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Un sueño y nada más

Una música, más bien solo unos tambores se escuchaban a lo lejos. Y Jack no pudo más que compararlos con esos sonidos que se escuchan cuando una nación está haciendo un ritual.

Todo estaba muy oscuro, demasiado.

Oscuridad a su derecha, a su izquierda, arriba y abajo.

¿Estaba flotando? No parecía tener un suelo abajo, no sentía estar pisando nada.

—¿Hola? –eso provocó un eco que fue extendiéndose, pero aunque sintió que él había gritado, la palabra había salido solo como un susurro.

Nadie contestó, pero los tambores se escuchaban más fuertes.

¿Podía moverse? Intentó y sus piernas dieron un paso hacia atrás, luego hacía delante.

Maldijo en voz baja, de verdad que no veía nada.Trató intentando tocar algo alrededor, pero no había más que aire. Ni siquiera estaba seguro que hubiera eso. ¿Estaba respirando?

Debía estar respirando.Toco su brazo, que estaba muy frío, luego sus manos hicieron un camino desde sus pies hasta su cara, todo él estaba helado. Cómo si tuviera hielo en lugar de piel.

—¡Elsa! –gritó.

El silencio fue su única respuesta.

Y los tambores, esos que en cada segundo subían su volumen más y más.

Empezó a caminar dando media vuelta y rogando por ir lo más derecho posible, temía tropezarse o golpearse con algo pero temía más no encontrar una salida.

El sonido de percusión fue insoportable en un punto, sus oídos punzaban de dolor y rogaban irse de ahí, pero Jack no podía rendirse ahora. Por fin estaba viendo un poco de luz. Algo naranja, rojo y amarillo... como fuego, se expandía no muy lejos de él.

—¿Alguien está ahí? –rugió entre todo el ruido.

<<Acércate>>

le contestó una voz que no reconocía.

Comenzó a correr hasta que estuvo seguro que lo que se extendía era fuego, no había duda.

—¿Quién eres? –preguntó. Se sentía tan estúpido hablándole a... nada.

En esta ocasión no hubo respuesta. Tal vez se había equivocado de dirección.

<<Acércate un poco más, al fuego>>

la voz sorpresa hizo que diera un saltito, esta voz si la reconocía: Tooth.

Esto era un sueño.

—¡Sé que esto no es real! –gruñó.

Despierta.

Despierta.

Cerró sus ojos con fuerza y se pellizco. Cuando los abrió de nuevo seguía en su sueño, sí, pero el paisaje había cambiado, estaba en una clase de acantilado donde hacía demasiado viento, tanto como para dificultarle el caminar bien. Los tambores seguían escuchándose.

Bueno, no era un gran cambio de escena, lo hacía lucir mucho más peligroso realmente.

Se jaló el cabello con desesperación, no había tenido una pesadilla en años.

<<Hola>>

la voz de Tooth sonó por detrás de él, y con el mayor esfuerzo que pudo hacer se volteó a encararla. Pero se congeló al instante y sintió con si sus pies hubieran sido estancados a la tierra. Elsa estaba ahí temblando como una chihuahua asustada, Tooth tenía los ojos rojos y llenos de rabia.

El Impostor (Jelsa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora