Capítulo 13

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Esther y yo estuvimos platicando un poco más. Me sentía al mejor al saber que nuestro amor y nuestra relación como hermanas importaba más que cualquier otra cosa en el mundo. Ella se había recostado a mi lado mientras platicábamos, pero nuestro momento de hermanas fue interrumpido cuando llamaron a mi puerta.

—Pase—dije y la puerta se abrió con suavidad. Me sorprendí cuando vi la cabellera rizada de Nick asomarse por la puerta.

—Hola—nos saludó cuando entró a mi habitación y se sorprendió al ver a Esther ahí.

—Los dejaré solos para que hablen—mi hermana se bajó de la cama, pero la detuve.

—No tienes que irte—miré con nerviosismo a mi hermana, pero ella me sonrió para tranquilizarme.

—No pasa nada. Iré a comer algo.

Asentí y ella se despidió de Nick para después salir por la puerta. No me di cuenta de que los hombros de Nicholas estaban tensos hasta que lo vi cómo se relajaba. A paso lento se acercó a mi cama.

—Me alegra que se hayan arreglado—me sonrió y se sentó en la cama.

—A mí igual.

—Te traje una pequeña sorpresa—de detrás de su espalda sacó un girasol y sonreí cuando me la entregó.

—Muchas gracias, Nick. Es muy dulce de tu parte—me incliné para dejar un suave beso en su mejilla.

—Tengo que confesar que me preocupe demasiado por ti.

—Oh vamos, no tenías por qué preocuparte. Soy una chica fuerte—flexione mi brazo intentando enseñarle un musculo que no existía.

—Lo sé, pero pensar que podía perderte me dio miedo y me hizo darme cuenta de algo.

— ¿En qué?

Nick se acercó un poco más a mí, tomó mi mano y la acarició con ternura.

—En que si creía que el tiempo era demasiado corto, me percaté de que lo es todavía más. Que hay cosas por las cuales vale la pena esperar pacientemente, pero hay otras cosas por las cuales hay que luchar sin miedo a nada.

— ¿De qué hablas, Nick?

—Me gustas, Eliana. Nunca antes nadie me había comprendido tanto como tú y nunca había encontrado a alguien que pensara igual que yo. Así que te quiero pedir si me das una oportunidad para ver si esto puede llegar a ser algo.

No sabía que decirle, simplemente a mi mente venía la imagen de mi hermana y sentía que la estaba traicionado.

—Nick, no puedo hacerle eso a Esther.

—Ella y yo ya hablamos. Solo quiere que ambos seamos felices.

Algo dentro de mí me hacía dudar, no solo era por Esther, algo dentro de mí me hacía sentir que no estaba bien. Pero, ¿por qué no iba a estar bien?

—Yo...—miré a Nick y sus dulces ojos me transmitían una ternuras a la cuál simplemente no podía decir que no—. Está bien, Nick.

—Gracias, Eli, no te arrepentirás de esto.

Había estado a punto de perder a Eliana y el miedo que tuve fue horrible, nunca había sentido algo así y esperaba no tenerlo que sentir nunca más

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Había estado a punto de perder a Eliana y el miedo que tuve fue horrible, nunca había sentido algo así y esperaba no tenerlo que sentir nunca más. Cuando habían dicho que podíamos visitarla, yo no quise apartarme de su lado en ningún momento, incluso me había ofrecido a ayudar a sus padres para cuidarla en la noche y que ellos se fueran a descansar. Dentro de aquel par de horas en las que ella estuvo inconsciente me di cuenta de algo. Estaba enamorado de Eliana, como nunca antes me había enamorado de alguien en la vida. Había tomado la decisión de contarle a Eli mis sentimientos y si ella no sentía lo mismo por mí iba a pasar todo el tiempo que pudiera enamorándola.

Me detuve frente a la puerta de su habitación y aspiré con fuerza intentando juntar algo de valor. Llevé mi mano a la puerta para llamar a la habitación pero escuché voces. Había alguien más con ella.

—Gracias, Eli—maldición, era Nick—, no te arrepentirás de esto.

¿De qué es lo que Eli no se iba a arrepentir? Con lentitud abrí la puerta, pero solo veía parte de las piernas de mi hermano. Estaba sentado en la cama de ella. Abrí la puerta y cuando los vi, mi corazón se quebró de manera lenta y dolorosa. Eli y Nick se estaban volviendo a besar y simplemente esta vez no tuve fuerzas para moverme. Solo me quedé ahí contemplando aquella escena y sintiendo mi corazón destruirse. Cuando ambos se separaron, se giraron y vi como Eliana abría los ojos en gran manera.

—Joe...—susurró mi nombre y mi corazón se encogió aún más.

—Me alegra que estés aquí—dijo mi hermano—Eliana me acaba de dar el sí.

Mi mirada iba de mi hermano a la chica que me había roto el corazón. Tuve que hacer un enorme esfuerzo para no comenzar a llorar.

—Felicidades—sentí que me dolió la garganta por el nudo que se me había formado—. Nick, solo venía a decirte que ya nos vamos.

—Los alcanzo en un momento.

Asentí y me di media vuelta para marcharme de ahí. Simplemente no teníapalabras. La chica que amo se había quedado con mi hermano. Supongo que era lojusto, él no se comportó como un idiota, yo solo la había tratado mal desde unprincipio. Me merecía tener el corazón roto.     

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