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Lazos de sangre

Sentía el corazón en la garganta y podía escuchar sus pasos tan nítidamente que daba la sensación que estaba caminando sobre cristales, cristales que en cualquier momento podrían quebrarse y mandarlo a un vacío sin fondo.

No entendía el porqué de su nerviosismo, había dejado a Elsa, a la mujer que adora y con la que va a tener un hijo solo por ir a verlo y ahora que estaba frente a la habitación un miedo había carcomido todo su organismo.

Jackson era su hermano, sí. Pero Jack no podía recordar algún momento especial con él, todas las escenas que tomaban su cerebro era Clarion y Milory prefiriéndo siempre a Jackson y aislando a él de sus caricias y cariño, y lo peor de todo es que aunque quisiera volver a confiar en su hermano, no podía. Siempre tendría la idea de que le robó a Tooth, y aunque tal vez eso hubiera sido lo mejor, ahora le aterraba que le arrebatara a Elsa.

Siendo concretos, estaba casado con ella, y si no quería firmar el divorcio...
El doctor a su lado lo veía con la mirada ceñuda y la boca en una línea tiesa, de seguro estaba esperando a que el entrara primero, pero no podía dar ni un solo paso, así que el doctor lo hizo primero. Abrió la puerta dejándola abierta para que Jack pudiera pasar y él a regañadientes lo hizo. Sintió como sus pupilas se dilataban al ver a su hermano en cama, estaba pálido pero sus ojos estaban abiertos, lo miraba confundido.

Jack le regaló una mirada al doctor, pidiéndole con los ojos que los dejara a solas.

—Sólo no lo altere ¿de acuerdo? –musitó y cerró la puerta tras él.

—Debes de tener tantas preguntas –susurro hacía Jackson, quien seguía mirándolo con ojos gigantes y cautelosos.

—¿Qué haces aquí? –gruñó entre dientes.

—Oh, cálmate. Solo vengo a ver cómo estas. ¿Te estás sintiendo bien?

Jackson frunció el ceño y casi al instante lo hizo Jack también, no fue por mímica, cada uno lo hizo por separado provocando que el otro se estremeciera, hace tiempo que no se veían... no recordaban cuan extraño podía ser.

Tenían ese extraño efecto de parecer estar frente a un espejo. El cual sólo cambiaba rasgos de color.

—No entiendo que pasa, aún. Los doctores en vez de llamarme Jackson me llaman Jack, y estoy empezando a creerme que lo soy...

Jack sonrió de lado- Clarion les ha mentido, tu eres Jackson, no tienes porqué confundirte con eso, solo síguele el juego a los doctores, si no meterás en problemas a mamá.

Jackson devolvió la sonrisa. A Jack nunca le había gustado decirle mamá a Clarion- Claro, ¿cómo está ella?

—Bien, normal. Igual que siempre. Quiero saber cómo estás tú.- dijo Jack

—¿Por qué?

—Porque eres mi hermano y me preocupo por ti.- respondió el albino.

—Dijiste que no te volviera a llamar hermano, nunca más.

Jackson sacudió la cabeza, esa tarde les había gritado tantas cosas a ambos, cuando había descubierto que lo engañaban...

<<—Hermano... -le había susurrado Jackson.

—¡Cállate! -Lo había silenciado- No te atrevas a llamarme nunca así ¿entendido? ¡JAMÁS! >>

—Fue hace tiempo.

—Bueno, estuviste más de dos años enojado, no sabía si seguías estándolo.-dijo el castaño con pena.

—No estuvo bien lo que me hicieron.

El Impostor (Jelsa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora