Al primer mes Damon lo llevó a un prostíbulo.
Bueno, claramente Graham se esperaba otra cosa, pero creanme que cuando les digo que fue peor de lo que se imaginaba, es que efectivamente lo fue.
Para ese entonces las fotos de Graham ya estaban listas, de modo que Damon necesitaba un nuevo modelo para la exposición que daría en menos de un año, justo a finales del mes. Graham subió al auto sin saber exactamente a donde iban.
Llevaba sus típicos pantalones sueltos, su suéter favorito azul, y sus viejas zapatillas. Damon, como siempre, iba con su atuendo que siempre sorprendía, tan común como su persona.
- ¿A dónde vamos? -preguntó Coxon con confusión, una vez que notó que el rubio manejaba para un rumbo desconocido-. Recuerda que debo llegar a las ocho para cenar.
Faltaban pocos minutos para las ocho de la tarde, lo cual quiere decir que pronto comenzaría a oscurecer.
- Iremos a un prostíbulo cerca de aquí -respondió con naturalidad.
Graham se echó a reír de inmediato, pensando que se trataba solo otra de las bromas de su extraño novio.
Pero no fue así.
***
Graham vio a su novio encender un cigarro antes de entrar al lugar, el tatuador tosió ante el olor, últimamente Damon fumaba cada vez menos, así que el olor se convertía en algo que olvidaba rápidamente.
- No le hables a nadie -sugirió con un leve toque de firmeza-. No mires a nadie, no hables con nadie, mantente a mi lado en todo momento. No mires sus pechos, no aceptes bebidas alcohólicas o bocadillos de desconocidos. No hagas nada que no consideres seguro -Graham estaba desconcertado, Damon se veía muy preocupado por él-. Como sabes este es un prostíbulo mixto, ya sabes, puedes coger con un chico y una chica al mismo tiempo, pero hoy no es el caso. Evita todo aquello que te produzca desconfianza, ¿de acuerdo?
Graham asintió lentamente, sin dudar en todo momento en obedecer al joven, así fue cuando atravesaron la sucia puerta del lugar.
Lo primero que Graham sintió fueron las intensas luces rojas golpeando fuertemente contra sus ojos, luego vio a unos chicos y chicas a medio vestir que se paseaban por el lugar. Otros intimidando en un rincón cualquiera, el olor a cigarrillo invadió sus fosas nasales, al igual que el fuerte sonido de la música obstruyendo en su punto débil, entre gritos y gemidos era imposible casi hablar.
X: ¡Damon!
Era una voz suave, pero correspondía al cuerpo de un chico, su ropa era casual como la de cualquier chico. Su cabello estaba algo revuelto, y era tan alto como Damon, más no tenía ningún encanto.
- Buenas, Jamie -saludó con amabilidad, y el hombre casi pareció querer abrazarlo al escuchar su nombre salir de sus labios-. Veo que te cambiaste de empleo...
Graham sintió celos de inmediato.
Sabía que ese tal Jamie había sido uno de los primeros en tocar el cuerpo de Damon, quien ahora era su novio. El primer hombre que le había robado gemidos, el primer hombre que había hecho temblar su cuerpo. El primer hombre en su vida.
- ¿Quieres algo en especial? Tengo muchos chicos para ofrecerte -su sonrisa era traviesa, a la vez casi perversa-... ¡Oye, veo que vienes acompañado! -exclamó con alegría al ver a Graham- Soy Jamie.