Abrí los ojos. Me habían tirado en una silla mullida en una sala bastante espaciosa. La sala tenía un escritorio y para mi desgracia Snow estaba sentado ahí. Me analizaba con sus ojos de serpiente.
-¿Que quieres?- le grite
-Cálmese señorita Michel- me dijo -No voy a hacerle daño-
Mis músculos se tensaron, no confiaba en Snow, pero en mi interior sabía que no estaba mintiendo. Más calmada le dije:
-¿Por que me trajo aquí?-
-Quería felicitarla. Su acto en los juegos fue con valentía- me dijo -Todos los Distritos te adoran-
¿Me adoraban? Yo mate a sus hijos, amigos, hermanos, vecinos o lo que fueran. Me deberían odiar profundamente, con toda su alma, especialmente la familia de May. Se sacrifico para salvarme.
Nos quedamos en silencio. Snow desprendía un olor nauseabundo a rosas y veneno.
-Señorita Michel, dentro de un tiempo su trabajo empezará- me dijo -Los productores ya le empezaron a componer canciones-
No me había acordado hasta ahora. Lo de cantar y eso, enralidad no me molestaba tanto, pero prefería hacerlo por mi cuenta.
-Tengo un trato- le dije -Cantare como usted quiere, pero compondré mis canciones. Elijire mi ropa y videos, todo-
Snow se rio en mi cara.
-¿Sabes que tu vida no te pertenece?- me dijo -Como a nadie. Todas las vidas son mías-
El agarró su control remoto y prendió una televisión atrás mío. En la pantalla se vio cómo llevaban a una chica rubia a rastas. Ella lloraba y pedía piedad. Oh no. Era Calia. Mi amiga de la infancia.
Los agentes del La Paz de abollaron la cabeza contra un bloque de piedra y un verdugo le asestó con el hacha en el cuello. La cabeza de Calia salió rodando.
-¿Que has echo?- le grité
No me contuve y lo agarre de la camisa
-Eres un asesino- le grite -Mataste a Calia, May, Cara, Martha y todo el resto de tributos. Me das asco-
Unos Agentes de la Paz me agarraron y me sacaron de allí. Me desmayaron otra vez.
*******************
Cuando abrí los ojo, tenía a Finnick mirándome fijamente.
-Esta vivía- dijo
Me senté y vi a mi madre que venía corriendo a abrazarme.
-Lila estás viva- me dijo llorando
Nos abrazamos, mi madre agarro a Finnick del hombro y lo unió al abrazo. Estuvimos así unos segundo, cuando nos separamos.
-Me voy, así pueden estar un tiempo solas- dijo Finnick, me guiño un ojo y se fue.
Mi madre me acarició el cachete. Parecía más joven que nunca, el pelo rubio le llegaba a los hombros. Sus ojos verdes iguales que los míos me miraban con ternura.
La abrazo otra vez
-¿Donde estamos?- le pregunte
-En el Ditrito 4. En la aldea de los vencedores.- me contó -Me trajeron aquí cuando ganaste-
-¿Hace cuanto estoy aquí?-
-Dos horas querida- me dijo y me acarició la frente -Cuando llegaron en el tren Finnick te trajo cargada a su hombro-
Me reí al imaginarme como un saco de papas en el hombro.
La casa que me habían asignado era linda y acogedora. Tenía vista al mar y estaba a solo unos pasos de la casa de Finnick.
Mi madre empezó a cocinar algo de comer. El olor era reconocible para mi.
-Salmon- dije.
Era mi plato favorito.
Comimos hablando de todo. Mi madre quería todos los detalles de mi relación con Finnick
-Ese chico es tan guapo- me dijo -¿Cuando se casan?-
-Mamá- le dije enojada
Ella me sonrió y me agarro de la mano.
-Es bueno que estes devuelta- me dijo -Te extrañaba mucho-
Pensé a mi madre sentada tejiendo con los nervios de punta. Mi madre solía tejer cuando estaba nerviosa, en toda mi vida ya me había echo 6 buzos, 2 gorros y cuatro pares de guantes.
-Tu padre estaría tan orgulloso de ti- me dijo con lágrimas en los ojos
Mi madre nunca mencionaba a Papá. Era algo muy extraño cuando lo hacía.
Ellos se conocieron un día en el trabajo, pescando. Terminaron casados y me tuvieron a mi. Cuando cumplí 5 mi madre quedó embarazada otra vez, pero mi padre tuvo que partir un día de mucha tormenta a pescar. Desparecio en el mar. La depresión hizo que mi mamá perdiera al bebé, Artemis, mi hermana.
Nos abrazamos y ninguna quería separarse de la otra. Dormimos juntas sabiendo que la otra estaría bien por un rato.
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La chica de ojos verde mar (Finnick Odair)
FanficSer tributo en el Distrito 4 es un honor, a menos que esa persona sea un amigo o familiar tuyo. Ahí te comienzas a preocupar. Finnick Odair es elegido para los 65° Juegos del Hambre, y desde ahí todo es diferente. Sobre todo con la chica de ojos ver...