Capitulo - 07

171 12 0
                                    

-Bien, hemos llegado- dijo, quitando el pañuelo que a mis ojos inhibía. Y quede totalmente impresionada. Me había llevado a un lugar, apartado de todo el mundo, un hermoso lugar, el más bello de todos. Inspeccione todo el lugar con mi mirada, el prado, era exactamente igual al que pude apreciar en el camino. Los árboles eran más verdes de esta parte, y todo estaba cubierto por flores, de diversos colores y formas. Podía sentir el aroma a rosas, el dulce néctar de todas las flores, un aroma tropical y fresco. Avance unos pasos y pude admirar de cerca el lago, y la cascada. El agua era tan transparente, tan limpia, que de inmediato las ganas de entrar en el se hicieron presente. En ese lugar había tanta paz, tanta vida, que me entraron ganas de quedarme para siempre aquí, con él.
-Justin…- apenas pude articular, estaba tan encantada, como hechizada.
-¿Qué? ¿No te gusta?- me miro.. ¿Preocupado?.
-No, no me gusta- afirme, aun observando todo.
-Oh, bueno- suspiró. –Entonces marchémonos ya, tal vez encontramos algún otro lugar- parecía decepcionado, yo reí.
-Justin, este lugar no me gusta. Este lugar me encanta, es lo más bello que haya podido ver en mi vida- le sonreí con ternura. ‘Además de ti’ pensé luego.
-¿En serio te encanto?- me miro.
-Por supuesto que sí, ¿cómo no iba a hacerlo?- mire todo a mi alrededor, y cada vez parecía ser más hermoso.
-Te traje a este lugar, porque estando aquí, te sientes como..-
-Hechizado- lo interrumpí con una sonrisa, él asintió.
-¿Te sorprendí, entonces?- me miro.
-Mucho más que eso- le sonreí, y camine hasta la orilla del lago, justo al pie de un gran árbol. –Si es tan hermoso, ¿por qué esta tan solo hoy?- lo mire.
-Porque nadie lo conoce, bueno, nadie que yo sepa- se encogió de hombros.
-Espera, ¿me trajiste a un lugar que solo tú conoces? –lo mira tierna, y sonreí de oreja a oreja.
-Así como lo dices, se escucha espeluznante- yo reí.
-¡Vamos!, no seas tan insensible- le sonreí.
-¿Quieres entrar al agua?- pregunto, despojándose de su camisa, y no pude apartar mi vista, en cambio, me puse muy nerviosa. Era más hermoso de lo que pensaba, su torso estaba levemente bronceado, y tenía más cuerpo del que aparentaba, su pecho musculoso, y sus brazos fuertes, capaz de proteger a cualquier damisela en aprietos.
-¿Estas escuchándome?- me miro.
-¿Ah? ¿Qué?- lo mire confundida, él río.
-Te pregunte si quieres entrar al agua, ¿Qué dices?- me miro.
-Bueno, no lo sé- dije mirando el lago, no se veía tan profundo, pero yo era tan cobarde.
-Vamos, no seas miedosa- dijo en tono burlón.
-¿Qué si me ahogo?- dije entrando en un punto dramático.
-Tendré serios problemas- río.
-Oh, cuanto lo siento por ti- dije irónica, él río nuevamente.
-Solo bromeo, _______. No podría dejar que murieras- me miro.
-¿Entonces? ¿Eres salvavidas?- lo mire, él río.
-No, pero nado muy bien, y no dejaría que te hundieras ni por un segundo- me miraba, yo le sonreí.
-Está bien, pero..- lo mire.
-¿Pero?- repitió.
-Qué no traigo ropa- seguía mirándolo, era tan perfecto.
-Yo tampoco traigo, pero entrare en ropa interior- me miro.
-¿Estas sugiriendo que yo haga lo mismo?- lo mire divertida.
-Eso creo- río. –Pero sé que eres demasiado cobarde como para hacerlo- río nuevamente.
-¿Ah? ¿Con que eso crees?- lo mire retadora.
