Capitulo 5. Calmate

3.1K 300 17
                                    


Era deprimente tener que verme en el espejo. Mis ojos celestes resaltaban aún más las bolsas de color violaceo que se hallaba debajo de uno de ellos.

A un costado de mi mandíbula, una gran marca de ese color.
Me encargué de curar mi ceja anoche, de un corte no demasiado profundo.

Tomé un analgésico por los dolores. Me quité la camisa para asearme de una vez. Hacía tiempo me mantenía tieso frente al espejo observando mi reflejo en el baño.

Claramente ellos me hicieron mierda. Raspones, moretones del tamaño de un plato, cortes producidos por las irregularidades de las calles.

Desearía que al menos, mi bicicleta no estuviese tan destruida. Es un conjunto de metales sin forma alguna.

—Eres un idiota Zeed, invitas a salir a la chica del muchacho más rudo y bruto de toda la escuela. Será mejor que comiences a tomar mejores decisiones. —Mi cerebro. Racional y justo.

Efectivamente cumpliría con el pedido de Lincoln y no iría a buscar a Lucy a su casa. ¿Qué pensaría si me viese de este modo? ¿Qué le diría?

Inútilmente comencé a pensar todo tipo de frases que sabía que jamás le diría. Ella es su novia, le creería a él de todas formas.

Me pregunto... ¿Lincoln habrá golpeado a Lucy alguna vez? Hablo de que parece un chico mentalmente inestable, controlador e impulsivo. No me sorprendería si golpeara a las mujeres. Aunque es un acto bastante cobarde a mi parecer.

Me coloqué mi camiseta y una chamarra sobre esta y camine hacia mi empleo. Un miserable medio día de trabajo me esperaba en puerta.

—¡Zeed! ¡Cariño...! —Se notaba sorprendida. Y no es para menos, es decir, tengo moretones y marcas en el rostro que difícilmente podrían taparse.

—Descuida mamá... estoy bien... —Se acercó a mi con los pasos agigantados.

—¿Quién te hizo esto? —Parecía horrorizada.

—Un chico... no importa...

Le sonreí y me dirigí a la cocina. No solucionaba nada quedándome allí hablando con mi madre sobre como terminé así de hecho mierda.

Me llevé casi todas las miradas del lugar. Unos cuantos me preguntaron quien me había hecho eso. Les conté brevemente lo que había sucedido y un par de hombres preguntaron si quería hacerle una denuncia o algo por el estilo. Me negué, por ahora.

—Mamá... ¿Puedo hacer horas extra? —Por contrato, sólo me corresponde trabajar hasta la tarde, pero de éste modo dejaría de pensar en lo idiota que es Lincoln y así me distraeria.

Eran poco más de las diez, y sólo quedaban dos mesas para cerrar de una vez. Gran manera de terminar mi jornada.

¿Tendría que haberle enviado un mensaje a Lucy?

No lo hice, y ella tampoco... de todos modos creo que ella no está enamorada de mí en lo más mínimo, así que... ¿Para qué me preocupo?

—Porque tu si la amas, Zeed. —Mi terco corazón respondió.  

—Zeed, tienes a alguien preguntando por ti. —Frunci el ceño.

—¿Quién?

—No lo sé. Una chica. —Una de las empleadas me comunico desde la puerta.

Me asome a la ventana que me daba una vista panorámica del lugar y observé a una chica leyendo el menú. Bueno, supuse que era una chica ya que tenía sus uñas pintadas.

Tomé la libreta y una lapicera, me acerqué a ella y carraspee la garganta.

—Buenas noches, ¿Qué desea ordenar? —Se quitó su capucha y me ahogue con mi propia saliva.

—Deseo ordenar una explicación. —Era ella, observandome con un aire molesto. Pero al mantener su mirada más detenida, su gesto se volvía culpable y curioso.

—Una explicación... ¿De veras? —Reí irónico. De seguro viene de coger con Lincoln y me pide una explicación a mi.

—Dios Santo... ¿Qué te ocurrió?

Se paró frente a mi, inspeccionando mejor las marcas y cicatrices.

—Pregúntale a tu novio, el puede tener la respuesta. —Fui muy frío.

Pareció entenderlo, ya que asintió y volvió a sentarse en la banca.

—Te esperé esta tarde... —Murmuró, no llegaba a ser una queja, más bien, una recriminacion.

—¿Qué hay de tu novio? —Reí.

—Él... se fue con sus amigos de fiesta... yo quería saber que te había sucedido...

Entonces, si Lincoln se había ido de fiesta, eso me daba a entender que era realmente listo. No fue a la casa de Lucy ni tampoco se acostó con ella. Dentro de mi, un gran alivio apareció.

—Lo siento... no pretendía dejarte plantada... fue algo muy espontáneo.

—Andrew es un caso realmente especial... pero no te preocupes. Hablaré con el...

—Claro, una simple charla. Eso funcionará de maravillas. Ya lo creo. —Ironice, ella fruncio su rostro.

—Quizá me escuche... —Rode los ojos antes de retirarme de allí con la orden.

—¿Vas a pedir algo? Si No lo haces debo irme... casi cerramos y quiero irme a mi casa.

—Cielos Zeed.. calmate...

Solté una gran carcajada al aire llamando la atención de los comensales que allí se concentraban.

—¿Qué me calme? Ese idiota que tienes por novio vino como una rata en la noche con tres amigos suyos, claro como no tiene la suficiente hombría como para venir sólo. Rompieron mi bicicleta a modos irreconocibles y tú vienes a decirme ¿Qué me calme? —Volví a reír.

—¡Oye! No es culpa mía. —Parecía molesta por mi comentario.

—¿A no? —Le sonreí. Ella tenso su mandíbula con fuerza.

—No. No es mi puta culpa. —Dejo el menú sobre la mesa y se elevó de su silla. —Y yo que creí que estar un rato contigo sería divertido. Pero no. Eres igual de cretino que todos los hombres.

Caminó a la puerta, y por más que duela, no quería que esa chica  me trajera aún más problemas.

Solté un gran suspiro.

Eres un idiota. —Mi corazón y cerebro. Ambos estuvieron de acuerdo.

Gracias por leer! Espero les halla gustado mucho!!

Heladito 😘

Mi Chica Ideal ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora