auto clásico, algo descuidado de color negro aparca cerca mío, era mi compañero de trabajo y psicólogo personal Bruno, quien con una gran sonrisa ya me lo dice todo.

-Ey, dije saludando distraida.
-¿Te doy un aventon compa? Habló animado quitando uno de sus mechones rubios del rostro.
- Ah decir verdad prefiero caminar, no es que me urge llegar a casa para hacer nada el resto del día dije riendo.
-Lo imaginé, anda, hay que comer pizza y quejarnos de la vida juntos dijo mi compañero haciendo un gesto con la cabeza, indicandome que suba.
-Pizza y quejas, tú si sabes lo que quiere una mujer contesté bromeando mientras rodeaba el auto para subir al asiento del copiloto.

Bruno era un amigo genial, Rubio, con ondas en el cabello, era un poco más alto que yo, ojos azules Y sonrisa encantadora, lo que más me gustaba de él era su capacidad de escuchar mis quejas por horas prestando toda su atención a cada detalle.

Fuimos a una pizzería cercana y escogimos una de las mesas de afuera.
-Termine con Camila hoy, dijo el rubio sin más.

Camila era su chica perfecta, estaba enamorado de ella desde primaria y hace dos años que eran novios, incluso decidieron estudiar la misma carrera.

-¿Qué? Pregunté sorprendida, ¿Qué pasó?
-Ella y el profesor de filosofía me han estado viendo la cara de idiota Yennifer, dijo borrando su eterna sonrisa.

Funci el ceño tratando de comprender sus palabras, no sabía ni que decir.
-Han estado revolcandose desde julio, imagínate, de no ser por Betania no los descubría jamás.
-Es una maldita zorra, dije sin pensarlo.

Me sentí realmente molesta, el chico era en verdad genial, la mejor de las personas, no se lo merecía, quise arrancarle los pelos a esa arpía.

-Eso para que veas que ningún conocimiento psicológico ayuda cuando estás cegado con alguien Jenni, se rieron de mi en mis propias narices y no lo supe ver.
-Lo siento tanto Bruno, en verdad quisiera ahorcar a esa hipócrita, la odio. Dime ¿Aceptó que te engañaba?

Bruno sonrió con tristeza y sacó su celular del bolsillo para mostrarlo, Camila no paraba de llamar.
-Tuve que silenciar las llamadas, dijo mi amigo con el ceño fruncido.

De un impulso tomé el móvil de sus manos y contesté la llamada.
-¿Qué diablos quieres zorra? Dije descargando mi enojó, ella quedó en silencio unos instantes.
-¿Tú quien eres, donde está Bruno? Dijo evidentemente sorprendida.
-Esta conmigo ahora dije disfrutando cada una de las sílabas.

Ella colgó y observé el celular con evidente enojo.
Levanté la vista para fijarla en mi amigo quien me observaba boquiabierto.
Ambos quedamos viéndonos hasta que él comenzó a reír, no tarde mucho en seguirlo.
-Estas loca dijo llevándose sus despeinados cabellos hacia atrás.
-Lo sé Bruno contesté siguiendole la corriente.

Una vez más vi como la estúpida vida era injusta con quienes éramos ingenuos y confiabamos, era tan frustrante ¿Cómo no traumarse? Que asco de personas.

Luego de eso cenamos y reímos, Bruno no era de las personas que se deprimen o tal vez lo hacía pero no lo compartiría con nadie.

-¿Y tú ya superaste tu ruptura? Preguntó con una sonrisa de lado, sabía que su pregunta me molestaría.
- Te eh dicho que no existió una relacion real, por lo que no hubo ruptura y por lo mismo no hay nada que superar dije molesta.
-Ya veo que está muy muy superado, Bruno se burlaba entre risas.

Negaba rotundamente que me afectaba pero no podía negar que a veces me preguntaba que estaría haciendo, sentía tanto dejarlo sólo, quisiera saber si ya estaba mejor, si había logrado salir de su confusión emocional, pero era muy consciente de que mi presencia sólo lo empeoraba todo para él.

Y no, no lo había superado pero eso me lo guardaba para mi sola y por el momento estaba mejor así, lejos de él aunque doliera.

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