-Eso es lo que sé- se encogió de hombros, burlón.
-¿Ah, sí? Mírame entonces- Y comencé a quitarme la ropa, hasta quedar en ropa interior, él no volvió a decir nada, solo me miraba de pies a cabeza.
-¿Qué miras?- pregunte burlona.
-¿Eh? Ah, yo nada. ¿Tú que mirabas hace rato?- me miro burlón, y yo me sonrojé.
-Nada que te interesé- me defendí. -¿Nos metemos ya, o de repente te entro miedo?- le saque la lengua, él río.
-Sabes que no- Y sin más, se tiro dentro del agua. –Vamos, ¡lánzate!, ¿o es que ya te arrepentiste?- me miro con burla.
-¡Oh, cállate!- y me tire justo en donde él estaba.
-¿Qué haces? ¿Quieres matarme?- me miro, yo reí.
-Suena bien, pero aun no- reí. –Oye, está algo profundo- dije de repente con miedo.
-Que eres cobarde- río. 
-No, es que no puedo nadar muy bien- confesé apenada.
-¿En serio? ¿Quieres que te enseñe?- me miro.
-¿Seguro que no me matarás?- dije sosteniéndome de su hombro, un poco más y me iba.
-Si no te matas tu primero- río, tomándome por la cintura para que no me hundiera.
-Lo siento, soy algo patosa- reí.
-¿Algo? –río. –Yo diría que mucho- reímos.
-¿Estaremos acá todo el rato?- lo mire. –O puedo salirme, y tú puedes nadar- le sonreí.
-Tengo una mejor idea- dijo sosteniéndome.
-¿Qué haces?- pregunte asustada.
-Solo sostente- dijo colocándome con cuidado sobre su espalda, enrosque mis piernas alrededor de su bella cintura, y enrolle mis brazos sobre sus fuertes hombros. Él me tomo por las piernas para tenerme más segura, y comenzó a caminar hacia dentro.
-¿No te peso mucho?- pregunte viéndolo por sobre su hombro, él me miro.
-No me pesas nada- siguió viendo hacía el frente, yo sonreí y me abrace más a él.
-Este lugar es perfecto- suspire, y luego sonreí fascinada.
-Me alegro que te haya gustado- me miro.
-¿Sabes? Tus ojos son tan lindos- suspiré.
-Creo que estar aquí te hace decir bobadas- río, yo sonreí.
-No, realmente pienso eso- le sonreí.
-Pues gracias, los tuyos también son muy lindos- sonreí de oreja a oreja.
-Te quiero, Justin.- le dí un pequeño beso en la mejilla, él sonrío, ¡Sonrío!.
-¡Acabas de sonreír!- me emocione.
-Lo siento, no pude evitarlo- río.
-¿Por qué lo sientes? Me encanto, tu sonrisa es hermosa- sonreí, ahora me sentía muy feliz.
-Ya me hiciste reír, sonreír, no harás que me sonroje- ambos reímos.
-De todos modos, no creo que pueda lograrlo- reí.
-¿Qué pasa si te bajo ahora?- río.
-¿Qué? ¿Acaso quieres que muera?- me aferre más a su espalda.
-Claro que no, solo te cambiaré de posición- me sonrío de nuevo, y me perdí.
-¿Cómo?- reclame, pero ya me había movido.
-Solo sostente de mis hombros como estabas antes- me sonrío.
-Está bien- cruce mis brazos por sus hombros, pero esta vez lo miraba de frente.
-¿Te sientes segura?- me miro, y yo también lo mire, me puse realmente nerviosa.
-Sí, me siento segura contigo- afirme, él me sonrío.
-Eso está bien- me miro.
-Realmente no creo que este bien; yo no te caigo bien, y en cualquier momento podrías ahogarme- reí.
-¿Tan malo crees que soy?- me miro.
-Un poco, hace unos días me llamaste muñeca sin cerebro- hice una mueca.
-Realmente no pienso eso de ti- me miro.
-¿Entonces qué piensas de mí?- seguí mirándolo, directamente a los ojos.

Recuerden, esta nevela no es mia, es de una chica, solo eso, las quiero :) y sigan leyendo

❤El chico de los ojos tristes❤ {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora