-¿Qué tal Phil? -preguntó su hermana adoptiva recostada en una cama leyendo una revista-. Es lindo.
-No lo sé, no lo he visto en días
-El azul dice que eres un chico neutro, pero vas a trabajar en una tienda de tatuajes, así que supongo que eso es lo que intentas aparentar -observó mientras lo veía abrocharse unas zapatillas.
-Supongo que me voy por lo seguro
-Puedes ir con Annie -sugirió.
-Fue mi novia hace cinco meses, Viv, no creo que quiera ir a una fiesta conmigo solo para que Patricia te deje salir con Brett
-Vamos Graham, por favor -suplicó haciendo un puchero.
-Esta bien, voy -terminó cediendo- pero definitivamente no iré con Annie, tienes que buscar a alguien más
-¿Qué hay de Justine? Es lesbiana, se llevan bien y estoy segura que se alejara de ti en cuanto vea la gran cantidad de chicas que habrá allí
-Tendrás que hablar con ella -aceptó encongiéndose de hombros mientras se colocaba torpemente un poleron negro.
-Eres el mejor hermano adoptivo del mundo -exageró sin mirarlo, demasiado concentrada en unos caramelos explosivos.
Graham rió.
-¿Qué vas a tatuar hoy, Grem? ¿Traseros o algo así?
-No lo sé -respondió viendola a través del espejo de su pieza.- Tengo un par de citas con unos hermanos que quieren dos lunas en sus muñecas y un adolescente que quiere un unicornio en su espalda, pero los demás tatuajes... supongo que será una sorpresa.
Se miró en el espejo a pesar de no hacerlo nunca, lucía muy pálido, y le gustaba estar así ya que no le gustaba usar mucho sus lentes, pero eso lo hacía verse como un chico misterioso y oscuro.
-Casi logras aterrorizarme vestido así, Grem -bromeó su hermana respecto a su atuendo repleto de azul y negro.
-Casi, es muy cómodo
-Eres mi bebé -dijo utilizando el tono de una madre que le habla a su hijo de dos meses.
-Cállate, tu eres la menor aquí
-Que sea seis años menor que tu no hace que no seas nuestro bebé -le sacó la lengua- Como sea, vete o llegarás tarde, quiero seguir durmiendo -sonrió mientras acomodaba su almohada.
***
-¡Graham Coxon! -lo saludó Miles al llegar, estaba sentado tras el mostrador-. Puntual como siempre.
-Jefe -correspondió en un susurro mirando la hora en un reloj colgado en una pared, seis minutos antes-. ¿Dónde está Brett?
-Pidió el día libre, quería darle una sopresa a tu hermana por su aniversario de un año
-¿Un año? -preguntó asombrado- No me di cuenta que había pasado tanto tiempo
-También es el tiempo que llevas como tatuador
-Tiene razón -asintió, porsupuesto que había comenzado su aprendizaje antes, a los diecisiete, pero hacía tan solo uno obtuvo su licencia, pero bueno, amaba los dibujos que es lo que realmente importa.
Sonrió porque no había sido muy fácil llegar hasta ahí. Le había costado horas de esfuerzo, dinero, y muchas mentiras a su madre adoptiva.
-¿Vas a celebrarlo?
Lo pensó antes de responder.
-No lo creo -negó- Es un día como cualquier otro, Miles.
Más tarde se daría cuenta de que estaba equivocado.