CAPÍTULO 13: DESPERTAR

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CAPÍTULO 13: DESPERTAR

Tres días habían pasado, en los cuales Finn había confesado a su hermano Elliot su relación con Rachel. Todos los amigos de los Anderson (incluídos los Blues y los Greens) acompañaron a la familia en el entierro del progenitor. Hudson y el menor de los Puckerman habían salido del hospital. Noah protestaba porque odiaba estar en ese lugar, pero debía guardar reposo. Blaine seguía sedado y era visitado por todos sus amigos. Artie también lo visitaba, intentando evitar encontrarse con los demás porque sabía que lo echarían de allí.

Kurt estaba sentado leyendo un libro al lado de la cama de Anderson. El moreno se despertó y miró perplejo al joven.

– ¿Qué haces aquí? ¿Dónde está mi familia? – Su tono de voz era cansado, pero no denotaba molestia. Más bien mostraba desconcierto. El castaño dejó su lectura y concentró toda su atención en el otro.

– Rachel y Ryder están en el instituto. Llevas tres días dormido y sabíamos lo mucho que te molestaría que faltaran a clases muy seguido. Tu madre está trabajando. Por lo que hoy me quedé yo para hacerte compañía. ¿Te parece mal?

– No, todo lo contrario. Te agradezco que te preocupes por mi familia y por mí. – Al terminar la frase hizo un gesto de dolor. – ¿Y mi padre? ¿Y los chicos?

El ojiazul dejó de sonreir. Nunca quiso ser él quien le diera la mala noticia. Creía que eso correspondía a la familia pero... ¿Cómo evitar la pregunta?

– Eso será mejor que te lo digan tus familiares... – Comenzó a decir el Blue, pero fue interrumpido.

– ¿Quién ha muerto? – Las palabras del ojimiel fueron claras y directas. Hummel lo miró a los ojos y se perdió en la intensidad de la mirada del chico. En ese momento los ojos de Blaine tenían matices verdes... Algo absolutamente sorprendente... Eso era algo de él que todavía no había descubierto. Era increíble como cada día conocía algo del otro que no sabía. Suspiró y tardó unos segundos más en darse cuenta de que el otro chico esperaba una respuesta.

– Lo siento, pero creo que no soy yo quien debe decírtelo.

– En ese caso ha sido mi padre... ¿Verdad? – El Brown fijó su mirada en el otro, que se sorprendió y no supo que responder. – Es un poco obvio, si hubiera sido alguno de los chicos me lo dirías sin rodeos.

– Lo siento tanto... – Dijo Kurt. Blaine dejó escapar las lágrimas, no tenía ni ganas ni fuerzas para contenerlas. El castaño se levantó y lo rodeó con los brazos, tratando de tranquilizarlo.

– ¿Por qué eres tan bueno conmigo? – Preguntó entre sollozos el moreno. Kurt iba a contestar cuando alguien abrió la cortina y entró antes de volver a cerrar.

– ¿Se lo has dicho? – Quiso saber Puck mientras arrastraba hasta la cama la silla de ruedas en la que estaba sentado. Sus heridas no le impedían caminar, pero debía guardar reposo por lo que las enfermeras le habían prohibido caminar y lo arrastraban todas las mañanas y todas las tardes hasta la cortina que ocultaba a su amigo. Chocó su puño con el del ojimiel. Sabía que su amigo necesitaba todo el apoyo que pudiera conseguir. No sólo moral...

– No se lo quería decir pero lo ha descubierto él... – Se excusó el ojiazul.

– Yo creo que es lo mejor... Blaine, tu madre y tus hermanos necesitan que seas fuerte, las cosas no están muy bien que digamos. – Explicó el recién llegado.

– Cuéntame. – Dijo Anderson mientras se secaba las lágrimas y se incorporaba un poco, poniendo cara de dolor, pero aguantándose las ganas de protestar y de llorar que tenía en ese momento.

– Tú y yo hemos perdido el trabajo en la fábrica. – Comentó Noah.

– ¿Qué? – Se sorprendió el castaño.

– Los trabajadores que no hayan ido hoy a la fábrica están automáticamente fuera de la empresa. – Dijo el Brown.

– ¿Qué tipo de seres inhumanos hacen eso? – Preguntó el ojiazul.

– La mayoría de Blues, no te ofendas. – Respondió Blaine.

– ¿De verdad? – Hummel se extrañó porque no conocía ese dato.

– Así es. – Confirmó Puckerman. – Tenemos que trabajar seis días a la semana durante diez horas para cobrar una miseria y si faltas por enfermedad más de dos días seguidos, te despiden y no cobras lo que hayas trabajado ese mes.

– Pero... Estamos a finales... ¿Significa que habéis trabajado veinticindo días y no vais a cobrar? – Se escandalizó el Blue.

– Eso mismo. – Confirmó el ojimiel.

– ¿Qué vas a hacer? – Preguntó Noah. El ojiazul no sabía a qué se refería, pero parecía que Anderson sí.

– Mandaré a Rachel con los Hudson... Todos sabemos que es cuestión de tiempo que acabe allí. Simplemente adelantaré su traslado.

– ¿Me lo podéis explicar? – Quiso saber el castaño, los dos morenos se miraron de manera cómplice.

– Kurt, yo no cobraré nada durante un tiempo, perdemos el sueldo de mi padre. – Blaine hizo una pausa, por muy fuerte que debiera ser, por dentro estaba desolado. – Mi madre es incapaz de mantenernos sola. No pienso dejar que mis hermanos se queden en la calle.

– ¿Lo vais a perder todo? – El chico de piel blanca palideció aun más.

– La casa es de alquiler, por lo que pronto nos echarán y apenas tenemos dinero... Pero sí, lo perderemos todo.

– ¿Y Ryder? – Preguntó Puck.

– Marley lo acogerá, de eso estoy seguro. – Dijo el Blue.

– Necesito que me lo diga ella. Si no quiere, lo mandaré con vosotros. – Señaló a su amigo que estaba sentado en la silla. Éste asintió.

– Si los Rose acogen a Ryder tú te vienes con nosotros. – Dijo Noah. El otro Brown accedió con un gesto con la cabeza.

– ¿Y tu madre? – Quiso saber Hummel.

– Se quedará interna en la casa que trabaja, por lo que dormirá allí.

En ese momento llegaron los Anderson poniendo final a la conversación de los jóvenes. Kurt pudo ver como Blaine cambiaba de actitud para no preocupar a sus hermanos, apoyando a su madre y siendo fuerte por ellos, como Puck le había pedido. Después de un rato hablando de las soluciones encontradas, llegaron los Hudson, los Gilbert y Marley. Todos accedieron a ayudar a la familia, por lo que el problema estaba solucionado, al menos de momento...

Brown Vs Blue (Klaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora