capítulo 30.

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{Stephanie}

Cuando desperté eran las cuatro de la madrugada, sólo dos horas después de lo que hicimos, y me sentía como si hubieran pasado años. Estaba acostada a un lado de la chica más perfecta del mundo por última vez y no estaba llorando, por raro que sonara.

Me sentía extremadamente triste, por supuesto, pero también me sentía contenta, mi cuerpo aún estaba temblando de lo que habíamos hecho. Al parecer no lo hice tan mal, o bueno, no escuché a Taeyeon quejándose en ningún momento. Suspiré y me acomodé de lado en la cama para estudiar su perfil. Habíamos dejado la puerta medio abierta y las luces del pasillo prendidas, así que su dulce cara estaba iluminada.

Se veía tan hermosa, tan calmada que no pude evitar levantar mi mano y acariciar el cabello que le caía despeinado en la frente con toda la ternura que pude soltar. Me encantaba sentir su piel, hacía que mis manos hormiguearan y llevaran una sensación demasiado agradable a todo mi cuerpo. La seguí mirando y acariciando un par de minutos más, recordando en mi mente como pequeñas diapositivas y con música triste de fondo todo lo que habíamos pasado juntas, que eran un montón de cosas, y me resultaba casi imposible pensar que de verdad tenía que alejarme de ella. Pero mi avión salía a las seis de la mañana. Ya no había vuelta atrás. Las lágrimas empezaron a salir lentamente, me moví más hacia ella y besé sus mejillas, mojándole la cara, pero no me importó, no alejé mis labios de su carita. Taeyeon se movió un poco y soltó un gruñido. Empecé a separarme de su cuerpo antes de que se despertara pero su brazo tomó mi cintura con fuerza. Muy tarde.

—¿Adónde vas, mi amor? —preguntó con voz adormilada sin abrir sus ojos. Ella de verdad debería de haber estado muy dormida como para decirme así, pero de todos modos se sintió bonito.

—Sólo iré al baño —mentí, ella soltó su brazo. Me acerqué a su cara de nuevo, no había manera de que me fuera sin un beso de despedida—. Dame un beso —ella hizo un ruidito con la garganta y asintió.

—Tú dámelo a mí —ordenó—. Estoy cansada.

Me abalancé hacia su boca sin ignorar que era la primera vez que yo la besaba a ella primero, con su permiso, con anticipación y todo. Tomé sus labios en los míos, saboreándolos. Los mordí, tratando de mantener su sabor por siempre. Y abracé su lengua con la mía intentando guardar su jugo en mi boca.

—Ahora vuelvo —mentí de nuevo cuando separé nuestros labios y ella sonrió aún sin poder abrir los ojos por completo—. Duérmete de nuevo, tomaré una ducha.

—Está bien —Taeyeon se dio una vuelta en la cama con toda la flojera del mundo.

Antes de levantarme por completo me acerqué a ella y besé su espalda lentamente. Ella ronroneó. Suspiré y me alejé de mi niña preciosa. La amo tanto, la voy a extrañar todos los días hasta que me muera.

Sorbiendo los mocos cada dos segundos y limpiándome las lágrimas cada vez que me nublaban la vista, o sea cada minuto, me puse ropa cómoda, grande y caliente y metí toda la ropa que cupo en una maleta. Para Soo, ella iba a amar esa ropa.

Cuando me volví a parar frente a la cama, Taeyeon ya estaba roncando plácidamente, súper dormida, gracias a Dios.

Tomé aire fuertemente y salí de la habitación con la maleta colgada en mi espalda y con mi diario en las manos. ¿Dejo el diario? Sí, ella tiene que ver todos los puntos tachados, tiene que sentirse orgullosa porque al final, gracias a ella, pude completar casi todos los puntos.
Quedaron dos por supuesto; pero esos nunca pensé tacharlos de todas maneras, desde que los vi por primera vez yo supe que jamás lo iba a conseguir. "Jacer impacto en la vida de alguien" y "ser amada", porque, como ya me lo había repetido millones de veces, no sólo era, hacer impacto en su vida como: "oh conocí a esta chica y resulta que es muy agradable y de verdad me cayó muy bien, fue mi mejor amiga y no la voy a olvidar." No, yo quería que eso fuera como: "me gustaría que ella se quedara por siempre a mi lado, no la voy a poder olvidar jamás". Y, como también había dicho antes, no me gustaría que me amaran como una amiga o como una hermana. Yo quería que me amaran como mujer. Como una pareja, como alguien a quien no quieres dejar ir nunca.

the perfect bucket list » taenyWhere stories live. Discover now