CAPÍTULO 4: ENCONTRÉ A TU FAMILIA

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CAPÍTULO 4: ENCONTRÉ A TU FAMILIA

Los hermanos Gilbert habían ido a las oficinas acompañados por sus dos mejores amigos. Les habían citado por algo importante. Sabían que los resultados de las pruebas de ADN habían llegado y esperaban buenos resultados.

– Tengo buenas y malas noticias. ¿Con cuáles queréis que empiece? – Preguntó Sebastian.

– Las malas. – Pidió Cooper.

– Ninguna de las seis familias candidatas es la tuya... – Señaló al mayor. – Sin embargo, sí hemos encontrado la familia de Elliot. – Le dedicó una sonrisa al menor que el chico le devolvió. – ¿Queréis ir a visitarlos ahora?

Todos asintieron y salieron de las oficinas. Se subieron a un coche para dirigirse a la zona de la ciudad habitada por los Brown. Smythe aprovechó el viaje para darles un reporte completo de la familia.

– Elliot, tu madre se llama Carole Hudson. Tu padre falleció en la guerra, era militar. Tú todavía no habías nacido. En el momento que te separaron de ella, vino a nosotros porque quería encontrarte. Tienes un hermano mayor, llamado Finn. Trabaja en la fábrica militar.

– ¿Qué? Tenemos que hacer algo, no puede ser que mi hermano trabaje en la empresa más peligrosa de todo Lima.

Eso era cierto, la fábrica militar era el centro donde todas las armas, explosivos y carros de combate se construían. En esos momentos, en los que estaban en guerra con un país cercano, el lugar era peligroso, ya que cualquier ataque enemigo tenía como objetivo dicho lugar. A eso se le añadía el peligro de trabajar con explosivos y productos químicos, que hacían que hubiera accidentes mortales con frecuencia. Por eso allí sólo trabajaban Browns, porque sus vidas eran menos “valiosas”.

Cuando llegaron a la casa, llamaron al timbre. El hogar de los Hudson era una pequeña casa vieja y húmeda. Era domingo, día en el que la familia descansaba, por lo que los dos se encontraban en casa. Lo que nadie esperaba era que estuvieran acompañados.

– Sebastian... Pasad todos. – Dijo Carole amablemente.

– Familia Hudson, quiero presentaros a Elliot Gilbert... Aunque hace años fue Elliot Hudson.

La mujer abrazó a su recién encontrado hijo con lágrimas en los ojos. Finn se acercó y se unió al abrazo. Los tres lloraban de felicidad. Kurt, Marley, Cooper, Sebastian, Ryder y Rachel miraban la escena sin saber que hacer. Sentían que eran unos intrusos en un momento tan íntimo. Poco después, los Hudson comenzaron a hablar con Smythe mientras el resto de Blues entretenían a los hermanos Anderson jugando a las cartas. A nadie le pasó desapercibido las miradas que Marley y Ryder se dirigían.

– ¿Qué hacen ellos aquí? – Preguntó el ojiverde cuando las cosas se calmaron un poco.

– Su padre ha hecho el turno de noche en la fábrica y está descansando. Mandy ya sabes que descansa los martes y Blaine ha ido a casa de los Pearce a ayudar con la limpieza de las chimeneas. – Informó la mujer.

– ¿En su día libre se busca otro trabajo? – Quiso saber el Green.

– Conoces a Blaine, cualquier cosa con tal de conseguir dinero... A veces pienso que si pudiera hacer turnos dobles en la fábrica los haría y luego gastaría todo el domingo haciendo trabajos para conseguir más dinero.

– No lo entiendo...

– Mira a Rach y Ryder... ¿No crees que se merecen lo mejor? Son los dos alumnos más brillantes del instituto de Lima. Todos los profesores dicen que es una pena que no puedan ir a la Universidad. Blaine se esfuerza para intentar darles un futuro lejos de esta pobreza. Creo que quiere pagar la deuda que tienen contigo antes de que terminen el instituto para volver a pedirte dinero y así que puedan aspirar a algo mejor. Aunque sólo puedan pagar los cursos para enfermería o técnico. Lo que sea menos que trabajen en la fábrica o fregando suelos...

– Blaine también se merece lo mejor, debería pensar más en él.

– Si Cooper estuviera aquí, compartiría responsabilidades y no les iría tan mal.

– ¿Cooper?

– Sí, Blaine no es el mayor de los Anderson. Cinco minutos antes que él nació Cooper. ¿No lo sabías?

– No, ¿Qué fue de él?

– Era un blue, por lo que fue dado en adopción.

– Espera, ¿Blaine lo sabe?

– Sí, su padre quiso buscarlo, pero él y Mandy lo detuvieron. No quieren saber nada de él.

Por primera vez, Elliot interrumpió la conversación de su madre y el castaño.

– No entiendo por qué lo hacen. Mira nuestro caso o el de mi hermano. Coop está deseando encontrar a su madre.

El castaño miró como el mayor de los Gilbert jugaba con los dos Anderson... ¿Estaban pasando un rato en familia? No se iba a engañar, conocía la fecha de nacimiento del mayor porque coincidía con la de su amante. No era tan raro pensar que pudieran ser familia, ya que habían descartado las otras seis candidatas y sólo conocía un niño más nacido en esa fecha, Cooper Anderson. Mismo nombre, como ya había pasado con Elliot. Demasiadas coincidencias.

– Yo en el fondo los entiendo. Pensar en todo lo que han sufrido... Yo también tuve mis momentos de flaqueza... Los dos quieren a Cooper lejos porque no tiene que sufrir por ellos cuando estará bien cuidado y será amado. – Dijo la mujer.

– No todo en la vida es el dinero. – Dijo el Green.

– Eso es lo que piensas cuando no te falta comida en el plato, no pasas frío y tienes un buen techo bajo el que cobijarte. – Dijo Finn, interviniendo al fin en la conversación.

Después de horas de conversación, llegó la hora de la comida. Todos se quedaron en la casa de los Hudson a comer, no sin antes encargarse de que un sirviente de los Gilbert trajera comida. Cuando estaban a punto de sentarse, llegó Blaine acompañado de los hermanos Puckerman. Ellos no llamaron a la puerta, simplemente entraron.

– Hola a todos... – Saludaron los tres.

– ¡Blaine! – Gritó la castaña mientras se abraza a su hermano.

– Hola enana... ¿Qué tal lo habéis pasado con Finn? – Preguntó mientras soltaba a la chica y saludaba a Ryder.

– Chicos... ¿Os quedáis a comer? – Preguntó Carole.

– Gracias, pero será mejor que nos vayamos a casa. – Dijo el ojimiel.

– Ni hablar... ¿Les vas a negar a tus hermanos una buena comida? – La mujer preguntó antes de contarles lo sucedido y presentarles a su hijo.

Después de la deliciosa comida, todos se dividieron en grupos para disfrutar de un rato juntos. Blaine acabó con Kurt, Marley y Sebastian en una conversación sobre la prohibición de que las personas de distinta clase social se mezcle.

– A mí me parece bien. – Todos se sorprendieron ante la declaración del Brown. – ¿Qué sentido tendría que yo me casase con un Blue? No sabría como moverme en su mundo y él no podría ser feliz en el mío.

– El amor es algo más que clases sociales. Si yo me enamorase de Ryder y él de mí... ¿No te gustaría que fuésemos felices juntos? – Preguntó la chica.

– Primero, quita el condicional a tu frase. Estáis enamorados, hasta yo lo he notado. Segundo... ¿Podrías vivir en una casa como ésta con él y trabajarías limpiando casas? – Quiso saber el moreno.

– Si es por amor, sí. – Dijo la Blue orgullosa.

– ¿Podrías decirme que hacemos tú y yo? – El ojiverde preguntó ofendido.

– No lo sé, sinceramente no lo sé. – Respondió el más bajo.

– ¿Qué te ha hecho la vida para que seas así? Nadie puede ser tan pesimista. – Comentó el ojiazul.

– Mejor pregunta qué no me ha hecho...

Brown Vs Blue (Klaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora