Al segundo mes Graham conoció a los padres de Damon. Todo parecía indicar que sería un día normal, pues los grandes momentos no suelen anunciar su llegada tan luego.
Graham despertó antes de que la alarma de su despertador sonara, tomó una ducha, se cambió de ropa, y fue a desayunar al comedor.
Patricia estaría mientiendo si decía que la presencia de Brett no le incomodaba, el chico ya había arreglado las cosas con su hija desde lo que pasó la última vez, pero a pesar de todo, a la mujer no le agradaba ni un poco.
Viv estaba sentada en una de las sillas, era la primera vez que lo hacía en mucho tiempo, pues siempre acostumbraba a comer en medio de los sillones o donde se le plazcaba, tal vez estar embarazada no era tan malo después de todo.
- Buen día -saludó Graham al llegar al comedor.
La numerosa familia respondió al unísono con un simple "buenos días, Graham".
- Damon me ha llamado -notificó su hermana en cuanto fue el turno del tatuador de recibir su mensaje-. Quiere que contestes sus llamadas.
Graham simplemente sonrió y se acercó a un teléfono, es curioso como una simple llamada puede alegrarte el día, pero esta vez su novio no respondió.
- ¿Has hablado con ese chico que te gusta otra vez? -preguntó Patricia con una sonrisa mientras le entregaba un plato con tostadas, él solo asintió vergonzoso.
Aparte de Vivian, nadie sabía cuan en serio era su relación con Damon, ni siquiera Brett, él solo pensaba que Damon era un enloquecido chico que quería estar con él todos los días.
- Si tanto te gusta deberías pedirle que sea tu novio, ¿no crees?
- Patricia, yo... -titubeo el menor.
Por suerte salvó el sonido del teléfono de la casa anunciando una llamada, pero Viv fue más rápida y ella respondió antes.
- Entiendo, Damon le desea un buen día a Graham -dijo a todos los presentes.
Patricia y Graham rieron, Wilson puso los ojos en blanco.
- Dice que cómo estuvo tu noche, y también dice que extraña besarte.
- ¡Cállate, enana! -chilló- dame eso, yo voy a hablar con él.
Y en cuanto la chica le entregó el teléfono todos en la mesa comenzaron a molestarlo, excepto Wilson, pero Damon ya había colgado.
- Así que ya lo besaste... -espetó Patricia, se veía sorprendida.
- Yo...
- Queremos saber la verdad, Graham -dijo Wilson, estaba molesto.
- Estoy saliendo con Damon hace dos meses -confesó.
Graham esperaba que le gritaran, o que se enojaran con él, pero sus padres adoptivos solo rieron a carcajadas.
- ¿Qué es tan gracioso? -preguntó nervioso.
- Ya lo sabíamos -aclaró su padre- hablas con él casi todas las mañanas y el noventa por cierto de tus conversaciones son sobre él, creo que... es un poco deducible, Graham.
