La chica de ojos verde mar (Finnick Odair)

Capítulo 7

Me desperté sudando y también desperté a Finnick.

-Pesadilla- me dijo Finnick

-¿Es una pregunta o una afirmación?- le dije yo

Ambos nos reímos y difrutamos de unos segundos de paz.

Finnick me acarició el pelo y me dijo para ir a desayunar yo le dije que el fuera si quería porque mi iba a bañar y no quería que el estuviera ahí.

Cuando se fue yo empeze a apretar todos los botones de la ducha para conseguír que se caliente el agua. Cuando lo logre me desvestí y me metí a bañar. El agua era caliente no como en casa que a veces era congelada y a veces estaba hirviendo.

Salí de la ducha y me envolví en una toalla. La puerta de mi habitación se abrió bruscamente y Carter entreo abalanzándose hacia mi. Yo lo esquive y el se dio de bruces contra una silla. Luego se levanto y me agarro de una forma que no pudiera soltarme.

El cerro la puerta y yo empeze a gritar como una loca esperando que Finnick escuchara

-Suéltame- le grite a Carter

-No lo creo- me dijo- ¿Me das un beso?

-No- le grite yo

Pero el intento besarme y yo daba vuelta mi cara para que no pudiera

Alguien empezó a aporrear la puerta. Por los gritos deduje que era Finnick, el cual no podía entrar porque Carter había puesto la tranca. Luego de unos golpes, mi novio logró sacar la puerta de su lugar y entrar a la habitación para darle un puñetazo a mi agresor.

Carter se dio la cabeza con un mueble y se desmayo. Dos avox se lo llevaron a otra habitación donde supuse que lo iban a curar y pusieron otra vez la puerta. Nadie de seguridad apareció en ningún momento.

-Que linda forma de empezar el día- le digo a Finnick con tono irónico- Gracias

-Siempre te voy a defender- me dijo y me besó la frente- Cámbiate y te acompaño a desayunar

Y se quedo ahí parado mirándome

-No me pienso cambiar contigo mirándome- le dije

-Perdón- dijo el y se dio vuelta mirando la pared

Nunca más lo habíamos vuelto a hacer desde aquel día. Ninguno de los dos se había preocupado por eso, ya que no era algo que necesitáramos. Igual debía admitir que yo estaba incómoda cuando el me miraba al
estar en ropa interior. Creo que me recordaba a todas las mujeres del Capitolio a las cuales debía haber visto desnudas.

Me reí porque yo quería que se fuera pero no me molesto, ya que sabía que el respetaba mi privacidad.

Me puse una camiseta de algodón blanca y unos jeans

-Puedes darte vuelta- le dije

Nos fuimos a desayunar ya que teníamos una largo día por delante.