Capítulo 22

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Cinco meses después

Vacaciones de Navidad.

Desde niña, las vacaciones las vacaciones de Navidad siempre han sido mis favoritas. Adoraba la infinidad de adornos que había por la ciudad, una danza de luces y colores inigualables y los olores, sí, era como si el aroma en el ambiente cambiara. Era algo mezclado con calidez, olor a pino fresco, galletas en el horno y amor de hogar. Sí, amaba este tiempo. ¿Y qué mejor ahora que la boda de mi hermana se acercaba?

Habíamos pasado cinco meses preparando la boda de Ella con Kevin. Iba a ser algo familiar, aunque ambos tuvieran enormes familias. Todo estaba listo para el maravilloso día.

La familia Jonas se había quedado en la ciudad. A ellos se les veía bien, felices. Los chicos estudiaban en casa, que envidia, yo tenía que levantarme temprano para ir a la Universidad. Pero lo mejor es que Joe siempre pasaba a recogerme.

Hablando de los Jonas, el disco de A little bit longer ya había salido. Era un éxito total en ventas. Las fans de los chicos se habían enamorado de cada una de las canciones. Joe, con cariño, había tomado como suyo mí solo de guitarra en el disco, eso me gustaba. Me gustaba escuchar que lo tocaba con la misma pasión que yo sentía y por ese instante sentía que nuestras almas se unían.

Desde aquella recaída en Julio, no había vuelto a pasarme, pero sabía que tenía mis días contados, así que... intentaba disfrutar al máximo las cosas "simples" de la vida. Cosas como mi familia, ver un atardecer, bailar bajo la lluvia, estar con la persona que amas. Solo tenía dos deseos a la hora de morir. Sentir los labios de Joe por última vez y escucharlo decirme te amo, no pedía nada más para mis últimos momentos.

— ¡Eli donde dejaste el velo! —gritó su madre desde la habitación de su hermana mayor.

Me había quedado embobada viendo el último mensaje que Joe me había mandado: "Es por ti que sonrió todos los días." A veces me ponía a pensar en el pasado y todo lo que habíamos vivido en estos pocos meses. Él había cambiado mi vida y sin duda había llenado de luz mi oscuridad.

— ¡Eliana necesitamos ese velo ahora! —gritó en la entrada mi habitación Esther. Me despabile y guardé mi celular en mi bolso que combinaba con mi vestido de dama.

—Ya voy, además, Kevin no se va a casar con otra solo porque Ella no llegué a tiempo.

—Tal vez alguna fan aparezca y ofrezca casarse con él, una nunca sabe.

Esther y yo nos fuimos riendo a la habitación de nuestra hermana mayor y con cuidado mamá le colocó el velo. Ella se veía tan hermosa en su vestido de novia. Contuve el aliento para no llorar y arruinar mi maquillaje.

—El auto está aquí—dijo papá entrando a la habitación. Se quedó anonadado al ver a Ella—. Cariño, estas... estás bellísima.

—Gracias papá—contestó mi hermana.

Vi como los ojos de ambos se cristalizaron y sentí un nudo en mi garganta. Sería algo que recordaría por siempre.

—Nada de lágrimas, nos apremió mi madre. Al menos no antes de la ceremonia. Vamos tomen sus cosas y vayan en el auto con Wade.

Sin chistar obedecimos a nuestra madre.

En el camino hacia la iglesia había un montón de reporteros. Por más "intimo" que quisiéramos hacerlo ellos siempre tenían que estar presente, por suerte, a Ella no le molestaba.

La ceremonia fue como sacada de un cuento de hadas.

Por más que luche, no pude contener mis lágrimas. Ver a mi hermana tan feliz, me llenó demasiado. Al menos había visto a uno de mis hermanos casarse antes que... tuviera que irme.

A petición de los novios sonó una canción de nuestros amados Jonas: "When you look me in the eyes". Todas las parejas fueron invitadas a ir a la pista para bailar.

— ¿Me concede este baile señorita? —preguntó Joe y yo no pude declinar su invitación.

Tomado de la mano nos encaminamos a la pista y por doceava vez admiré lo guapo que se veía en su smoking. Ambos nos paramos a un lado de la pista. Él me rodeo la cintura con sus brazos y yo le rodee el cuello. Ambos nos balanceábamos suavemente al ritmo de la canción. Cerré los ojos y lo único que podía sentir era a Joe conmigo, su aroma envolviéndome, su calidez llenándome por todos los rincones de mi cuerpo. Escuchaba la letra con atención mientras me dejaba llevar por el suave ritmo.

Nunca me había sentido tan plena y tan feliz en mi vida.

—Gracias por esto, Joe—murmuré suavemente en su oído—. Me has hecho muy feliz.

—Tú también me has hecho feliz, Eli, pero este no es el fin.

—No aun—murmuré y sentí como él me apretaba con más fuerza a su cuerpo. Sabía lo que eso significaba, tenía miedo a perderme. Pero lo haría, tarde o temprano.

—No hay que pensar en eso ahora.

—No importa lo que dure, siempre te amaré.     

A little bit longerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora