Capítulo 27 (Final)

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Graham pensó que no volvería a ver a Damon Albarn luego de aquella noche en su departamento. El chico se lo había prometido después de todo, y aunque le doliera, había comenzado a aceptar el hecho de que sus vidas iban en dos direcciones completamente opuestas. Pero la vida las obligó a reencontrarse una vez más, el chico estaba diseñando un nuevo tatuaje para un cliente de bastante dinero cuando escuchó las campanillas de la puerta de entrada sonar.

No se giró a ver, pues había perdido la costumbre, ya no tenía a nadie a quien esperar. Fue entonces que escuchó unos pasos acercándose y se encontró con la mirada de Brett y los ojos azules sin brillo de Damon Albarn.

- Vas a tatuarlo -murmuró Brett y se retiró dejándolo solos, y el chico que fue, y aunque Damon estaba ahí Graham se sintió solo.

- Sé que prometí que no volverías a verme -susurró Damon mientras daba pequeños pasos en dirección a la pared de Graham repleta de mensajes-. Pero necesito un tatuaje y tu los has hecho todos, Graham. No confío en nadie más que tu.

Graham asintió en silencio y quien dejó escapar una lágrima en ese momento fue él.

***

Graham le pidió a Damon que indicase en donde quería que lo tatuara, y este indicó en su pierna derecha, un lugar nuevo, Damon no le dirigió comentarios seductores ni se halagó a sí mismo. No hizo nada que le hiciera creer que el antiguo Damon seguía ahí.

- ¿Por qué haces esto?

Pero el rubio no respondió.

Graham comenzó a trazar las alas del ángel en la pierna de Damon, Graham lo palmeó suavemente, también sintió la necesidad de tocar sus manos, pero eso no habría servido de mucho considerando que ya no eran nada.

- ¿Te doy asco? -preguntó Damon y Graham negó dulcemente y comenzó a hacer el último tatuaje de Damon Albarn.

Tenía que ser el último.

- No me das asco, es que solo que... no es lo que recuerdo -aclaró soltando un suspiro-. ¿Por qué lo haces?

- ¿Qué cosa?

- Destruirte.

El chico dejó escapar un suspiro.

- Ya no tengo nada mejor que hacer.

***

Cuando el tatuaje estuvo listo, Damon se puso de pie y miró a Graham con los ojos cristalizados, pero no lo abrazó ni mucho menos. Es extraño, pero aunque Graham lo tenía a solo unos pasos, lo sintió más alejado que nunca.

- Es el último -dejó escapar de sus resecos labios.

Un terrible nudó se formó en la garganta del tatuador, lo decía con tanta naturalidad, lo decía como si estas palabras no fueran el sinónimo del dolor que Graham sentía en su corazón, lo decía con una sonrisa en el rostro.

- Sé feliz, Grem -suplicó el rubio antes de darse media vuelta-... Olvídame.

Y sin decir nada más se fue, Graham no corrió hasta el ni intentó detenerlo, sus piernas no respondían. Lo único que logró hacer fue la pregunta cuya respuesta le destrozó el corazón en mil pedazos.

El chico del tatuaje; gramon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora