Capítulo 21

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Este va dedicado a mi sis @Jeilcy  para que tenga con que entretenerse mientras se recupera. Fighting, sis!!

Saludos y espero les guste. Gracias por el apoyo y sus lindos comentarios

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Rachel caminó deprisa, sin volver la vista atrás, besarlo había sido un impulso pero ahora se sentía avergonzada, seguía sin tomar una decisión, pero Kenai era un imán que la atraía cada vez más y más. Al llegar a su casa, se sintió extraña, se había encariñado con esa casa, pero de pronto le parecía muy vacía, muy fría, de una forma casi intolerable. Corrió las cortinas para que entrara luz y puso música. El ambiente mejoró, pero aún así era consciente de que faltaba algo más.

-Vas bien, paso a paso – se dijo a sí misma, y decidió que saldría a cenar afuera, no tenía ganas de cocinar. Ordenó un poco la casa, se dio un largo baño y buscó ropa.

Salió temprano y aprovechó a dar un paseo por el puerto y luego por el pequeño centro de Sitka, finalmente entró a un restaurante, uno diferente al que había visitado anteriormente y ordenó la comida. El lugar estaba muy concurrido, parecía haber un contingente turístico, Rachel se quedó observando un rato a la gente. Había parejas, grupos de amigos, familias con niños, se veían felices.
Era extraño cuando uno se detenía a observar a la gente, probablemente todos tuviesen sus propios problemas, pero vistos desde afuera parecía que vivían sin mucha dificultad, que ser humano y ser feliz era algo muy fácil, pero para ella todo era caótico. Estaba a punto de cumplir cuarenta, pero estaba más perdida que nunca. Todo lo que le daba cierta estabilidad había volado por los aires, su familia, el trabajo, y ahora sentía que estaba pisando en el aire. Sabía que era un proceso, una etapa necesaria para descubrirse a sí misma, aún así era difícil.

Probablemente a todos les pasaba lo mismo, solo que cuando uno lo vivenciaba no se sentía así. Se sentía que los demás iban avanzando, encontrando  su lugar y lo que los hacía felices, que se sentían cómodos en su propia piel mientras ella se sentía a la deriva y confusa. 

Estaba dando pasos pequeños, caminando, pero no sabía hacia donde, y eso la asustaba. Durante años sólo había hecho lo que debía hacer, cuidar a los suyos, trabajar incansablemente, seguir adelante, sin detenerse a pensar. Ahora se había detenido, era un habitante de la incertidumbre y hasta se resultaba una desconocida para sí misma. Y en medio de toda esa confusión estaba Kenai, que era a la vez un factor más del desconcierto y un lugar seguro. Sinceramente no sabía qué hacer, desde afuera la vida parecía fácil, pero ella estaba permitiéndose sentir, conocer lo que pasaba en su interior y allí todo era un desorden de emociones y pensamientos.

Quizás parte del proceso era hundirse, conocer las oscuras profundidades, para luego salir hacia la superficie.

Se distrajo viendo a unos niños jugar con un cachorrito, llevaba tiempo queriendo un perro, pero seguía pensando que no era el momento, un animal necesitaba cuidado y ella ni siquiera tenía una casa definitiva. Era egoísta pensar en tener un cachorro si no estaba establecida, primero debía resolver lo de su nuevo trabajo.

Terminó de comer y se marchó a su casa, tenía algunas ideas que quería dejar por escrito para analizar con más tranquilidad.

A la mañana siguiente se despertó temprano, tenía un tour turístico entero bosquejado y le hacía mucha ilusión, quería ver si podía poner en pleno funcionamiento lo del hidroavión para hacer paseos aéreos, así que tenía algunas consultas que hacer en la ciudad.

Había estado haciendo algunas  averiguaciones cuando se dio cuenta que estaba frente al negocio familiar, se detuvo un instante en la vereda, mirando hacia allí, estaba tentada de entrar, de ver cómo iba todo, pero estaba segura que sería un retroceso. Lo estaba meditando cuando vio salir a Kenai, que se apresuró a cruzar la calle e ir hacia ella.

-Buenos días- la saludó.

-Buenos días- respondió sorprendida.

-Pasé a dejarle un café a Evan, no tienes que preocuparte , todo va bien, la tienda aún sigue en pie y también tu hermano. Aléjate de aquí – dijo como si adivinara sus intenciones y la tomó de los hombros para hacerla caminar.

-¿Entonces todo está bien?

-Sí, todo va bien, es decir, Evan va a sobrevivir. Y a aprender un poco. la tienda seguirá en pie.

-Quizás debí hacerlo antes, ¿verdad?

-Debiste hacerlo antes, mucho antes, pero igual me alegra que lo hayas hecho ahora, creo que estamos a tiempo de enderezar a ese hermano tuyo.

-¿Y le llevas café en la mañana?-preguntó divertida.

-Bueno, también necesita un poco de aliciente. Y estar despierto para atender a la gente – respondió él- ¿Y tú qué haces por aquí?

-Trabajo, o al menos eso intento. Creo que sí voy a probar con lo de turismo, e investigaba lo del hidroavión, aún es nuestro, sólo debo ponerlo en funcionamiento, obtener permisos, un piloto y esas cosas.

-Bien, me alegra que te animes.

-Sí – respondió casi temblando.

-Si no pruebas nunca sabrás si es lo quieres o no – la alentó.

-¿Tienes tiempo libre ahora? – preguntó Rachel

-Sí.

-¿Querrías acompañarme a recorrer algunos de los lugares que pensé para la excursión? Me gustaría tener tu opinión – preguntó insegura.

-Me encantaría – respondió sabiendo que Sitka podría convertirse en un mundo completamente nuevo si la acompañaba, no era una cita , pero era lo más parecido y Rachel había tomado la iniciativa al invitarlo.

Amor en Alaska (En curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora