Capítulo 12

1.6K 299 69
                                    

Otro capítulo y debo aclarar que son capitulos que ya existían y estoy editando y resubiendo hasta llegar a lo nuevo. Y que lo nuevo no se subirá a este mismo ritmo, sino en la medida en que pueda. Buen fin de semana
__________________________________

Al tercer día, Rachel se animó a prender su teléfono. Tenía llamadas perdidas de su padre, y una de Evan, pero ni siquiera tantas como era de esperar. Y mientras sostenía el celular, empezó a sonar.

-Hola...- atendió.

-Tu hermano es un idiota, ¿dónde estás? - preguntó el Señor Robertson y ella sonrió ante las bruscas maneras del hombre.

- Digamos que de vacaciones, Señor Robertson, ¿qué sucedió?

-Confundieron mis pedidos...

-De acuerdo, por ser usted, veré que puedo hacer. - prometió ella

- Esa gente no sabe qué hacer sin ti- dijo el hombre y cortó. Rachel esbozó una sonrisa, al menos alguien reconocía su trabajo, no llamó a Evan sino a uno de los empleados para ver cómo solucionar lo del Sr. Robertson.

A la tarde decidió visitar al hombre para explicarle personalmente lo que había logrado resolver sobre su pedido.

Siempre se habían llevado bien porque a pesar de su carácter hosco, o quizás por eso, siempre habían congeniado.

El hombre la recibió y le sirvió una taza humeante de chocolate. Ella le explicó qué había acordado con uno de los empleados, Alan, para que arreglara el error en su pedido y que se encargara de atenderlo cuando volviera a ir.

-Gracias por solucionarlo, Rachel. Ahora dime qué pasó contigo- preguntó seriamente y ella se sintió inmensamente reconfortada de que aquel anciano realmente se preocupara. Le contó brevemente lo que había sucedido mientras daba sorbos a su chocolate.

-¿Cree que estuve muy infantil al irme?- preguntó cuando terminó de contarle.

-Creo que hiciste lo correcto, muchacha. ¿Y qué harás ahora?

-Necesito conseguir una casa y me tomaré un tiempo para pensar qué quiero hacer realmente.

-¿Una casa?

-Sí, estoy buscando alquileres, si sabe de algo.

-De hecho tengo una casa perfecta para ti- dijo el hombre sorprendiéndola.

-¿Una casa?

-La de mi hijo, sabes que este año él estará en Europa, así que su casa está desocupada, me dijo que la alquilara si quería pero no había nadie que me pareciera confiable. Pero es perfecta para ti, y no está lejos, de hecho está demasiado cerca de mi casa, Thomas quiso independencia pero estar cerca, está a unos diez minutos. Y está amoblada, ¿qué te parece?

-¿En serio, señor Robertson? Me parece perfecto- dijo emocionada.

-Entonces termina tu chocolate y te llevaré a verla.

La casa era perfecta, pequeña pero con todas las comodidades, la vista también era preciosa y estaba suficientemente alejada de todo como para permitirle tranquilidad. Los muebles eran clásicos de madera, elegantes y sobrios, Thomas Robertson tenía buen gusto.

-¿Y? - preguntó el hombre ansioso mientras ella exploraba el lugar.

-Me encanta.

-Es tuya entonces.

-Pero aún no hablamos del dinero del alquiler, ni las condiciones.

-Dime cuanto puedes pagar y eso será, no necesitamos el dinero, muchacha. Y te conozco lo suficiente para no necesitar un contrato, tu palabra me basta. Siempre has sido responsable y seria, eres la jovencita más confiable que conozco. Es una pena que mi hijo ya tenga una prometida o haría lo posible por tenerte de nuera.

-Gracias - dijo ella conmovida, se sentía tan vulnerable que los sinceros elogios de aquel hombre eran un bálsamo- sinceramente, muchas gracias.

-Vamos, mañana puedes traer tus cosas y mudarte.

-Sí, antes que me acostumbre al hotel- comentó ella sonriendo.

-La única desventaja es que la casa está bastante apartada, pero cualquier cosa me tienes cerca a mí, también el joven Hayden tiene su casa cerca, así que si necesitas algo no estarás sola.- dijo el hombre y Rachel cayó en la cuenta de que la casa de Kenai estaba a unos trescientos metros de allí. No supo que responder, porque no estaba segura si esa cercanía era algo bueno o malo, así que sólo asintió.

Al día siguiente, mientras se mudaba, fue descubierta por Nieve y su dueño.

-Creí que el señor Robertson nunca alquilaría esta casa, ahora veo que sólo esperaba a la inquilina adecuada - dijo Kenai a sus espaldas mientras ella cargaba una caja con víveres -¿Te ayudo? - preguntó mientras el perro saltaba a su alrededor.

-No está bien.- contestó pero al maniobrar para evitar los efusivos saludos de Nieve se tambaleó. Kenai llegó hasta ella y tomó la caja al tiempo que ponía otra mano en su cintura para estabilizarla.

-Deja que ayude, debo cumplir mi palabra - dijo soltándola.

-¿Tu palabra?

-El señor Robertson me dijo que te mudarías y me pidió que te ayudase- explicó.

-¿Entonces no estabas aquí de casualidad? - preguntó ella mientras se apresuraba a abrir la puerta, ya que imaginaba que era inútil decirle que dejara la caja y que no necesitaba ayuda.

-No exactamente - respondió y evitó decir que la mayoría de sus encuentros no eran casuales, que de hecho este era el más casual de todos ya que se debía a la intervención del nuevo arrendador de Rachel.

- Pasa, por favor- lo invitó ella y le indicó donde dejar la caja mientras se inclinaba a hacerle unas caricias al perro que la había seguido al interior.

- Se ve bien. Me refiero a la casa- evaluó Kenai.

-Sí, tuve suerte. Es un buen lugar. Gracias por la ayuda.

-No es nada ¿Necesitas algo más?

-No. Lamento no poder invitarte ni un café, pero aún estoy organizando todo. Iré a comprar vajilla, ropa de cama y todo eso más tarde.

-No te preocupes, la próxima vez me invitas café. Si no hay nada en que pueda ayudar, te dejaré para que sigas acomodándote, pero ya sabes, cualquier cosa, soy tu vecino ahora.

-Lo tendré en cuenta.

-Vamos Nieve- llamó al perro y se despidió. Ella estaba más cerca de lo que hubiera esperado, no quería tentar demasiado a su suerte.

Cuando Kenai se marchó, Rachel se puso a organizar los víveres que había comprado y a hacer una lista de lo que necesitaba para su nueva casa. Se dio cuenta que no le había advertido a él sobre que no le contara a Evan, pues quería hacerlo ella misma, y también descubrió que sabía que Kenai no diría nada y que ella confiaba en él.

------------------------------------------------------------------------
(El comentario es del 2018 Pero decidí dejarlo)
Capítulo cortito, pero no me he sentido muy bien estos días y me ha costado escribir. Pero aquí va algo para no dejar la historia tan abandonada, va lenta, pero es su propio ritmo. Si fuera yo hubiese caído por Kenai en el primer capi, pero Rachel necesita su tiempo

Amor en Alaska (En curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora