Capítulo 4

1.7K 316 56
                                    

Otro más...pensaba ir de a poco con el regreso de ellos, pero creo que también quiero verlos volver.

.................................................................................................

Aquel había sido un comienzo del día muy inusual para Rachel, encontrarse con Kenai y su perro la había inquietado, quizás porque había sido como esos hallazgos imprevistos, pero que dan una inesperada felicidad. No quería pensar más, tenía un largo día por delante, se dio un baño caliente para quitarse el frío y se preparó para el trabajo.

Mientras se vestía pensó que necesitaba renovar su guardarropa, sus prendas eran todas cómodas y aptas para el trabajo. No había nada lindo, de hecho hacía mucho que no se preocupaba por tener ropa bonita o por arreglarse, ya ni recordaba desde cuándo

En algún punto de su vida, se había olvidado de la Rachel mujer, y nunca le había molestado, hasta ahora. Quizás era algún tipo de crisis previa a los cuarenta o algo relacionado con las hormonas, hubiera deseado tener una mujer cercana con quien hablarlo, pero no había nadie. No tenía a su madre, y las pocas amigas que tenía parecían estar felices con sus maridos e hijos. Y ninguna era tan cercana como para discutir lo frustrada que se estaba sintiendo.

-Pronto llegará el verano – se dijo a sí misma en voz alta, casi como si eso fuera a cambiar algo, pero que el frío la estuviera afectándola tanto era molesto, empezaba a pensar que también había afectado su cerebro. Por primera vez en mucho tiempo añoraba un poco de calidez.

Se recogió el cabello y trató de ignorar la imagen que le devolvía el espejo, tomó sus cosas y salió.

Camino a la tienda pensó que quizás necesitaba alguna actividad, algún hobby que mantuviera su mente ocupada en lugar de desvariar, pero tampoco tenía tiempo para ello. El trabajo tendría que bastar, como siempre.

Fue un día ajetreado, había llegado mucha mercadería y tenían muchos clientes, eso la mantuvo ocupada y lejos de sus inquietudes. Los dos días siguientes fueron igual hasta que su rutina laboral fue interrumpida por la llegada de Kenai, venía acompañando a Evan, como desde que eran chicos, pero Rachel fue más consciente de su presencia. Incluso contó mentalmente el tiempo que había pasado desde la última vez que lo había visto. Se sintió inquieta por eso, pero no tuvo tiempo de profundizar pues uno de sus empleados se acercó cargando unos faroles que habían llegado y tropezó dejándolos caer. Hubo un estruendo, exclamaciones y trozos de vidrio saltando por doquier. Rachel quedó rodeada por los fragmentos, de hecho sentía ardor en un tobillo así que imaginaba que alguna esquirla había llegado a cortarla.

-Lo siento...- se disculpó el empleado y antes que ella tuviera tiempo de responder, se vio levantada en el aire y depositada sobre el mostrador. Kenai se había acercado presuroso y la había levantado como si fuera una niña pequeña.

-¿Qué haces?- preguntó sorprendida mientras él aún tenía sus manos sobre sus caderas.

-Quédate aquí hasta que limpien, podrías cortarte.

-Es una tontería- dijo e intentó bajarse, pero él la mantuvo sujeta y se giró hacia el empleado y Evan que se había acercado.

-Será mejor que recojan esto rápido, es peligroso.- sugirió y los dos hombres asintieron.

-¿Estás bien? – preguntó Evan a su hermana.

-Por supuesto, ¿podrías decirle a tu amigo que está exagerando?- dijo enfadada. Pero Kenai tomó su pierna y llegó hasta el tobillo herido.

-No exagero, te cortaste y no llevas un calzado aceptable para caminar sobre el vidrio.- dijo indicando sus zapatillas deportivas livianas, él, en cambio, llevaba botas de suela gruesa.

-Es un cortecito de nada.

-Da igual, baja cuando limpien. O puedo llevarte hasta donde no haya vidrios- sentenció y ella se lo imaginó cargándola.

-Está bien, me quedaré aquí hasta que limpien. Aunque me siento como una idiota, soy una chica dura, ¿sabes?

-Lo sé, dirás lo de ser mujer de Alaska de nuevo y todo eso. Yo creo que también eres bastante descuidada, al menos cuando se trata de ti misma.- le dijo inclinándose hacia ella, cerca , muy cerca.

-Soy la jefa aquí, no puedo detenerme por tonterías.

-A veces es bueno detenerse- discutió él.

-Dudo que podamos limpiar si no te mueves, Kenai – indicó Evan al tiempo que le golpeaba los pies con un escobillón y eso lo hizo alejarse de Rachel. Apenas despejaron el piso de los vidrios rotos, ella descendió.

-¿Qué necesitabas además de rescatar gente que no necesitaba ser rescatada? – le preguntó ella un tanto molesta. En realidad se sentía algo avergonzada, él había actuado con tanta rapidez, tan decidido sin darle ni tiempo a reaccionar, y se había sentido pequeña, femenina y , extrañamente, protegida. Y no quería sentirse así, no estaba acostumbrada.

-¿Qué necesito...? Varias cosas, de hecho tengo una lista. Y rescatar damiselas no estaba en ella, créeme- le dijo.

-Está trabajando en algunas embarcaciones para el festival, así que vino a buscar algunos materiales ...- explicó Evan y Rachel asintió. Kenai diseñaba embarcaciones, algunas las realizaba el astillero familiar, otras las hacía él en forma artesanal y otras las realizaban grandes astilleros de la capital. Parecía tener buena reputación en su campo. Pronto se haría un festival de embarcaciones, era una nueva atracción turística y por lo visto él participaría.

-Lista larga...- dijo Kenai llamando su atención y le tendió un papel con las anotaciones de lo que necesitaba.

-De acuerdo, iré a ver qué tenemos o si se puede conseguir.

-Quedo en tus manos – dijo él y ella pestañeó aturdida, tenía una manera de decir las cosas que siempre dejaba lugar a segundas interpretaciones.

-Ya vuelvo- casi tartamudeó Rachel y al alejarse un poco se volvió hacia él- Gracias por lo de antes – soltó algo reacia y él le sonrió.

Durante unos instantes, antes que Evan se acercara reclamando su atención, Kenai se quedó observando a Rachel. Hubiera querido decirle que era ella, y sólo ella quien despertaba aquel instinto sobreprotector en él. Y también que había esperado mucho tiempo para ser el hombre que pudiera estar a su lado.

-----------------------------------------------------------------------------------

Saludos!!!

Amor en Alaska (En curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora