CAPÍTULO 11: CONFESIONES

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CAPÍTULO 11: CONFESIONES

Mientras la familia Anderson esperaba a ser informados sobre el estado del moreno acompañados por sus amigos, alguien decidió acercarse a ellos.

– Hola, mi nombre es Artie. Tengo que hablar con vosotros. Es sobre Blaine.

– ¿Qué tienes que ver tú con Blaine? – Preguntó Marley, preocupada por la relación del hermano de su novio con el ojiazul.

– Trabajaba para mí. – Dijo el chico de las gafas.

– Un momento... – Interrumpió Cooper. – Blaine... ¿En la Revolución del Árbol?

– Si, ¿Por qué te extraña? – Quiso saber el recién llegado.

– Tiene muchos prejuicios... – Explicó el mayor de los Gilbert.

– Blaine ha sufrido mucho y se ha rendido en su lucha, pero no en la de sus hermanos... Estoy aquí para hablar con ellos del trato que llegué con él. – Explicó el joven de la silla de ruedas.

– No voy a permitir que hagas daño a la familia de Blaine. – Dijo Elliot.

– ¿Me explicáis que tenéis con la familia Anderson? Hasta lo que yo sé, los Blues, los Greens y los Browns no pueden relacionarse... Ahora todos estamos hasta el cuello de mierda, así que hablemos claro. Yo soy el líder de una organización ilegal. Sebastian es el líder de una subdivisión de una asociación ilegal. Kitty, Sam y Quinn trabajan a su cargo. ¿Qué hacen aquí los hermanos Gilbert, la dulce Marley y la inocente Brittany? El resto ya sé que son la familia y amigos de Blaine... Además de que Sebastian comparte cama con él... – Dijo Abrams.

– ¿Que mi hijo comparte cama con quién? – Se sorprendió Mandy.

– Siento haber sido tan rudo, su hijo mantuvo una relación con Sebastian, un Green. Por supuesto, tuvo que acabar su noviazgo con él... Porque lo hizo... ¿Verdad?

– Maldito... Así que fuiste tú el culpable... ¿Qué ganas con eso? – Evans se alteró, pero fue sujetado por los hermanos ojiazules para que no agrediera a Artie.

– Yo no se lo pedí, nunca pediría a nadie que se alejara del amor de su vida... – El moreno miró a Ryder y Marley. A la chica le dio un escalofrío. No sabía por qué, pero temía los pensamientos del chico. – Fue su decisión. A lo que voy, tengo que hablar con vosotros sobre el trato que tengo con Blaine... ¿Cómo está?

– No lo sabemos todavía. – Respondió el menor de los Anderson, deseando saber todo lo que le contaran sobre su hermano. Le había sorprendido que estuviera en la Revolución del Árbol ya que había demostrado tener una ideología casi opuesta.

– En cuanto lo sepáis, venid a buscarme. Tu hermano trabajaba para mí a cambio de unas ventajas. Entre ellas, una especie de “seguro de vida”. En caso de que muera, os corresponde una indemnización. Los beneficiarios serían Rachel, Ryder y... Sebastian. – Dijo el Blue.

– ¿Y si resulta gravemente dañado y no puede volver a trabajar o tarda mucho en conseguirlo? – Quiso saber Kitty.

– En ese caso, nada. Si el “accidente” hubiera sido realizando una misión sí les correspondería ayuda, pero ha sido por una explosión en la fábrica, por lo que no puedo hacer nada... – Dijo el moreno.

– Eso no es justo... – Exclamó Quinn.

– ¿No? ¿Sabes cuantas personas trabajan en la fábrica y están en la revolución? Si tuviera que pagar a todos los heridos de hoy que están a mi cargo, no tendría dinero ni para venir aquí... – Aclaró el ojiazul.

– Es decir, si mi hermano muere, ¿nuestra vida va a estar mejor que si vive pero queda con secuelas? ¡Vete de aquí, no quiero volver a verte en mi vida! ¡Eres una persona indeseable! – Grito la joven Anderson.

En ese momento, el doctor Gilbert salió e informó que había estabilizado la situación de Blaine, pero que lo tenía sedado para evitar dolores. Estaría dos días así y luego lo despertarían. Todos pasaron y vieron como Sebastian acariciaba la cara del chico que estaba tendido en la cama, con los ojos cerrados en lo que aparentaba un tranquilo sueño. La castaña abrazó al joven.

– Gracias por ayudar a mi hermano y por hacerlo feliz. Volverá contigo, al menos eso espero. – Dijo la menor.

El médico entró y se llevó a Sebastian, Quinn, Kitty y Sam. Fueron al lugar donde estaban los cadáveres. Después de diez minutos buscando, el castaño reconoció al padre de su ex novio y tomaron muestras de ADN del fallecido.

La familia Anderson fue llamada para solucionar la situación de sus dos familiares. Había que rellenar papeles y tenían que preparar el funeral del adulto. Marley y el resto de Browns les acompañaron. Elliot, Cooper y Brittany se dieron cuenta de que Kurt quería estar a solas con Blaine, por lo que salieron y lo dejaron solo. El castaño aprovechó su intimidad para hacer algo que quería hacer desde hace unos días, más concretamente desde que conversaron en casa de los Hudson.

– Hola. Sé que puede parecer algo raro, pero me gustas mucho. Me gustaría conocerte, pasar tiempo juntos, acariciarte, besarte... Sin embargo, sé que no va a pasar... Tienes demasiados prejuicios y además estás enamorado de otro... Me duele cada vez que te veo, tan inalcanzable, tan perfecto... Me encanta cuando sonríes. Tus ojos se hacen tan pequeños cuando tu risa es de verdad, algo que no pasa cuando finges... Tus ojos... Son tan perfectos. Me perdería en ellos todos los días... Te digo que mi corazón dejó de latir cuando escuché la explosión y cuando llegamos aquí y veíamos que no te traían... Creí que me moría... Tienes que salir adelante, por ti y por tus hermanos... Aunque quiero que estés tranquilo, os ayudaré en todo lo que pueda... Os habéis ganado un hueco en mi corazón... En especial tú...

Por su parte, Mandy pidió a su hija que fuera a ver a Finn, no quería que tuviera que ver a su padre o que se rodeara de un ambiente tan negativo. Si se lo hubiera podido evitar a Ryder lo habría hecho, pero no tenía fuerzas para afrontar todo sola. Rachel se dirigió a la cama donde Hudson estaba descansando, Carole los dejó solos.

– ¿Cómo estás? – Preguntó él.

– Triste... Blaine está estable, pero sedado para evitar dolores... – Dijo la chica.

– Me gustaría estar a tu lado para que puedas apoyarte en mí cuando lo necesites. – Informó el mayor mientras sujetaba la mano de la otra con fuerza.

– No somos nada... Tú eres el amigo de mi hermano... – Comentó la menor de los Anderson.

– Para mí eres más que eso. Me gustas... Bueno, mejor dicho... Te quiero. ¿Quieres ser mi novia? – Se declaró el moreno. La castaña asintió y besó al joven. La verdad es que la pareja llevaba mucho tiempo enamorada, pero el miedo a que el otro lo viera como un amigo les había paralizado. Cuando terminaron el beso, ella preguntó.

– ¿No te preocupa lo que piense Blaine?

– No, él sabe lo que siento por ti. Al principio decía que tú eras un poco joven para tener novio, pero sé que no le importa. Lo único que quiere, al igual que yo, es tu felicidad y, si es a mi lado, él lo aceptará.

– De momento no le digamos nada a nadie... No creo que con todo lo que ha pasado sea el momento de decirles a todos que estamos juntos...

Brown Vs Blue (Klaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora