Capitulo 8. Ya No Más

3K 311 28
                                    


Esta mañana no tomé el bus. Debatir en mi cabeza si debía o no hacerlo, si tendría el puto valor para verlo a los ojos y enfrentarlo delante de todos. Taladre mi cabeza, convencí a mi mente de lo que estaba por hacer. Me propuse pensar que estaba haciendo bien. Que el lo merecía de todas formas. Por todo lo que me ah hecho durante años y por lo que de seguro viene haciéndole a Lucy.

Apreté mis puños todo el viaje. Mis uñas clavadas en mis palmas me recordaban el dolor que sentía.

Llegaba tarde, lo sabía. No quería aguantar hasta la hora del almuerzo sabiendo que ese infeliz pasaba por mi lado como si nada. No. Decidí llegar justo en el momento indicado.

Me dirigí a su mesa, ignorando un niño de tercer año al cual le daba clases de informática. No estaba en condiciones de formular una teoría para su respuesta.

Varios de los muchachos a su lado me observaron, la mirada que yo quería, no me observo.

Paré en seco un segundo, observé su brazo, sobre los hombros de una chica.

Era ella, con varias capas de maquillaje encima, probablemente queriendo tapar las débiles marcas que aún permanecían en su rostro. Eso, fue un duro golpe.

Más doloroso que saber que la golpeó, es saber que ella aún sigue allí, con el.

Una corriente de calor abordo mi cuerpo completo. Solté mi mochila, no planeaba usarla. Plante mis brazos sobre la mesa. El aula estaba repleta pero con la audiencia de una persona mayor responsable.

—Cielos... chico raro... ¿Puedes... irte a desparramar tus neuronas a otro lugar? Me estorbas. —Suspire. Aún consigue hacerme enojar aún más, supongo que es como un don especial.

Lucy, ella ni siquiera volteó a mirarme. Sólo se quedó allí, ignorando mi presencia.

—Maldito infeliz. —Solté. Su rostro pareció volverse pálido, pero con una fría mirada desigual. Sus compañeros lo observaron atentos, aguardando la reacción.

Soltó una risa superficial. —Valla... veo que quieres que te golpeemos una vez más... ¿Verdad chicos? —Ellos, a su diferencia, no parecieron interesados en seguirle el juego.

—¡Maldito psicópata! —Tome el brazo de Lucy y la tire lejos de sus asquerosos brazos. Parecía molesto al levantarse de su asiento. El y yo éramos de la misma estatura, aunque su masa muscular era algo más grande que la mía. —Tu la golpeaste. Debería darte vergüenza. Eres un puto homosexual... —Me burle de el. Sin ánimos de ofender a una persona homosexual, se que a Lincoln no le cae nada bien que lo llamen de ese modo.

—¿De qué hablas? Idiota vete a la pequeña cueva de donde saliste si no quieres que te parta la cara de niño inocente que traes. —Tenso su mandíbula, yo sonreí. Y eso pareció poderlo aún más molesto.

—¿Escucharon todos? —Al voltear, observé un chico con su celular, esto sería un muy buen video en youtube. —Este chico de aquí... —Lo señale. —Es un maricon que golpea a las mujeres, porque no es suficiente hombre... para ninguna chica. —Lo observé, gozando de su humillación. Claramente, sus amigos no lo defendían.

—Bastardo... —Lo oí murmurar detrás de mi. Voltee y esquive un puño cerrado que se dirigía a mi rostro. Formé un puño con mi mano y pensé, «voy a hacerlo, al fin lo haré»

Golpee tan fuerte como pude su mandíbula, desconcentrando sus sentidos, provocándole una firme caída. Sonó un golpe seco. Revise mi mano y encontré sangre en ella, dolía.

Lucy, lejos de correr o algo, lucía completamente perpleja sobre lo que había sucedido.

Los alumnos, observaban con curiosidad. El chico seguía grabando. Tomé el brazo de Lucy y corrí de allí con ella lejos de los problemas en los que de seguro estaba metido.

—¡Estúpida! —Le grite.

—¡No me digas eso! —Ella también grito.

—¿Cómo puedes seguir con el? ¿A caso quieres que te golpee hasta matarte? ¿Has visto tu rostro? —Ella parecía querer llorar en cualquier momento.

—¡Lo siento! ¿Bien? Disculpame... —Sorvió su nariz y se sentó en la hierba.

—No te comprendo... Lucy, el te golpea...

—Él me ama...

—No. Él no te ama Lucy, créeme, así no es el amor... —Ella se mantuvo en silencio unos minutos.

Intenté recordar si Lincoln aún estaba respirando cuando salí del aula.

—El... me sorprendió está mañana con un enorme ramo de rosas... Y un collar de oro macizo... pidió perdón. No me interesaban los obsequios, sólo quería una explicación... pero no supo darmela.

—Lucy, el amor no es de ese modo... si alguien te ama realmente, no te golpearia jamás en la vida.

Tome su mano.

—Tu... no eres capas de ver el verdadero amor ni aunque lo tengas a tu lado. —Le susurre. —Lo peor de todo, es que sigues perdonando el maltrato que ejerce contra ti... eso me duele mucho más que saber que tu y yo sólo seremos amigos. —Me eleve del suelo, sus ojos me siguieron. —Pero me cansé de eso Lucy. Estoy harto de ser el que está cuando lo necesitas para que luego te vayas con él cuando te has curado de los golpes. —Soltó unas lágrimas, mi corazón se partía en cada palabra, pero yo sabía que esto era lo correcto. —Dime si me quieres. Dímelo ahora si lo sientes. Si no lo haces, prefiero dejar todo aquí y ya no volver a tener contacto contigo... —Ella bajo la vista al suelo. No respondió. Y allí mi corazón dejó de existir. —Bien... no vuelvas a correr a mi Lucy, ya no más.

Voltee y camine lentamente, le di tiempo a arrepentirse, quería que gritara mi nombre, quería que se diera cuenta de que me necesitaría, pero no fue así. No grito mi nombre, ni hablo, ni corrió a abrazarme.

Y allí, algo dentro de mi se quebró. Entendí que aunque realmente dolía mucho peor que un golpe, era lo correcto, era lo que ella deseaba y era lo que yo respetaria.

Suspire. Oí el llanto de mi corazón, y los aplausos de mi cerebro.

Bueno!! Muchas gracias!

Si Dios quiere actualizaré todos los días. Necesito decirles algo...

Lucy, necesita mucho de Zeed, y el de ella.

Esta enferma y no lo sabe, aún.

Duerman lindo mis pequeños!

Heladito 😘

Mi Chica Ideal ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora