Capitulo 1. Grandioso

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En multimedia, nuestro galán en esta historia, Nicholas Hoult. De veras intenté hacer creer a Colton Haynes o a Francisco Lachowsky, inclusive a James Maslow, Logan Lerman y Dylan O'Brien en este papel, pero no pude verlos como yo quería, en el papel de chico bueno y sereno.

En cambio si pude ver eso en Nicholas. Y por eso, el será nuestro amor platónico.

Sin más, comiencen a leer!!

Zedd, ese es mi nombre. Zedd Collins. Un nombre muy sencillo aunque estoy más que seguro de que ella no lo sabe.

Soy conformista. Me alcanza con que compartamos clase de aritmética juntos. Siendoles sinceros, el hecho de que yo saqué puros dieces y que Lucy no pueda acabar un solo ejercicio, me hace más fácil acercarme a ella.

— Debes ayudarme a hacer estos de aquí. No los entiendo. — Oí su voz y el asiento a mi lado fue ocupado con ella.

Su perfume, su largo cabello castaño, esos bonitos ojos marrones que tanto me vuelven loco, estaban a mi lado.

— Claro, dejamelos debajo de la mesa y yo los haré. — Murmure. El profesor no debe enterarse que yo soy quien hace sus ejercicios, o tendré un grave problema.

Claro que si luego de eso, Lucy decide amarme no me importarían un par de suspensiones. Pero creo que es más probable que mi perro defeque dinero que el hecho de que Lucy me ame.

— Cambiale un poco los números. No puede darse cuenta de que son tuyos. Aún sigo tratando de inventar una excusa creíble a cerca de cómo soy tan buena en la práctica pero no se nada cuando toman un oral.

uSi voz es tan angelical que me es imposible no desear oírla todo el día.

— Claro... — Comencé a hacer su tarea sin murmurar nada, mientras ella limaba sus uñas y jugueteaba con un cigarro en su boca, sin encender.

Personalmente creo que es malo fumar, pero ¡Joder! Ella siempre es tan hermosa que ni siquiera piensas en que tiene el mismisimo cáncer en sus manos.

Chamarra de cuero negro, pantalones ajustados, playeras con inscripciones de rock, tachas y cadenas, un maquillaje muy bien hecho y una potente personalidad son suficientes para que toda la escuela sepa tu nombre,  para que las niñas sigan tu moda, y para que los chicos estén tras de ti cuál perros en celo.

— Blacke... — Murmuró un chico a su lado. — ¿Vienes hoy a la fiesta?

La respuesta de Lucy no fue inmediata, fruncio el ceño y siguió jugando con su cigarro.

— Hablaré con papá... — Murmuró.

Su padre, Ethan Blacke, es uno de los millonarios más codiciados de esta zona, junto a su esposa, Megan Forest. No pregunten como es que sé eso, sólo lo sé y ya.

— Si vienes... debes traer lo que tu sabes... — Le guiño un ojo y ella asintió.

—  Estan listos Lucy... — Le extendí su hoja y ella me sonrió conforme.

Ahora sólo restaba terminar la mía para dentro de... ¿Diez minutos? ¡Imposible! 

— Señor Collin, entregue su hoja de una vez. — Habló el profesor desde su escritorio. — Debe hacer las cosas más de prisa o estudiar cuando se le pide.

— Si señor... — Murmure entre dientes.

Me dirigí a mi casillero a guardar mis libros, observé a Lucy correr hacia la salida. Quise hablarle, pero no puedo hacerlo.

Voltee ignorando lo idiota que me veo intentando hablar con una chica.

— Oye nerd... — Me sonrió. Mi pecho comenzó a galopar emocionado. — ¿Quieres venir a una fiesta está noche? — Aguarde unos minutos, quizá ella le hablaba a alguien más, pero no parecía bajar la mirada asique concluí en que ciertamente, era a mi a quien se dirigía.

Abrí mi boca, ausente de sonidos,  No fui capaz de soltar palabra alguna.

— Es a modo de disculpa por lo que ocurrió con tu tarea. Te enviaré la dirección luego ¿Bien? — No más Zeed, vamos, dile algo no seas un idiota cobarde.

— C... Claro... — Sonreí.

Ella me guiño un ojo y la observé subirse a su moto. ¿No les dije? Su papel de chica rebelde estaba bien instalado. Tenía una moto gigante y no temía hacer algunas acrobacias con ella.

La observé alejarse de mi campo visual con un acelerado estruendoso.

De pronto un golpe me saca de mis pensamientos, caí en cuenta de que Lincoln, el chico que camina tras los pasos de Lucy, había tirado todos mis documentos al suelo.

— ¿Qué hay, idiota? — Era habitual. Ser el chico callado y tranquilo conlleva este tipo de abusos todo el tiempo.

Me coloqué en cuclillas juntandolos una vez más, mientras él y su grupo de secuaces obasionaban lo «Genial» que había sido.

Uno de ellos tomó mis gafas negándose a devolverlas. Mi vista es muy reducida cuando me las quitan, soy casi como un topo en la oscuridad.

— ¡Devuelvelas! No... No puedo ver... — Oía sus risas colgadas de burla.

— Señor Stuart. Devuelvan esas gafas antes de que los reporte con el director. — Sonreí. Era la voz del supervisor.

Unas leves risas de los pocos presentes del lugar llenaron el silencio que se acentuó el ese pasillo.

— No vuelvan a hacerle algo así al chico. — Sentenció.

Uno de ellos dejó las gafas sobre el suelo y yo las tomé volviendo a mi visión habitual. Pero mi paz no duro mucho ya que un golpe estalló en mi estómago sin pudor alguno. Dejándome en posición fetal en el suelo.

— Será la última vez en que me dejes en ridículo frente a todos. Idiota. — Murmuró Lincoln, antes de abandonar el lugar.

El dolor era espantoso. Perdí la cuenta de cuanto tiempo permanecí en ese frío suelo, hasta que al fin pude levantarme.

Ese era un día normal para mi. Algo de burla, unos golpes... Algo de decepción. Y si es un buen día, sólo terminaría mi jornada con habre, ya que me habrían robado el dinero para el almuerzo.

Grandioso Zedd. Tienes todo a favor.

Díganme, ¿Encuentran creíble la pareja de Emma y Nicholas? A mi en lo personal, me encantó.

Heladito 😘

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