Capitulo 51. Una Rosa y Una Lágrima

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Semana veintiuno de gestación.

—Claro Robbie. Te entregare el informe mañana, si tengo novedades serás el primero en enterarte. —Le guiño un ojo. Este sonrió y asintió levemente.

—Saluda a mi prima de mi parte.

—Lo haré amigo. Nos vemos.

Era tarde, realmente tarde.

El trabajo se había ibteajficado demasiado el día de hoy. Sólo consta con decir que Ethan no llego y horas más tarde, nos avisó que no asistiría, ya que tenía una reunión muy importante de trabajo al parecer.

Los informes llovían. Estuve todo el día con el trasero en una silla probando nuevas cosas, tecleando en la computadora y realizando cuentas. Tuve que usar mis anteojos todo el día.

No llegue a la cena con mi esposa, me sentí algo mal por eso. Pero ella se mostró comprensiva, y me aseguró que me esperaría en la noche no importa a que hora llegue. Tendría la cena lista y una película para ver.

Ella siempre es así de atenta conmigo, me causa ternura.

Parece que fue ayer cuando la vi por primera vez en la escuela, con esa cara de pocos amigos, haciéndose notar entre todas las niñas iguales.

Tome una rosa que había comprado en diez minutos mientras caminaba a mi otra reunión en la tarde. Me gustaba tener pequeños detalles con ella.  Mantenía la llama encendida.

Me dirigí al auto junto a Michael y a Robbie. Ellos subieron al suyo y yo al mío. Nos despedimos al mismo tiempo y tomamos caminos separados. Coloque la radio suavemente. Observé el reloj digital que estaba instalado en el auto. Eran poco más de las doce. Realmente era muy tarde para salir del trabajo.

No prestaba demasiada atención al camino. A estas horas, casi siempre estaba completamente vacío, salvo por algún que otro rezagado como yo, que salía tarde de su empleo. Que suerte que me agrada trabajar allí y no es agotador como un trabajo que no te agrada.

Recorde que debía llamar a mi madre en estos días. Ella se mostró dispuesta a ayudar a Lucy a buscar un vestido. Pero ese día tuvo que estar en la pizzería todo el día ya que otro de sus empleados se había enfermado.

También se encargó de enseñarle a Lucy como tejer correctamente. De ese modo, ahora los tejidos de Lucy tienen un negro aspecto y al menos ahora, puedo diferenciar unos zapatos de un saco.

Se encargó de comprar varios atuendos rosas y celestes para los niños, y se muestra más emocionada de lo que me hubiese imaginado en un principio.

La carretera se oscurecia. Encendí las luces del auto de Ethan, pero estas, lentamente fueron perdiendo intensidad. Creí que era falta de combustible. Por lo que detuve el auto y baje a revisar.

No encontré absolutamente nada extraño. El combustible estaba lleno y los cables se veían bien conectados entre sí. No le Di mayor importancia. Subí al carro de nuevo y comenzó a funcionar otra vez.

Noté que la velocidad aumentaba más de lo que yo aceleraba. Parecía un invento de mi imaginación en realidad. Nadie creería si yo les dijera que mi auto se acelera sólo.

De repente, un sonido ensordecedor se escuchó en todo el lugar. La bocina se había encendido sola, sin que yo la tocara. Noté la velocidad más alta. Comencé a golpear todo intentando parar el auto.

Apreté el pedal del freno, pero este no respondía. Entre en una especie de ataque de pánico. No sabía que diablos sucedía.

Comencé a sacar las manos por la ventanilla gritando sin cesar, para que cualquier persona pudiera oirme. Pero esta, se cerró lentamente. Como si yo hubiese accionado el botón para ello.

Observé un auto a la distancia, golpee los vidrios con fuerza, yo no controlaba absolutamente nada en ese auto. Ni la velocidad, ni los frenos, ni las luces. La bocina seguís sonando atendiendo mis pensamientos.

Observé un hombre bajar, comencé a gritar para llamar su atención. Pero cuando observé con atención su rostro, en un milisegundo, me di cuenta de quien se trataba.

La mirada fría y manipuladora de Andrew estaban allí, junto a una sonrisa cínica y feliz.

Frunci el ceño, sólo me costó un segundo entender que todo lo que ocurría era por su influencia.  Trate de desapbrochar mi cinturón, pero este permaneció bien sujeto, apretando mi cuerpo al asiento. Tampoco podia abrir la puerta. Era horrible.

Me sentía indefenso dentro de ese auto, llendo a más de doscientos kilómetros, sin frenos y sin luces por una carretera oscura en medio de la noche.

Sólo cerré los ojos y rogue que nada le suceda a Lucy a mis bebés. Ya que seguramente no sobrevivirá a un choque a esta velocidad.

No quería morir, de verdad no quería. Pero en cualquier instante el auto iba a chocar. Lo sabía. Así pasaría.

Observé una vez más el camino, había un poste de luz que se acercaba rápidamente a mi. Suspire, entre en calma. No podía pensar si estaba nervioso.

Recordé un artículo viejo que hacia encontrado, que decía algunas pautas para poder sobrevivir a un accidente.

Junte mis piernas a mi cuerpo, las sujete con mis manos haciéndome una especie de bola. Tome la rosa y la sujete con fuerza, pensando en Lucy, y en cuanto la amaba. La amaba, Dios si que la amaba.

Rogue y cerré los ojos. Esperando el impacto.

(...)

Acababa de sacar el pollo del horno. Esperaría a Zeed que de seguro estaba en camino y vendría en cualquier minuto.

Saque una jarra de jugo de la nevera. Y en un segundo, callo al suelo partiéndose en diez mil pedazos. Una horrible puntada en mi pecho y horribles ganas de llorar me hacían invadido.

Me sujete de la mesa y las lágrimas comenzaron a evitar por si solas de mis ojos. No podía controlarlas.

Algo malo había sucedido.




Gracias por leer el capítulo!

Ninguna novedad para hoy :)

Heladito 😘

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