Capitulo 38. Muy Segura

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Octava semana de generación.

En el hospital, aguardamos nuestro turno para al fin entrarar y que el amor de mi vida pueda revisar a mis dos Angeles.

Estaba exhausto. Debido a que me eh decidido a rendir libre en la escuela a fin del semestre, y por ende me paso todo mi tiempo libre rindiendo y estudiando para poder hacerlo bien.

El motivo por el cual decidí no ir más a a la escuela es muy sencillo. Mi chica está embarazada. Y no podré comprar muchas cosas con el medio turno que trabajo.

Mi madre me dio la oportunidad de trabajar el turno completo y pajar un poco más de lo debido hasta que pueda encontrar un trabajo de verdad y no uno familiar.

De todos modos agradezco que mi madre este ayudandome.

Observé a Lucy, su mirada estaba perdida, estática. Tenía la costumbre de irse a su mundo de pensamientos donde permanece minutos, u horas. Les llamamos. trances.

—Lucy, amor, ¿Estás bien? —Deslice mi mano suavemente por su rostro, ella me sonrió.

—¿Me excedi? —Se burló.

—Bueno, fueron unos diez minutos. Has tenido mejores.

—Lo siento, estaba... pensando...

—¿Puedes decirme en que? —Frunci el ceño.

—En lo que pasará luego... es decir... ¿Nos imaginas con dos niños a cuestas? Llorando y gritando... somos muy jóvenes... —Parecía una lucha interna consigo misma. Parecía tener miedo, y es que en realidad yo también tengo miedo. De no poder darle a mis hijos lo que merecen. De no poder ser el padre ideal, de que algo no funcione. Y es que ella parecía tener más miedos, aún más de los que yo tenía.

—Está bien... Lucy tenemos la edad ideal. Ni más ni menos, estamos bien así. Te daré todo lo que este a mi alcance a ti y a nuestros pequeños, porque te amo a ti tanto como a ellos... y no hay nada que yo no hiciera por tu bienestar Lu...

Me observo con una sonrisa tenue, ella estaba llena de miedos, pero esta bien, eso es normal.

—Saque el préstamo... mañana podríamos ir a ver la casa que más te guste... no tengo millones... pero estoy seguro de que encontraremos algo que nos guste... —Ella pareció pensar lo.

—Zeed... tu no deberías entusiasmarte... ya sabes... ¿No crees que podría pasar algo? Creo que deberíamos esperar un poco... para estar más seguros.

—No comprendo Lu...

—Es mejor que no lo hagas... —Murmuró tan leve, que casi no puedo oírla.

Estaba por preguntar a que se refería, cuando la doctora llamo por apellido a Lucy. Ambos entramos, yo tomé su bolso. Tenía la impresión de que ella no debería hacer ningún esfuerzo. Tome su mano con fuerza, quería darle confianza, que obviamente no tenía.

Se quito la camisa y levantó su playera para que la doctora pudiera poner un poco más de esa sustancia extraña sobre su vientre.

Lucy se estremeció al contacto, obviamente estaba frío.

El aparato comenzó su rumbo en pequeños círculos. Y en la pantalla, con colores blancos, grises y negros, la doctora indicaba donde se suponían que estaban nuestros pequeños.

—Bien... tienes ocho semanas de gestación. Tus pequeños tienen el tamaño de una frambueza... ya se distinguen ojos y orejas, la columna vertebral está allí... —Señaló en la pantalla. —Esa pequeña cola estilo renacuajo comenzará a desaparecer y se firmarán los cuatro huesos que datan inicio a las extremidades. —Nos observo y miro la historia clínica de Lucy. Suspiro.

—Doctora... ¿Hay alguna posibilidad de que... ya sabe... Lucy pierda... —Diablos, me costaba decirlo y ni siquiera quería pensarlo. —De que Lucy pierda los bebés? —La Doctor a comenzó a limpiar la leve pansa de Lucy y suspiro.

—Bueno, los primeros meses son los más complicados en realidad, pero es algo poco común en este tipo de embarazos. De cualquier firma nasa es del todo seguro hasta que los niños nazcan... —Observó a Lucy y ella asintió.

En realidad no estaba pensando que eso en realidad podría pasar. Sentía en mi corazón que yo tendría a mis pequeños en brazos, y a mi esposa a mi lado.

—Zeed... debo revisar a Lucy a solas ¿Te importaría salir unos minutos? —Pregunto con una sonrisa. No me negué.

Salí de allí y me dirigí a beber un café caliente. Compre uno también para Lucy para cuando saliera.

Relata Lucy Blacke.

¿Cómo te sientes? —Me senté en mi cama.

—Bien... algo... temerosa.

—No es necesario Lu. Todo saldrá bien.

—¿Y qué hay si no? —Sentí ganas de llorar.

—Lu, vamos, ten fe. Fuerza, lucha por tus niños, por ti... por ese chico maravilloso que tienes como pareja. —Tomo mi brazo y lo apretó levemente.

—El... esta hablando de comprar una casa... pintar las paredes... comprar ropa y sacar fotos y yo... yo... no se si voy a poder darle a sus niños... —Me sentía desconsolada.

—Lucy, es sólo un estudio, el resultado pudo haber estado mal.  Confía Lu, sólo debes confiar. —Sonrió.

Ella me conocía desde hace más tiempo del que recuerdo. En realidad, creo que fue quien asistió a mi madre en mi parto.

Suspire, deje que grandes cantidades de aire entraran a mi sistema.

—Debes salir, y disfrutar de tu embarazo. Es la mejor parte de tu vida y no le estas dando el interés.

Y era verdad, tenía que estar feliz. ¿Cuántos hijos más podría tener? ¿Cuándo podría volver a disfrutar de esto?

Me dirigí a la puerta y encontré a mi novio, hombre, al amor de mi vida, con una sonrisa angelical y un café caliente en su mano. Me lo extendió. Lo observé unos segundos, unos pocos segundos, en los que pude darme cuenta del brillo que tenían, de lo azules que eran.

El estaba feliz, y yo no era quien para arrebatarle esa felicidad.

Tome el café y lo bese en la mejilla.

—¿Veremos las casas mañana? —Le pregunté.

El pareció no comprender al principio.

—¿Estás segura de que quieres hacerlo? —Pregunto con algo de duda.

—Estoy muy segura. —Tome su mano, como rara vez lo hacía. —Muy segura. —Sorbi el café y comenzamos a caminar hacia el carro.

Mi celular sonó y un mensaje iluminó la pantalla. Era de Tomy, invitando a Zeed a que se uniera a nuestros días de película y palomitas.





Gracias por leer!

Heladito 😘

Mi Chica Ideal ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora