El departamento de Damon podría haber sido considerado amplio si el salón no hubiese estado repleto de ropa desordenada, algunos instrumentos, y un estudio fotográfico.
-Por si no lo notaste antes, mi departamento es también mi estudio -resaltó mientras lanzaba las llaves de la casa a un sillón, como si no le interesaran, y comenzó a deshacerse de toda su ropa, exponiendo segundo por segundo su piel... ¿Realmente iba a desnudarse frente a él?
-Está algo... desordenado -admitió Graham, no quería ser descortés pero tampoco un mentiroso.
-Lo sé y realmente no lo lamento- dijo encogiendose de hombros.
-Me gusta en todo caso -y era cierto, Damon era Damon, a su estilo, pero lo era.
Fue cuando Damon bajó su ropa interior.
Damon estaba completamente desnudo frente a él, lo cual hizo a Graham sentirse como un idiota por no haberlo notado antes, no habría podido saberlo. De repente hacía calor, y el corazón de Graham palpitaba tan fuerte contra su pecho que podría haberse desmayado ahí mismo. No sabía si era la forma de su cuerpo, la forma en que sus ojos lo llamaban o el simple hecho de que él parecía no tener pudor alguno.
Tenía una figura esplendida, una piel que se veía tan delicada como una pluma, cabe decir que su cuerpo lo conducían a su mayor deseo...
-¿Tienes hambre o solo quieres dormir? -preguntó el rubio.
Graham no respondió, si iba a dormir quería hacerlo sobre ese firme miembro, y si iba a comer...
"¡Graham!"¿Esa era la voz de Viv en su cabeza? Pobre chica, hasta en sus pensamientos estaba.
-Okay, como pareces estar tan entretenido mirando mi miembro, hagamos algo, tengo hambre.
***
El chico seguía desnudo cuando ambos fueron a la cocina.
Graham permanecía sentado en una de esas sillas altas de la encimera, admirando fijamente todo lo que rodeaba el cuerpo de Damon, hasta lo más mínimo, mientras preparaba dos tazones de cereal.
No podía evitar los pensamientos impuros con su presencia. A la mierda, todo era culpa de Albarn, su trasero, su falta de pudor y de sus padres por haberlo hecho con tanto amor. Estaba tan concentrado que no se dio cuenta de las dos aves descendiendo por sus brazos, ni en la delicada forma en la que preparaba ese simple alimento. No se fijó en como reacomodaba su desordenado cabello, ni en como se volteaba a mirarlo algunas veces. Graham, lo vio sentarse frente a él y entregarle su tazón de cereales. Intentó concentrarse en sus ojos, pero le era imposible teniendo eso otro abajo, su mirada se desviaba a otro lado con indecisión, el ambiente de la situación se hacía mucho más pesado.
-¿Quieres que me cubra?
Por supuesto que no lo quería, pero decirle sería indecoroso.
-Supongo- contestó mirando a sus ojos forzadamente, lo cual supuso un gran esfuerzo, casi pudo notar el hermoso azul esmeralda perder algo de brillo con estas palabras-. No porque no quiera verte -aclaró, aunque decirlo no era necesario-, sino porque quiero comer sin sentir que no puedo mantener los ojos en un punto fijo.
-¿Puedes prestarme tu abrigo? -Graham no iba a negarse a eso, así que lo hizo, y el chico se cubrió el cuerpo lentamente con aquella tela, tratandola con delicadeza como si fuese de algodón, era como si el abrigo el hecho de ser de Graham, fuese aun más importante-. ¿Mejor?
-Solo un poco -respondió con una risa nerviosa.
***
Excelente, Damon Albarn lo estaba provocando.