Justin Point Of View:
La mañana de aquel día desperté muy temprano, necesitaba pensar. Pase por el establo y tome a mi caballo, y fui dar un paseo para despejar mi mente. Decidí ir a aquel lago, que tantos recuerdos me traía. Ate el caballo al tronco de un árbol y me acerque un poco al lago. Me senté a la orilla y comencé a pensar en todo, yo no podía perderla. ¿Por qué tenía que ser tan complicado todo? Yo la amaba, pero mi orgullo era demasiado grande para decírselo. _________ había llegado a mí como una ráfaga de viento en un día caluroso, ella era la luz en mi vida, se lo había dicho. ¿Por qué no pude decirle que la amaba también, aquel día que me confesó su amor? ¿Lo seguiría sintiendo?. Yo sabía porque, tenía miedo. No quería sufrir más, ni quería hacerle daño, sabía que al terminar el verano ella tendría que irse, y yo me quedaría aquí, nuestros caminos iban separados y eso me frustraba. Sabía que la amaba, estaba seguro de ello. Yo jamás en mi vida había llorado por una mujer además de mi madre, y por ella lo hice, por ella lloré. Me sentía triste y frustrado, ¿la perdería por mi estúpido orgullo? No, yo pelearía por ella. Me levante del césped, y cuando lo hice vi a una chica, parada a unos metros de mí. Era bastante blanca, y tenía el cabello de color amarillo brillante, sus ojos negros y profundos. Era pequeña y delgada, nada fuera de este mundo. La mire por unos minutos, extrañado, ¿cómo había encontrado este lugar?.
-¿Cómo llegaste aquí?- pregunte mirándola extrañado, ella me sonrío.
-Soy Kate, mucho gusto- sonrío divertida, fruncí el ceño. –Ya bueno, estaba paseando por aquí y llegue a este lugar, es bellísimo- dijo mirando hacía todas partes.
-Si.- murmure con los labios apretados.
-¿Cómo te llamas?- me miro y sonrío.
-Justin- la mire. –En serio, ¿qué haces aquí?- suspire.
-¿Es propiedad privada?- me sonrío divertida.
-La verdad, si- la acuse.
-Está bien- río. –Oye, ¿es tuyo este caballo?- me sonrío.
-¿De quién más sería?- reí.
-Es hermoso- me sonrío.
-Gracias- le sonreí también.
-Como su dueño…- me miro ¿coqueta?, la mire incomodo.
-Gracias- vi como se acercaba a mí.
-¿Y no me podrías mostrar este lugar?- me sonrío, demasiado cerca para mi gusto, pero no quería ser descortés.
-Lo siento, estoy bastante ocup…- Y sin previo aviso me beso, estaba tan sorprendido que no pude moverme. -¿Qué haces?- me separé de ella y la mire disgustado.
-Vamos, se que te gusto- se me acerco de nuevo, pero me aleje.
-En tus sueños- murmure enojado, con los labios apretados.
-Bueno, lo siento- me miro con expresión arrepentida.
-No lo hagas de nuevo, por favor –asentí lentamente.
Salí de ahí lo más rápido que pude, iría a buscar a ________. Iría a pedirle perdón, y a decirle lo mucho que la amo, que la esperaré el tiempo que sea necesario, y que no quiero perderla nunca. Deje mi caballo en el establo y salí directo a la casa, pero cuando llegue todo estaba en silencio. Subí hasta la habitación de _________, toque la puerta una, dos, tres veces, pero nadie atendió, así que entre.
-¿_________?- mire a todos lados, pero no la vi. Sus cosas ya no estaban tampoco. Baje a la cocina, vi a Esme preparando el almuerzo.
-Esme, ¿sabes en donde esta _________?- pregunte preocupado, ella me miro por unos instantes y luego respondió.
-Charles la acaba de llevar a casa- me miro con pena.
-¿Qué? ¿Se fueron hace mucho, Esme?- pregunte desesperado.
-Acaban de salir- apenas la escuche, salí en dirección al establo y tome mi caballo, tenía que alcanzarlos.
Anduve a caballo lo más rápido que pude, y rápido encontré el camino hacia la ciudad, apenas pude ver el auto de Charles en la distancia, lo seguí tan rápido como me fue posible.
-¡__________!, ¡____________!- grite su nombre tan fuerte como pude, no podía perderla, no quería. –Vamos Basther, corre rápido- decía suplicante al caballo, anduvimos unos pocos kilómetros más, hasta que el caballo se detuvo. -¡Vamos, ¿Qué pasa?- estaba desesperado, angustiado, triste. –Oh amigo, ya estas viejo- suspiré y me baje del caballo, mire hacía el camino nuevamente y pude ver como el coche desaparecía en la carretera, suspire con pesar. –No lo logramos- murmure dándole agua a aquel viejo caballo que yo tanto amaba. No pude evitar seguir viendo hacía el camino, ella se había marchado, la había perdido. Me subí sobre el caballo, y fuimos lento de regreso a casa, y yo no podía dejar de llorar. Había perdido a mi ________, ahora lo había perdido todo.
Cuando regrese a casa esa tarde, no volví a ser el mismo. Charles llego más tarde, le pregunte por ella, y me miro no muy a gusto.
-Charles, por favor dime- lo mire suplicante.
-¿Para qué quieres saber de ella?- frunció el ceño.
-¡Porque es mi amiga!- dije desesperada, me miro incrédulo. -Ya bueno- suspire. -¿Me patearás si te digo que estoy completamente enamorado de tu nieta?- lo mire preocupado, él me miro extrañado.
-¿Estas enamorado de ella?- parecía sorprendido.
-¿No es obvio?- pregunte apagado.
-Es muy obvio- escuche a Esme y Albert reír desde el otro lado de la sala, charles suspiro.
-¿Entonces porque estabas con otra chica esta mañana?- me miro disgustado.
-¿Con otra chica?- pregunte confundido.
-Sí, ella despertó temprano porque deseaba hablar contigo antes de marcharse. Te encontró en el lago, pero tú no estabas solo… estabas besando a una chica- me acuso. Albert y Esme me miraron mal.
-Hey, hey, tranquilos- los mire. –Ya veo- pensé en la chica en el lago, había arruinado todo, pensé desesperado. –Les explicare todo- suspire y me senté sobre el sofá, les explique cómo eran las cosas, y por suerte confiaron en mí. –Eso fue todo, yo ni siquiera la conozco- hice una mueca con mis labios.
-No sé cómo ayudarte, Justin. Ella estaba tan convencida, y no quiere volver- suspiro Charles.
-Necesito comunicarme con ella, pero ¿cómo?- los mire.
-Existen las cartas- me sonrío Esme.
-Existe el teléfono también- Albert murmuro.
-Se un poco más romántico- Esme suspiro, tenía razón, eso haría.
-Pero, ¿cómo se las haré llegar?- pregunte de nuevo preocupado.
-Yo se las llevaré, la visitaré cada semana- me sonrío su abuelo.