06

3.1K 269 135
                                    

Noche de Bodas

Jack la miro esperando algo, se había quedado mirándolo fijamente a mitad del camino.

—¿Te pasa algo? –ella no contestaba.- Elsa, Elsa amor ¿estás bien? ¿Qué pasa?

Ella recordaba ese día demasiado bien; aún podía percibir el temor en su vientre mientras estaban en el juego mecánico, Jackson tomando su mano y su perfil derecho... lleno de lunares junto a su oreja.

No era posible que se lo hubiera imaginado.

—Ese día... ¿recuerdas? –Jack la miro confundido, ¿de qué rayos hablaba?- Nuestra primera cita, en la feria... yo tenía terror de subirme a la montaña rusa y... y tú tenías muchos lunares aquí –tocó su mejilla, mientras Jack se apartaba rápidamente, provocando un gesto de parte de ella pero no le importo, no le gustaba que lo tocaran.- Ya no los tienes.

—Dijiste que no querías subirte a al juego ¿por qué?

—No te hagas el desentendido ahora, Jackson. Sabes que odio las alturas, les tengo pánico. –pronunció mientras volvían a caminar.

—¡Eso es! –gritó mientras la solución tomaba su mente.

Su madre había dicho que Arendelle sería una niñita tonta y distraída, pero tenía la memoria más asombrosa que había conocido jamás, acordarse de unos lunares era algo impresionante... pero también aterrador.

—¿Qué es qué? –preguntó.

—Estabas tan asustada que de seguro no recuerdas bien, yo no he tenido lunares nunca en esa parte de mi cara.

—Pero...

—Elsa, ¿Qué te está pasando? –la interrumpió, tratando de usar psicología inversa, haciéndola sentir culpable- nena, desde que llegue no has hecho más que cuestionarme. Si te molesta mi peinado, me lo cambiaré, si te incomoda mi altura, caminare de rodillas - Elsa sonrió- Y si quieres que tenga lunares me los pintare, pero me estás haciendo sentir incómodo y culpable.

—Perdóname, es cierto. Tal vez esté un poco loca con todo esto, estuve muy estresada estos meses y lo siento, no quise hacerte sentir mal. Cambiar es algo natural y no te sienta nada mal, cariño.

—Gracias- Jack también sonrió de lado.

Por dentro solo pensaba en que tenía muchos motivos por los cuales sentir culpabilidad; estaba engañando a una mujer que no se merecía ser engañada. Estaba actuando como alguien que no era y presentía que no iba a salir bien.

~°~°

—¡Quiero hacer un brindis! –gritó Rapunzel mientras los invitados a la fiesta le prestaban atención. - Elsa, Jackson; ustedes se conocieron hace muy poco - Elsa suspiró, esperando que su mejor amiga no dijera alguna tontería- pero cualquier persona que se acerque a ustedes puede percibir su amor en el aire, me alegro mucho que alguien como tu pueda hacer a mi amiga, más bien a mi hermana tan feliz. Elsa, eres la hermana que jamás tuve, Jackson tu ahora te conviertes en mi hermano también, brindo por su felicidad, y por su amor eterno.

—¡Salud! –gritando todos al unísono.

Jack bebía cada trago tranquilamente, con las palabras de Corona atrancadas en la cabeza "amor eterno" "se conocieron hace poco" ¿Cómo esas dos frases podían encajar en una misma oración? ¿Qué acaso ahí todos era unos completos ingenuos inútiles? Era obvio que Jackson no amaba a Elsa, era aún más evidente que Jack no lo hacía, ni siquiera la había mirado durante la fiesta, en cambio había estado siguiendo con la mirada a una delgada pelirroja de ojo azul que estaba a unas cuantas mesas portando un ardiente vestido rojo; Merida era muy hermosa, Elsa, era verdad que ella tenía una carita encantadora, pero era muy simple... las pocas palabras que habían cruzado lo habían aburrido hasta la muerte, era una niña buena y a él no le gustaban las niñas buenas.

El Impostor (Jelsa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora