CAPÍTULO 18: NECESITO CONSUELO

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CAPÍTULO 18: NECESITO CONSUELO

Blaine llama al timbre de una lujosa casa. Un hombre alto le abre la puerta y le deja entrar. Una vez en el interior, se quita el abrigo y se lo da al señor que le recibe. Con un gesto lo saluda y lo deja sólo en el recibidor mientras va a buscar a la persona que el moreno quiere ver. Unos minutos está allí esperando antes de que aparezca él. Sus ojos azules brillan de una manera especial. Su cuerpo delgado se apreciaba perfectamente a pesar de la cantidad de capas de ropa. Sus pantalones se ajustaban a sus piernas de una manera impresionante. No era que algo en él hubiera cambiado, más bien era que el moreno lo veía por primera vez de esa manera. Kurt sonrió al ver a su amigo.

– Vamos a la biblioteca. Allí nadie nos molestará. – Propuso el castaño. Caminaron a través de un largo pasillo hasta llegar a una puerta. Cuando entraron, el ojimiel se quedó alucinado. Esa sala era más grande que su antigua casa. Era verdad que había salas así en casa de los Gilbert, pero él nunca entraba. Por mucho que todos le dijeran que podía moverse con total libertad, él sentía que ese era el espacio personal de una familia a la que él no pertenecía. El lugar estaba lleno de estantes con libros. Una chimenea encendida daba un aspecto hogareño al lugar. Había un gran sillón de cuatro plazas en el centro de la sala, dispuesto para que si alguien quisiera leer tuviera suficiente luz natural proveniente de las ventanas. Junto a ese sillón, dos grandes sillas individuales con aspecto de ser realmente cómodas.

– ¿Te gusta? – Quiso saber el ojiazul consciente de la expresión que el otro tenía.

– Nunca he visto un sitio así. – Confesó el más bajo.

– En casa de Coop hay una. – Comentó extrañado el Blue.

– Lo sé, pero no exploro la casa. No quiero incomodar a nadie...

– Blaine Anderson pensando en los demás... Ver para creer... – Hummel bromeó

– ¿Te burlas de mi? – El Brown fingió estar ofendido.

Los dos se miraron a los ojos. Los juegos entre ellos eran tan fáciles que a veces se asustaban. Ambos habían tenido relaciones, pero ninguno había llegado a un punto de complicidad similar al que ambos compartían. Intentaban disimularlo, pero les era imposible. Aunque habían pasado poco tiempo juntos, aprovechaban cada segundo que estaban al lado del otro.

– Coop me contó lo de tu hermana... ¿Cómo estás? – Dijo Kurt.

– Asustado. – Reconoció el moreno.

– ¿Puedo hacer algo por ti? – Ofreció el castaño.

– Abrazame. – Suplicó el ojimiel. El más alto accedió a su petición. En el momento en el que se vio envuelto por los firmes y cariñosos brazos del Blue comenzó a llorar. El ojiazul se había acostumbrado a ser el paño de lágrimas del otro. Sabía que con él se mostraba sin máscaras, sin fingir que estaba bien cuando realmente no lo estaba. Sabía que eso era algo bueno para el joven. Tenía que desahogarse con alguien. Por lo poco que sabía, Sebastian nunca había sido ese alguien. Por eso se sentía especial.

– Todo saldrá bien... Coop me dijo que Finn se va a casar con ella. Piensa que al menos no está sola. – Intentó animarlo el castaño.

– Ya... El matrimonio de su hermana de dieciséis años es lo que todo chico quiere... – Dijo irónico el moreno.

– ¿Por qué no se lo dijiste a Finn?

– No tengo ningún derecho y sé que para ella va a ser mejor que criar al niño sola.

– Entiendo que preferirías que nada de eso hubiera pasado, pero no puedes hacer nada. Si no te gusta que se case tan joven, díselo. Cooper me dijo que estabas contento con la boda.

– No me malinterpretes. Me encanta y me hace feliz que se casen, pero preferiría que fuera cuando ella terminara sus estudios y tuviera un trabajo estable adecuado. Preferiría que Finn no trabajase en “la fábrica” y que mi hermana no estuviera embarazada. Sólo digo que dadas las circunstancias es lo mejor, pero no es lo ideal...

– Amas y proteges demasiado a tus hermanos. – Hummel lo miró seriamente. – Déjalos cometer sus errores. Simplemente debes estar a su lado para apoyarlos y ayudarlos cuando te necesiten. No tienes que pelear cada batalla por ellos.

– ¿Tú que harías en mi lugar? – El moreno levantó una ceja.

– Me pondría mi mejor traje, llevaría a Rachel al altar y le desearía la mayor felicidad del mundo.

– Voy a ser el que lleve a Rach al altar... Siempre supuse que sería mi padre. – El Brown estaba con la boca abierta y mirando un punto en la pared. El Blue lo abrazó y dejó que llorase todo lo que necesitase. Sabía que las cosas eran muy dolorosas para su amigo.

El hombre que había recibido al ojimiel entró interrumpiendo la escena.

– Disculpe, tiene visita.

– ¿Quién es? – Quiso saber el castaño.

– El señor Jesse St James. – Respondió el trabajador.

– Hazlo pasar. – Pidió el Blue.

Cuando estuvieron solos se dirigieron una mirada de miedo. Aunque el Brown llevaba las lentillas, no estaban preparados para eso. Además de que era evidente que el más bajo había llorado.

– Hola chicos... ¿Interrumpo algo? – Preguntó el recién llegado mirando los ojos rojos del menor.

– No... – Comenzó a decir el más alto, pero fue interrumpido.

– Kurt y yo ya hemos acabado de hablar... Será mejor que me vaya... – Dijo él.

– ¿Por qué? Podemos hablar los tres. – Propuso el rubio.

– ¿No es evidente? – Dijo Anderson señalándose los ojos, consciente de que el otro lo había notado.

– Puedes confiar en mí y contarme lo que te pasa. – Propuso el Blue.

– Kurt acaba de rechazarme. – Blaine le dirigió una mirada a su amigo deseando que entendiera lo que quería hacer. Vio en esos ojos azules la confirmación de que le seguiría el juego.

– Vaya, eso debe doler... ¿Quieres que vayamos juntos a tomar algo y me cuentas? – Propuso el mayor.

– No hace falta. Iré a casa de mis primos y haré lo típico en estos casos, ya sabes, película romántica, helado de chocolate... Nos vemos en otro momento.

El Brown salió de allí dejando a los otros dos solos. Había superado una prueba de fuego.

Brown Vs Blue (Klaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora