CAPÍTULO 29: EL PARTO

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CAPÍTULO 29: EL PARTO

Kurt y Blaine entraban de la malo en la zona del hospital y se fueron discretamente a la zona donde se atendía a los Browns. El moreno llevaba sus lentillas azules porque había riesgo de que lo reconocieran y era muy peligroso que alguien se diera cuenta de su relación. Por eso tampoco podían ir al lugar que se dirigían de manera directa porque se suponía que los Blues no podían ir allí. Cuando llegaron, Ryder se abrazó a su hermano. Ambos estaban nerviosos por saber lo que pasaría con Rachel, que estaba dando a luz en ese momento.

– Está con Finn, Carole y Mandy. Mi padre está atendiendo el parto. En cuanto sepan algo vendrán a avisarnos. – Informó Elliot.

Con los nervios a flor de piel, el moreno se sentó junto a su pareja, que sostenía sus manos. Necesitaba al castaño a su lado. Pasó bastante rato hasta que la señora Anderson salió a informar a sus hijos, todos se levantaron y se acercaron a ella.

– Es un niño. Se va a llamar Devon. – Después de decir eso, la mujer miró disimuladamente al ojimiel, ya que ese era su segundo nombre y sabía que le haría ilusión. Vio como se iluminaba la cara de su hijo. – Está totalmente sano y tiene los ojos marrones. El doctor Gilbert dice que los bebés que nacen con ojos azules pueden tenerlos marrones con el tiempo, pero no al revés, por lo que el niño es un Brown y no nos lo van a quitar.

Todos lo celebraron aunque Blaine no se movió. Kurt se preocupó y se acercó a él. Puso una mano en su hombro que lo hizo reaccionar, pero de una forma que nadie se esperaba. Avanzó hacia su madre y la abrazó mientras se ponía a llorar. La mujer lo sostuvo y lo consoló todo lo que pudo. No olvidaba que, al final, era un joven de diecisiete años al que le había tocado crecer antes de tiempo. Desde los quince años había estado llevando el peso de su familia. Sin embargo, en esos momentos, era un niño con necesidad de cariño y consuelo. Ryder rompió el momento de intimidad de ambos uniéndose al abrazo. El futuro padrino del bebé no paraba de llorar y su novio y Cooper acudieron a mostrarle su apoyo. Anderson no estaba solo y nadie permitiría que lo sintiera así.

***

Como tenían que esperar a que Rachel y Devon estuvieran listos para recibir visitas, decidieron salir un rato del hospital ya que no hacían nada allí. Todos los Brown salieron y se sentaron en un parque cercano. Blaine no pudo acompañarlos porque llevaba las lentillas. Marley y Ryder se escondieron en el despacho del doctor Gilbert porque no querían separarse y los hermanos Gilbert se inventaron una excusa para dejar a la pareja sola. El ojimiel y Kurt decidieron ir a una cafetería.

– La llamada de mi madre ha interrumpido nuestra cita. Tenía una sorpresa para ti. Puede que ya no sea tan romántico pero... Quiero hacerlo hoy, no puedo esperar un segundo más. – El castaño lo miró confundido mientras el menor sacaba una fina pulsera. – Entenderé que no la quieras llevar en un sitio que se vea, es algo sencillo y ni siquiera es plata real, solo lleva un baño. Tienes cosas más valiosas y bonitas, me conformo con que la tengas. Lleva en mi familia varias generaciones. El primogénito se la regala a la persona con la que quiere compartir el resto de su vida. No le he pedido permiso a Cooper pero sé que no le importará que me la quede yo, y ya he encontrado a su dueño. No te voy a pedir matrimonio ya porque es pronto y somos jóvenes pero sé que lo nuestro es eterno. Te amo y quiero demostrártelo de todas las maneras posibles.

El más alto tenía los ojos húmedos y luchaba por contener las lágrimas. Alargó el brazo para que su novio pusiera la pulsera en su sitio y el ojimiel lo miró extrañado.

– No existe otro lugar en el mundo en el que deba estar esa pulsera que no sea mi muñeca, así que ponla en el sitio que le corresponde. No hay nada más valioso y bonito que esa pulsera y es mía y quiero enseñársela a todo el mundo y contarle lo que significa. – Dijo el castaño.

– Creo que deberíamos buscarle otro significado para que nadie sospeche. – Propuso el moreno mientras le ponía la pulsera.

– Bueno... Pensaremos en algo.

Se besaron con pasión. Estaban enamorados y eran correspondidos, por lo que nada podía hacerlos más felices.

– Te amo. – Exclamó el más alto al separarse.

– Yo también te amo. – Respondió el menor.

***

Blaine y Kurt llegaban al lugar donde Rachel descansaba después del parto. El más bajo se abrazó con la joven mientras el castaño felicitaba con un apretón de manos a Finn. Después intercambiaron posiciones. Cuando ya terminaron, el moreno se acercó a la cuna en la que dormía el bebé.

– Puedes cogerlo si quieres. – Ofreció la feliz mamá.

Al ojimiel se le iluminaron los ojos como si eso fuera lo que más quería hacer en el mundo. Con mucho cuidado sacó al niño de su cuna y lo sostuvo en sus brazos, moviéndolo con cuidado mientras tarareaba una canción de cuna. Devon estaba dormido con su manita en su boca. El castaño se acercó y miró dulcemente al pequeño mientras acariciaba su cara.

– ¿Nos imaginas a nosotros dentro de diez años así, con un bebé nuestro? – Preguntó el más bajo, atrayendo las miradas de los otros tres jóvenes allí presentes.

– La verdad es que mentiría si te dijera que no he pensado en ello. – Confesó su novio. Ambos se dedicaron una mirada llena de amor.

– Lucharé para que lo tengamos. No pienso rendirme. Mientras haya un rayo de esperanza, yo lucharé por nosotros.

La chica miró a su marido para intentar ver si él pensaba lo mismo. Sabía que las palabras de su hermano eran ciertas y sinceras y ella debía reconocer que temía por su hermano. Sabía que estaba dispuesto a dar su vida para que todos los que ama sean felices aunque, el pensar que ahora tiene unos objetivos propios era algo tranquilizador. Había una posibilidad de que fuera más racional y se sacrificara algo menos. Debía hablar sobre el tema con el Blue porque sabía que conseguiría su apoyo para mantener al ojimiel con vida.

El resto de la visita fue más tranquila. Los cuatro reían y charlaban mientras se turnaban para sostener a Devon. Rachel insistió en que Kurt también lo cogiera porque, como ella decía, también era su tío. El castaño se sintió parte de la familia Anderson por primera vez y debía reconocer que le encantaba esa sensación. En ese rincón del hospital, ocultos tras unas cortinas blancas, dos parejas de enamorados compartían la felicidad que en ese momento sentían, sin saber que pronto todo cambiaría y que dos de ellos se separarían, tal vez para siempre...

Brown Vs Blue (Klaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora