CAPÍTULO 20: UN DESLIZ LO TIENE CUALQUIERA

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CAPÍTULO 20: UN DESLIZ LO TIENE CUALQUIERA

Blaine había ido a ver de Kurt pero los Hummel estaban en casa, por lo que decidieron salir a dar un paseo a caballo. Después de estar cabalgando un buen rato, el castaño indicó al moreno que parara. Estaban en un claro del bosque, en un lugar muy escondido. El lugar era precioso, con flores y césped. El castaño extendió una manta, se quitaron el calzado y se tumbaron los dos sobre ella.

– Aquí nadie nos interrumpirá. Esta parte es propiedad de mi padre y no se puede entrar desde ningún sitio que no sea la hacienda. ¿Qué tal llevas lo de Cooper? – Quiso saber el ojiazul.

– Bien, es un buen chico. – Respondió el moreno.

– ¿No eras tú el que no quería encontrar a tu hermano?

– Pero es Cooper... Es un tío legal...

– Tenías miedo de que tu hermano fuera un mal Blue...

– Tengo miedo de que alguien pueda dañar a Ryder y Rachel, incluso nuestro hermano.

– Cooper nunca lo hará.

– Lo sé, por eso estoy feliz.

El ojimiel miró a su acompañante y sin pensarlo juntó sus labios a los del más alto. El beso fue dulce, lento y cariñoso. El más alto tardó en reaccionar, pero acompañó el beso. Se separaron por la falta de aire. Estuvieron unos segundos mirándose a los ojos hasta que volvieron a juntar sus labios, esta vez de manera más demandante. Rápidamente Anderson se posicionó encima del ojiazul. Sus manos comenzaron a desabrochar los botones de la camisa del otro mientras besaba y chupaba el cuello de Hummel dejando varias marcas que quedarían por varios días. El moreno le quitó la camisa y bajó por el hombro y el pecho de su amante. Kurt tenía prisa, por lo que quitó rápidamente la camisa del Brown y comenzó a desabrochar sus pantalones. Cuando Blaine estaba sólo en ropa interior, quitó el ajustado pantalón que llevaba el castaño. Se podía notar su excitación por el bulto en sus calzoncillos.

– No hemos traído nada para este momento... – Dijo el ojiazul jadeando.

– Yo estoy limpio, me hicieron las pruebas en el hospital cuando estuve ingresado y desde entonces no he tenido relaciones. – Informó el Brown.

– Yo he estado con varios chicos, pero siendo amigo de los Gilbert me obligan a confirmar que estoy sano periódicamente. Desde el último chequeo no he tenido sexo, por lo que yo también estoy limpio.

Blaine bajó los calzoncillos de su amante mientras besaba la parte baja de su vientre. Escuchaba como el castaño estaba jadeando por la expectación de lo que vendría a continuación. El moreno sujetó el miembro del ojiazul y lo introdujo en su boca. El mayor emitió un gemido y se mordió el labio para reprimir más. La boca del menor estaba proporcionándole mucho placer mientras recorría todo su miembro con su boca y su lengua. Después de unos minutos así, el Blue se corrió en la boca del otro con un gran gemido.

Anderson cubrió con saliva sus dedos y metió uno en la entrada del más alto. El Brown comenzó a embestirlo con la mano mientras con su boca se concentraba en uno de los pezones. Hummel estaba con los nervios a flor de piel. Después de su primer orgasmo se sentía algo más débil, pero las caricias que le dedicaba el más bajo hacían que su deseo aumentara. Blaine introdujo un segundo dedo, sonriendo de manera pícara cuando vio que el otro volvía a excitarse. Estaba deseando entrar dentro del castaño, pero no podía dejar que sus ansias estropearan el momento.

– Por favor... Entra ya... – Suplicó Kurt.

– No cariño. Todavía no. – Susurró el moreno mirando directamente a los ojos del Blue, estando tan cerca de su cara que el aliento del menor chocaba con sus labios. No pudo resistirlo y atrapó al otro en un beso pasional, ansioso y necesitado. Introdujo un tercer dedo y sintió un gemido en sus labios y sonrió sin separarse del otro. Cuando consideró que ya estaba preparado, el ojimiel se incorporó un poco y dirigió al más alto para que cubriera su miembro con saliva para poder entrar mejor en su interior. Vio en los ojos azules de su compañero un toque de malicia, pero no sabía que tenía pensado hacer. Hummel comenzó a masturbar con su boca al otro, haciendo que gimiera. Poco a poco aceleró el ritmo y sujetó al otro para que no moviera las caderas para entrar aun más adentro de su boca.

– Kurt... Para... – Las súplicas del Brown no fueron atendidas y acabó llegando al orgasmo. Kurt comenzó a besar el cuerpo de su amante. Su objetivo era volver a excitarlo. Subía y bajaba por el pecho y el cuello del menor.

Cuando Blaine volvió a tener una erección, posicionó a cuatro patas al castaño. Él se apoyó sobre sus rodillas y entró de una sola embestida, rápida y fuerte, buscando meter su miembro lo más dentro posible. Se sujetaba a las caderas del chico.

– Ya puedes seguir. – Le autorizó el Blue. Eso hizo que el moreno comenzara a moverse dentro de él. Una de sus manos abandonó la cadera del más alto para ocuparse del miembro de su amante. El placer que ambos sentían era indescriptible. Hummel no pudo sostenerse más y apoyó los codos en el suelo, las fuerzas le estaban fallando nublado por el placer y el esfuerzo. Los dos gemían y sus pieles estaban resbaladizas por el sudor. Kurt fue el primero en llegar al orgasmo, salpicando con su semen la mano del moreno y la manta que estaba debajo de ellos. Tres embestidas después, al sentir como se estrechaba la entrada del mayor, el Brown también llegó al orgasmo. Se separaron y ambos se tumbaron boca arriba, estaban agotados. No se miraban, pero sus manos buscaron la del otro hasta que se encontraron y se entrelazaron.

– ¿Qué somos? – Quiso saber Anderson.

– Somos amigos. Simplemente nos dejamos llevar por las ganas de sexo. No quiero perderte como amigo... – Respondió el castaño. Como estaba mirando al cielo no pudo ver la expresión dolida que se dibujó en la cara del menor.

– ¿No crees que después de esto va a ser un poco raro? – Preguntó el moreno.

– Somos adultos, sabemos qué es lo que tenemos...

No dijeron nada más. Tampoco se miraron. Su único contacto eran sus manos entrelazadas.

Blaine estaba a punto de llorar, aunque hacía un esfuerzo por retener sus lágrimas, algo en lo que se había convertido en un experto. Cuando su madre dijo que Kurt era parte de la familia se dio cuenta de que él también quería eso, pero no de cualquier manera. Lo quería como amigo, compañero, amante, marido. Había olvidado a Sebastian para dejar entrar en su corazón a alguien muy especial. Alguien con quien se había mostrado tal cual es, sin máscaras y sin aparentar fortaleza.

Por su parte, el Blue estaba roto por dentro. Le dolía decir que sólo son amigos, pero no quería arriesgarse a decir sus verdaderos sentimientos y perder a su amigo. Sabía que podía estar dañándose a sí mismo, pero necesitaba al Brown a su lado, de cualquier manera.

Los dos estaban enamorados del otro y los dos temían decirlo... ¿Cuánto pasaría antes de que se confesaran su amor? ¿Lo harían a tiempo o sería tarde para ellos?

Brown Vs Blue (Klaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora