CAPÍTULO 27: ESTOY ORGULLOSO DE TI

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CAPÍTULO 27: ESTOY ORGULLOSO DE TI

Blaine se movía nervioso mientras esperaba a que su novio abriera la puerta. Deseaba estar entre sus brazos y celebrar su éxito y su nuevo trabajo. Kurt apareció frente a él vestido de manera impecable, con esos pantalones que hacían que su imaginación volara. No pudo articular palabras, simplemente lo besó pasionalmente y lo empujó hasta dentro, cerrando la puerta tras él. Chocaron contra una pared y tiraron un cuadro que estaba colgado en ella, pero eso no detuvo el que, como pidiera Jesse, la lengua del más bajo pasara más tiempo en la boca del otro. Las manos del más alto rodeaban el cuello del moreno impidiendo que sus bocas se separaran... Como si el ojimiel quisiera separarse de su novio...

Subieron las escaleras hacia la habitación mientras se besaban, chocando con las paredes, la barandilla, los muebles... No se fijaban en el camino, sólo podían sentir al otro. Para cuando llegaron a su destino, el menor ya tenía su camisa desabrochada y había perdido la corbata mientras que el más alto estaba sin cinturón y sin el pañuelo que llevaba al cuello, aunque no sabía en donde se habían quedado.

El ojiazul se quitó la camiseta, los zapatos y calcetines antes de tumbarse boca arriba en su cama y el Brown se terminó de quitar todas sus prendas salvo los pantalones para acomodarse encima.

– Creo que deberíamos calmarnos, mis padres vendrán pronto. – El Blue comentó entre jadeos.

– Jesse me dijo que los entretendrían para que tuviéramos tiempo para nosotros. – Anderson comentó mientras soltaba los botones del pantalón de su novio. Volvieron a besarse y se olvidaron de todo lo demás. Hummel desabrochó el pantalón del otro metió las manos por dentro, en busca de sentir la piel del trasero de su pareja. Poco a poco fue bajándolas por sus piernas mientras arrastraba con ellas las dos prendas que cubrían al más bajo hasta quitárselas.

Una vez Blaine estuvo desnudo, arrancó la ropa que le quedaba a Kurt y volvió a besarlo. Sus lenguas comenzaron a bailar una danza acelerada, con prisa y necesidad. El castaño percibió el ligero sabor a alcohol en la boca del otro por la copa que había tomado con St James. El Blue tiró a su compañero a un lado para poder ponerse él encima, sin separar sus labios del otro. No se lo pensó un segundo, introdujo el miembro de su pareja dentro de él. El moreno gimió por el placer y la sorpresa. El ojiazul comenzó a moverse buscando una postura que le fuera cómoda y permitiese a su amante entrar todo lo profundo que pudiera. No pasó mucho tiempo hasta que encontró el ritmo y la postura para que ambos disfrutasen. El moreno acompañó las subidas y bajadas del otro con golpes de sus caderas.

El sudor recorría la piel de ambos mientras se movían buscando más placer para ellos y para el otro. Ambos estaban totalmente entregados a su pasión y a sus cuerpos hasta que llegaron al orgasmo. El mayor se incorporó para liberar el miembro de su novio y se tumbó a su lado. El ojimiel miró a su acompañante y de repente sintió miedo. Todo estaba siendo tan rápido y precipitado entre ellos...

– Sabes que te amo, ¿Verdad? – Preguntó el Brown.

– Claro, yo también te amo y lo sabes. – Hummel sonrió dulcemente mientras alargaba el brazo para acariciar la cara de su novio y se acurrucaba más cerca de él.

– Es que hemos empezado casi al revés la relación, primero el sexo y luego el amor y cuando he venido aquí no hemos dicho nada, hemos ido al sexo directamente y me siento mal porque para mí eres más que un chico con el que desahogarme.

– Pero... ¡Claro que lo sé! ¿Por qué te ha dado por pensar eso?

– No lo sé, sólo que...

– Sebastian. – Kurt dijo y se quedó mirando a su novio.

– ¿Qué tiene él que ver en esto?

– Temes que sienta que nuestra relación es como la que tuviste con él. Sexo con sentimientos pero sin futuro. Pero lo nuestro sí tiene futuro porque, hasta que se legalicen las relaciones entre personas de distinta clase social llevarás las lentillas. – El castaño se explicó.

– Te equivocas. No sentí por Sebastian lo que siento por ti. Lo quise muchísimo, pero no lo amé y estoy perdidamente enamorado de ti. Creía que lo amaba a él y ahora sé que al que amo es a ti.

El más alto besó a su novio. Lo había hecho sentirse especial. Siempre temió la comparación con Smythe porque pensó que saldría perdiendo pero al ver la mirada llena de amor que su pareja le había dirigido mientras explicaba la diferencia de sus sentimientos, supo que no tenía nada que temer.

– Por cierto, no te he contado una noticia de la que no te has enterado y que es algo más que tenemos que celebrar. – Anderson reflejó su felicidad con una inmensa sonrisa.

– Te escucho.

– Soy el nuevo asesor de justicia.

– ¿Qué? Pero ese puesto es muy importante ¿Cómo lo has conseguido?

– El señor Crowford quedó impresionado con mi trabajo con esa ley y con mis ideas.

El castaño saltó sobre su novio y volvió a besarlo. No tardaron mucho en volver a estar excitados y volvieron a acostarse juntos. Esa vez fue Kurt el que entró dentro de su amante. Parecía que no tenían suficiente del otro, que no habría un mañana para ellos.

Después de satisfacerse por segunda vez, se ducharon, se vistieron y fueron a un lujoso restaurante a cenar. Ambos disfrutaron de su amor, de su compañía y de su conversación, ajenos a que pronto todo cambiaría. No faltaba mucho para que la pareja sufriera un duro revés que alteraría su felicidad, algo muy amargo pasaría que los separaría, que impediría que estuvieran juntos. Pronto la pareja se alejaría, pronto una de esas sonrisas se transformaría en lágrimas, pronto uno de ellos sufriría mucho dolor, pronto uno de ellos sentiría su corazón roto en mil pedazos...

Brown Vs Blue (Klaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora