17

2.5K 256 37
                                    

Un te amo sinceró.

—Claro, ven pasa, podemos hablar en donde antes era mi habitación –con sus manos aún entrelazadas Jack la acerca a un lado suyo, conteniendo las ganas de besarla, mira a Thoot que los ve con ojos grandes.

— Ustedes dos... ¿ya se conocieron?

—Elsa estaba en la puerta –murmura Thoot- no la querían dejar pasar porque no tenía cita, les mentí a los de la puerta y les dije que venía conmigo.

—Claro, había olvidado que vivías aquí. –dice Jack

—¿Cómo encontraste la mansión?, solo te había dado la dirección de mi departamento.

—Es impresionante cuantas personas conocen a la familia Overland Frost en California –sonrió dulcemente.- Pronto encontré a alguien que me dio las indicaciones para llegar.

—Sí –Jack carraspeó- Nuestros hoteles fueron muy importantes en algún tiempo.

—Lo siguen siendo –corrigió Thoot.

—¿Vienes a ver a mi madre? –le preguntó a la castaña.

—No, como ya has dicho... yo vivo aquí –ella caminó hasta donde era su habitación y cerró de un portazo.

—Ella es muy amable –dijo Elsa.

—Aún no la conoces bien.

—Me dijo que era la esposa de Jack.

—Ex esposa –corrigió- se separaron ya hace más de 2 años y él ya no la ama.

Elsa inclinó los hombros mientras levantaba su bolso, Jack la ayudo y se dirigieron a la vieja habitación de él.

—Bonita –aduló ella al ver las rayas blancas y azules y los palos de hockey.-¿Juegas? –él asintió.

—Con mi abuelo, cuando viajaba a Rusia.

—¿Qué pasó con él? Me dijiste que se habían distanciado.-Jack miró su cuarto, la verdadera razón del distanciamiento era Thoot, cuando su abuelo se había enterado que se casaría con ella, se había enojado con él y al final se habían peleado. Jack se había arrepentido tanto cuando se enteró después de la clase de persona que era su esposa, pero aun no era lo suficientemente valiente como para ir y pedirle perdón a su abuelo. No podía contarle eso a Elsa.

—Primero dime cómo llegaste aquí, dijiste que querías hablar conmigo...

La platinada se inclinó para besarlo y se dio cuenta que Jackson era el hermano que tenía los lunares junto al ojo, también podía divisar uno en su cuello ¿los tenía ahí antes? Los únicos que recordaba eran los de la oreja... y esos seguían sin aparecer.

Juntaron sus labios y Jack introdujo su lengua a la boca de Elsa, probando su dulce sabor, esa adictiva sensación que era rozar sus delicados labios y oler su sensual aroma, cayeron sobre la cama y empezó a acariciar las caderas de ella.

—Te he extrañado muchísimo–murmuró entre besos.

Ella empezó a desabotonar su camisa y a acariciar su duro abdomen, gimió cuando él la cargo y frotó su pelvis contra la de ella. Jack se alejó de sus labios y empezó a formar un camino de húmedos besos sobre su cuello, mordió el lóbulo de su oreja y después se encargó de hacer un buen chupete debajo de su barbilla, mañana tendría una marca, eso era seguro.

Elsa se encargó de quitar su camisa, pero entonces un recuerdo se apoderó de la mente de Jack, hace pocas horas había despertado desnudo con su ex mujer, Thoot, ahora la novia de su hermano, que estaba en coma. Se separó.

—No sabes lo feliz que estoy de verte, Elsa.

Ella frunció el ceño, un poco confundida del frío corte de pasión.

—¿No quieres estar conmigo? –preguntó evidentemente herida.

Jack cerró los ojos, se moría por volverla a sentir en él pero sería un asco de persona si le hiciera el amor después de haberse acostado con otra mujer.

—¿Tienes la más remota idea de cuánto te deseo, Elsa? Pero no creo que este sea el lugar adecuado.

—De acuerdo –sonrió ella mientras ambos se volvían a acomodar sus respectivas camisas.

—¿A que has venido, Elsa? Te has arriesgado a estar sobre un avión, sola. Debe ser algo importante.

—Me tomé varías pastillas somníferas antes, todo el vuelo estuve dormida. Yo solo quería estar junto a ti en tu cumpleaños.

Jack inclinó su cabeza poniendo sus frentes juntas y besó levemente su nariz haciendo a Elsa sonrojar.

—Eres hermosa.-Le dijo.

—¿Por qué Thoot está viviendo aquí?

Inventa una excusa, se exigió Jack. No podía decirle que Jackson... o más bien Jack estaba en coma.

—Están fumigando su casa –respondió él naturalmente.- No tiene otro lugar en donde quedarse.

—Pero no entiendo... ya no forma parte de esta familia ¿por qué la aceptarían?

—Sigue llevándose bien con mi madre-mintió.

—Ella es muy bella, entiendo porque Jack quedó flechado por ella –Y era cierto.

Elsa había quedado impactada al encontrarse con una diablita sensual, con piel de porcelana y cabello castaño con mechas de colores, ahora que lo analizaba bien, parecía una princesa de cuentos o un juego de fantasía. Su piel no tenía ninguna imperfección, o al menos los pequeños espacios que Elsa pudo ver eran perfectos y sus ojos, era como mirar a una serpiente, era una mirada enigmática, venenosa pero hipnotizante, nunca había visto ojos tan violetas en su vida.

—Elsa ¿enserio quieres hablar de Thoot? –preguntó Jack, incómodo.

—No, perdón. ¿Ella no te cae bien, verdad? Pareciera que la odiaras...

—No confío en ella, mi amor. Tú tampoco deberías hacerlo.

Ella asintió y Jack volvió a besarla.

—¿Te gustaría conocer a mi madre?

—Me encantaría.

—Bien –dice mientras la abraza y la guía hacía el salón donde siempre habla con Clarion

—No estoy segura de agradarle –murmura ella, tímida.

—La cautivaras–Jack acarició su mejilla y le da un corto beso- Justo como me has cautivado a mí.

Elsa sonrió.

—Te amo.

—Te amo. –musitó, siendo totalmente honesto, por primera vez.

El Impostor (Jelsa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora