Capítulo 23

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Tres meses después

El sonido de mi celular me despertó aquella mañana. Era sábado, ¿no podía dormir aunque fuera solo cinco minutos más? De lunes a viernes me levantaba a las cinco de la mañana para ir a la Universidad. Además, hoy es mi cumpleaños. ¿No se supone que el cumpleañero tiene derecho a levantarse tarde? Creí que estaba en la Constitución o algo así.

Con un gruñido estiré mi brazo para tomar mi celular. El malestar matutino se evaporó al leer que era un mensaje de Joe. Sin tardar más desbloquee la pantalla para leer el mensaje: "¡Feliz Cumpleaños a la mujer más hermosa del planeta! Te deseo lo mejor en tu día, mi amor, que todos tus sueños se hagan realidad hoy. Con amor: Joe"

Me quedé en la cama como tonta viendo el mensaje por un largo rato. Tocaron a mi puerta y yo aún seguía con la enorme sonrisa.

—Pase—dije mientras me sentaba en la cama.

—Feliz cumpleaños a ti—comenzaron a cantar mis padres y Esther al entrar a mi habitación con un pequeño pastel con las velas encendidas—, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños querida Eli, feliz cumpleaños a ti.

Esther se sentó a mi lado acercando el pastel.

—Vamos, pide un deseo.

Cerré los ojos y no pensé demasiado en mi deseo. Soplé las velitas y mis padres aplaudieron.

—Te esperamos abajo—dijo mi madre acariciando mi cabello—. Hice tu desayuno favorito.

Mi familia salió de mi habitación y sin tardar me metí a bañar. Al estar lista bajé a la cocina con mi familia, pero antes de tomar asiento el timbre sonó. Mi madre me pidió que abriera la puerta y así lo hice, en la entrada aparecieron Ella, Kevin y Wade. No pude evitar contener un grito. Wade se había ido a estudiar y aun no eran vacaciones. Me alegraba que se hubiera tomado el tiempo de venir por mi cumpleaños.

—Oh cielos no los esperaba—abracé a mis hermanos y a mí cuñado con fuerza.

Entramos a la casa y pude desayunar con mi familia. Todos ya estábamos comiendo el pastel cuando el timbre volvió a sonar. Era mi cumpleaños, así que probablemente era algo para mí. Me levanté para ir a abrir la puerta. Me sorprendí al ver que había una persona sosteniendo un enorme ramo de rosas rojas. El ramo era tan grande que no podía ver la mitad del cuerpo de la otra persona.

—Feliz cumpleaños, mi amor—dijo Joe detrás del arreglo floral.

—Oh cielo—cubrí mi boca con una mano y me hice a un lado para dejarlo pasar. Él entró a la casa y dejó el ramo sobre la mesa—. Joe, es... es...

— ¿Te gusta?

—Me encanta—lo abracé por el cuello y dejé un suave beso en sus labios—. Muchas gracias.

—Y esto no es todo, aún hay muchas más sorpresas esperando por ti.

— ¿Ah sí?

—Sí, cierra los ojos.

Entre risas hice lo que él me pidió.

—Aun no los abras, primero necesito que me escuches con atención.

—Está bien.

—Eliana, nos conocemos desde hace mucho, aun que nuestros caminos se separaron, pero con el paso del tiempo se volvieron a unir, me comporté como un idiota la primera vez que te vi, pero la verdad es que me tenías cautivado. Hoy sé que mi corazón te pertenece solo a ti. Hemos pasado por muchas cosas. Hemos enfrentado obstáculos. Me he dado cuenta de que ya no quiero vivir ni un día más lejos de ti. Por eso este día tan especial para ti. Necesito que me hagas el hombre más feliz del mundo.

— ¿Joe? —murmuré su nombre.

—Eli, ¿quieres casarte conmigo?

Al escuchar esa pregunta no pude evitar abrir los ojos en gran manera y soltar un jadeo al verlo arrodilla frente a mí mostrando un anillo en una pequeña cajita. Lo único que pude hacer fue asentir con la cabeza mientras sentía que los ojos se me llenaban de lágrimas. Joe sonrió y sentí en mi estómago revolotear. Con cuidado me colocó el anillo y se levantó para tomarme en sus brazos y darme un dulce beso en los labios.

—Te amo—murmuré en su boca.

—También te amo.

No podía creerlo. Iba a casarme y yo creía que todo iba a ser oscuridady soledad, pero no. El sol brillaba con más fuerza que nunca y yo era felizcomo nunca antes lo había sido. Todo era posible.

A little bit longerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora