Capitulo 49. Comprando Vestido

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Semana diecinueve de gestación.

Relata Lucy Blacke.

-¿Qué opinan de este? -Me observé en el espejo. Era un vestido color marfil, con encaje en la zona del escote y tenía una falda tan suave que marcaba a la perfección la pequeña panza que tenía. Estaba casi de cinco meses de embarazo. Mi silueta había cambiado bastante.

-No me gusta... -Murmuró mi madre, tomando una foto con su teléfono. Como había hecho con los otros diez que tampoco le habían gustado.

-Si no te gusta, ¿Para qué tomas fotos? -Pregunto mi tía Aly con sarcasmo.

-Debo registrar cada vestido, además, ella también pides ver lo feos que son. -Explicó.

-Debes ser más discreta. Si algo no te gusta, no debes decir que no te gusta, sino, algo así como... no me agrada el color, el corte no es el indicado para tu cuerpo, el encaje quedaría negro en otro lugar... ya sabes. Para ser más sutil. Has dicho que no te gustan los vestidos desde que llegamos aquí. -Concluí.

Ella pareció dudar un segundo. Observé a Luz mientras ella se paseaba por los corredores, mirando vestido tras vestido.

-¿Qué opinas tu, Luz? -Decidí tener también un punto de vista de ella, ya que los de mi tía y madre, no sirven demasiado.

-Me gusta este... -Exclamó tomando uní entre sus dedos. Era hermoso. Simplemente perfecto.

Tenía un color extrañamente blanco, como la nieve. Si caída era magnífica. Sentí ganas de probarlo al instante. Aunque no lo necesitaba para saber que era sería mi vestido soñado.

Entre al probador, me quite el vestido que llevaba puesto y lo dejé cuidadosamente sobre la silla que allí estaba. Realmente no era tan feo como los demás lo describían.

Me coloque el vestido y llame a mi madre para que terminara de subir el cierre de mi espalda. Me pregunté porque diablos todos los vestidos tienen ese incómodo cierre que se vuelve imposible de cerrar por nosotros mismos.

Di la vuelva y ella me observo. Su mirada recorrió desde mis pies descalzos hasta mis ojos, quienes aguardaban expectantes.

—Estas... hermosa... —Murmuró con algunas lágrimas acumulandose en sus ojos. —Me recuerdas tanto a mi... no puedo creer que vallas a casarte... —Comenzó a llorar.

La abrace y bese su mejilla. Sabía que parte de su llanto no era de felicidad, sino de tristeza.

Quizá algo de nostalgia también estaban allí acumulados. En un llanto que se que no quería sacar.

—Eres tan joven... y...

—Tranquila mamá... todo estará bien. Ya lo verás. —Obseve sus ojos, rojos por las lágrimas. Soltó una sonrisa. Y comencé a pensar que no había sido tan buena idea decirle que viniera conmigo.

Mi madre es muy sensible. Con facilidad hace dramas o se larga a llorar. Debí imaginar que tendría uno de estos momentos aquí.

—Se están tardando demasiado...

Ambas nos separamos levemente al observar a Luz abrir la puerta del probador. Aly la seguía desde atrás con bolsas en ambas manos.

Observó fijamente la situación, y su rostro comenzó a verse de un notable color rojizo. Me aleje un poco y di una vuelta en mi mismo lugar.

—Diablos... no sabía que tenía tan buen gusto... —Murmuró con una sonrisa.

—Podemos ir de compras algún día. —Le guiñe un ojo. Ella sólo asintió.

—Estas preciosa... —Susurro Aly mientras tomaba varias fotos.

Oí mi teléfono y lo tome, observé la foto de Zeed en la pantalla. Sonreí.

Llamada telefónica.

—¿Amor?

—¿Cómo está la mujer más hermosa del mundo? —Pregunto con una notable sonrisa.

—Pues... ya sabes... aún buscando. Tengo un público difícil de complacer. —Las observé, hacían morisquetas entre ellas mientras reían.

—Oh... te entiendo. Sólo llamada para decirte que podríamos salir al cine esta noche si quieres... —Sonreí. El sienpre pensaba en que hacer para hacerme sentir bien.

—Me encantaría... ¿Qué película veremos? —Luz me daba pequeños guiños mientras yo le hacia gestos para que cerrará el pico.

—¿Alguna romántica?

—¿Romántica? —Solté una gran risotada. —¡Quiero acción! ¡Armas, autos chocando y explosiones! —Grité.

—¡Explosiones! —Grito desde el otro lado. Soltó una risa. —Se que no te gustan las románticas... Sólo estoy jugando. —Suspire.

—Creí que habías dejado de quererme... —¿Quién dijo que mi madre era la única dramática?

—Jamas te dejaría de querer. —Sonreí.

—Bien amor... debo despedirme...

—Está bien, nos vemos en la noche amor.

—Cuelga tu primero...

—No amor, tu primero... —Rió.

—¡Bien, adiós!

—¿Qué? ¡No! Espera...

Y colgué.

Lo se, soy tan romántica.

Creo que esta es una de las pocas relaciones que conozco, en la que la parte romántica, se encuentra en el hombre y no en la mujer.

—Bien, ahora que terminaste de hablar con tu Don Juan. ¿Podemos ir a comer? Mis órganos se están comiendo entre ellos.

Al decir eso, trague de manera brusca.

—Las míos igual... —Solté una risa. —Literalmente...

Las miradas incómodas de Aly y mamá observaron a Luz, quien parecía avergonzada por haber hecho ese comentario.

—Lo siento... —Murmuró.

—Descuida, de todas formas también tengo hambre. ¿Vamos a comer? —Sonreí.

Todas asintieron. Lleve el vestido a la caja y pague, justo a tiempo para ir a almorzar.








Gracias por leer este capítulo !

Bien, quería comentarles que actualmente en Argentina, hace 33 grados centígrados. Y literalmente, estoy sudando hasta por los ojos. Díganme que temperatura hace en su país o mujer donde viven, y publiquen en mi tablero lo siguiente.

#heladitotedoyunhelado

Quiero helado, bien frío.

¡Ah! Y díganme que sabor de helado es el que más les gusta. El mío es dulce de leche granizado. (Con chocolate)

Fin del reporte!!

Heladito 😘

Mi Chica Ideal ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora