capítulo 31.

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  —Bueno: "decirle a ella lo que siento" la acabo de tachar, porque pues te lo estoy diciendo aunque no te lo esté diciendo de verdad. Pero tengo los ojos cerrados, estoy acostada en el sillón y estoy imaginándote a mi lado, como si de verdad te estuviera diciendo todo a ti.

Tomé aire, me limpié las lágrimas que no dejaban de salir y decidí acostarme también, y cerrar los ojos e imaginarme a Stephanie a mi lado, justo como ella lo había hecho.

—Los siguientes no los pude cumplir lamentablemente. Son: "hacer impacto en la vida de alguien" y "ser amada" —abrí los ojos de repente luchando con las ganas de gritarle que no fuera tan tonta. Que había hecho mucho más que un simple impacto en mi vida y que la amaba más que a nadie. Pero ella no podía escucharme y ahora el tiempo se me había acabado, no tenía ningún derecho a decir nada.

—Y esto me lo he repetido yo misma pero nunca se lo he explicado a nadie... yo no quiero hacer un impacto sólo como... "oh ella se convirtió en mi mejor amiga, estaba enamorada de mí y jamás la voy a olvidar", no, yo quiero hacer impacto de una manera diferente, y no sé ni siquiera como expresarlo...

Se podría decir que yo sí sabía cómo expresarlo, y no, por supuesto que no era como esa estupidez que dijo, el impacto que Stephanie había causado en mí era como: "ésta loca, ésta maldita chica rara ha marcado mi vida de tal manera que ahora me voy a convertir en una puta mujer asexual, ninguna mujer me va a volver a llamar la atención, me quedé tan traumada con ella que seguramente no podré ni siquiera hablar con una mujer sin esperar con todas mis fuerzas que sea ella". Así era el impacto.

—Y no quiero que me amen como seguramente tú lo haces, yo no quiero ser amada sólo como una amiga o como una hermana. Yo siempre deseé mi amor de película, lo sabes, ¿cierto? Siempre esperé a esa mujer que se muriera por mí, que me dijera todas esas cosas hermosas que salían en las películas, siempre quise que alguien se enamorara tan duro de mí que le doliera estar siquiera un segundo apartada de mí. Y yo lo deseaba desde que tenía unos míseros once años. Tengo diecisiete y nadie me ama ni me va a amar jamás... —murmuró con la voz temblorosa.

Estaba verdaderamente convencida de que nadie la amaba de esa manera. Y me odié por hacerla pensar eso, por no habérselo contado, por hacer que su voz sonara con tanto dolor cuando lo dijo. Me odié por ser tan cobarde, por perder tanto maldito tiempo.

—Mi amor, tú cumpliste todo en esa lista, todo —murmuré con la voz ronca por las lágrimas y por el terrible nudo que tenía hecho en la garganta.

{Stephanie}

¡ESTOY TENIENDO OTRA JODIDA CRISIS EMOCIONAL, ESTOY A PUNTO DE UN COLAPSO!

—¡Soo, te quiero mucho, los quiero mucho a los dos, quiero mucho a todo el mundo. No quiero morir! —sollocé con mucha fuerza y me aferré a mi mejor amiga que no sabía qué hacer conmigo—. Me quiero quedar viva, quiero ser jodidamente inmortal, quiero estar con Taeyeon por siempre y darle muchos besos. ¡La extraño tanto! ¡Me muero sin ella!

—Stephie, por favor. Por lo menos no grites —se quejó Leo a mi lado.

¿Creía que me importaba estar gritando en un parque? ¡Pues no! ¡Me importaba un carajo la gente que me veía raro! Yo no quería morir, no quería alejarme de mi niña preciosa, quería regresar a Londres y abrazarla mil veces y pedirle perdón por irme y quedarme pegada a su cuerpo por siempre.

—¡No me interesa! ¡Yo voy a gritar si quiero! —grité de nuevo. Ignoré todas las miradas curiosas y me tiré en el pasto a llorar desconsoladamente—. ¡Qué les importa a todos ustedes que yo esté gritando! ¡ME VOY A MORIR Y DEJÉ AL AMOR DE MI VIDA EN LONDRES! —mi cuerpo moría pero mi drama no.

the perfect bucket list » taenyWhere stories live. Discover now