Capitulo 25. ¿Otra vez?

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Han pasado tres meses, ahora, desde la última vez que vi a Lucy en ese hospital. Mi herida sano de maravillas y oficialmente hoy, deje de tomar las medicinas y visite al doctor para que viera mi progreso hasta ahora.

Fue bastante incómodo en realidad volver a verlo y que me preguntara como iba el progreso de la chica que visitaba en mis días de hospital.

Tener que decirle que no tenía ni puta idea de donde se encontraba no ocasionó la mejor de sus reacciones.

-Oye Zeed... -Baje la vista de mi teléfono, al cual no le es tan prestando atención.

-Hey... -Lo observé unos segundos y no pude, de verdad no pude recordarlo.

-Soy Aaron... íbamos juntos a la primera ¿Recuerdas? -Pregunto el chico de grandes ojos verdes.

-Lo siento amigo... no puedo recordarte... -Busque en mi memoria y de veras no pude llegar a ese momento.

-Bien... se como hacer que me recuerdes. -Volteó y se acomodó el cabello. Volteó de nuevo y sonrió. Su cabello estaba íntegramente peinado hacia los lados y llevaba unos anteojos gruesos puestos, de inmediato recordé a ese niño dando vueltas conmigo en mis épocas juveniles.

-¡Aaron! ¡Aaron Hills! El niño de los grandes lentes y los brackets que llevaba consigo siempre un libro de matemáticas. ¿Cómo has estado? -Entre risas, se quitó sus lentes y despeino su cabello otra vez, lo traía largo y con algunas hondas.

-No me quejo.. ya sabes. Ahora uso lentes de contacto, pero siempre llevo conmigo este par... por si acaso. -Señaló sus lentes. -Tampoco uso brackets ni tengo conmigo mi libro de matemáticas... ¿Tú como has estado?

-Ya sabes... aquí y allá, trabajando, estudiando...

-Te comprendo. Me mudé aquí hace dos meses e inicié mis estudios aquí. Nos veremos seguido. -Sonreí.

-Eso es genial... -Observé a mi lado y un grupo de chicos reía mi y fuerte. Eran los primos de Lucy, pero sin ella. Sentí la necesidad de ir tras alguno de ellos para preguntar como estaba su prima, pero mi vergüenza no me dejó hacerlo.

-¿Almorzaras aquí? -Pregunto Jeremy. Asenti levemente y nos dirigimos a comer.

-¿Cómo ha estado tu madre? -Pregunto con interés mientras ocuparemos nuestras mesas.

-Oh ella está bien. Aún está en la pizzería, ya sabes ella siempre amo cocinar. De hecho yo trabajo ahí en la tarde.

-Iré a comer ahí algún día. -Sonrió.

-¿Has ido a visitar a tus padres? -Junte el valor para preguntarle.

-Hace tiempo no voy al cementerio, pero tengo pensado hacerlo esta semana, o la próxima. -Note que su sonrisa había desaparecido.

-Ya veo... -Sus padres habían muerto cuando el y yo conociéramos a la primaria. A la corta edad de diez años, en un accidente con un autobús. El fue criado por sus abuelos desde entonces, peto dejamos de vernos a los trece. -Oye... ¿Qué hay de nuevo? ¿Alguna novia?

El sonrió. -No tengo a nadie... ¿Qué hay de ti? -Pregunto.

-Creo que estoy en algo... -No era oficial, pero Des y yo llevábamos muchos días saliendo y tenía pensado preguntarle si quería ser mi novia. -Su nombre es Destiny.

-Cuéntame de ella, como en los viejos tiempos cuando nos contábamos lo lindas que eran las niñas. -Ambos reímos.

-Ella es muy compañera conmigo, le gusta jugar videojuegos, trabaja mucho ayudando a su familia...

-¿Tiene hermanas que puedas presentarme?

-Ella es la mayor, luego tiene tres hermanos de once, doce y catorce. -Me encogi de hombros.

-Una lástima.

Oímos el timbre que nos indicaba volver a las aulas y ambos nos encaminamos a lugares diferentes.

Jeremy tomo su plato y lo botó al cesto de basura al igual que yo. El traía puesta una chaqueta de cuero que cubría completamente sus brazos, pero una de ellas se elevó dejando a la vista varias marcas rosadas en su piel. Frunci el ceño sin entender y el aprecio notarlo, ya que al instante bajo muy bien la manga y se despidió de mi con un saludo.

Me quedé en un estado de stock, sin entender porque la gente se hacia esas cosas. Es decir, su vida le había dado un fuerte golpe, pero al menos el sigue vivo.

Saque mi teléfono y teclee un mensaje para Des, pidiéndole que venga a mi casa cuando salga del trabajo, ya que debía hablar con ella de algo muy importante. Hoy era el día.

Respondió un entusiasta si, y volví a guardar el teléfono una vez más, mientras caminaba a mi aula con el libro de biología.

(...)

Preparé un gran tupper con palomitas dentro, ya que planeaba compartirlas con Des mientras veíamos una película. Estaba ansioso y sentía mis manos sudar por ello.

Trate de leer un poco para relajarme, pero fue en vano. Lo único que hacía era observar el mar de letras sin encontrarle ningún sentido. El reloj parecía tener una especie de plan maligno en mi contra para que los segundos pasarán más lentos.

Busque una y otra vez la película perfecta y practique mi monólogo más de veinte veces para que no halla ni un solo error.

Entonces mi celular sonó y un mensaje iluminó la pantalla.

«No podré ir hot Zeed, tengo horas extra y de veras muero de sueño. ¿Mañana almorzamos? Y allí me dices eso tan importante... ¿¿Qué dices??»

Solté un gran suspiro, algo aturdido por los nervios y decepcionado. Le asegure que mañana estaría allí sin faltas.

Lance el celular a la alfombra y me tumbe sobre el sofá desabrochando mi camisa. Me sentí un fracaso total.

Coloque la película que tenía pensado mirar así la próxima vez podría hacerle spoiler a quien la vea junto a mi.

Oí el timbre sonar y no pude evitar sonreír. Era obvio que me había jugado una broma muy pesada y en realidad ella si vendría.

-Ahora veras... -Susurre antes de abrir la puerta.

Mis ojos recorrieron esa silueta que parecía irreal ante mi. Delgada, cabello café y ojos avellana que tantos buenos y malos recuerdos me traían.

Un nudo se interpuso entre mi y mi corazón, no me dejaba pronunciar palabra alguna. Junte mis fuerzas y ella sonrió de manera adorable.

-Lucy... -Murmure.

Hola! Buenas tardes, gracias por leer, deben su piel sensual.

Heladito 😘

Mi Chica Ideal ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora