Él seguía bromeando, seguía jugando así. Uno de estos días me llevo a el lago que visitamos una vez juntos, estábamos jugando tan entretenidamente, como nada más que dos amigos, el juego cambio drásticamente cuando me beso. Pregunte por que lo había hecho, dijo que había sido un impulso nada más, ¿saben cómo le dolía eso a mi corazón?. Y mientras pensaba en toda mi situación, me daba cuenta del porque las palabras de papá aquella vez, él quería decirme que cuando algo me lastimase demasiado, era mejor alejarme por mi propio bien. Que a veces debes olvidar lo que sientes, y recordar lo que mereces. ¿Pero cómo podría alejarme de Justin?
-__________, ¿estás ahí?- me miraba preocupado.
-¿Ah? Oh si, aquí estoy –sonreí desganada.
-Me preocupas, ¿sabes?, estos días has estado como que muy ida- me miro.
-Lo siento, eh tenido muchas cosas en que pensar últimamente- reí bajito.
-¿Sobre?- me miro curioso.
-No importa- le sonreí. Me miro durante unos instantes y luego asintió.
-Oye, ¿Cuándo volverás a casa?- me miro.
-Estoy en ella- le sonreí.
-Sabes a lo que me refiero- dijo en tono desganado. Suspiré.
-Bueno, mamá llamo al abuelo ayer por la tarde, dijo que al instituto le estaban dando un mejor mantenimiento, y que lo estaban ampliando- hice una mueca. –El lado bueno es que tardarán, y tengo un mes extra de vacaciones- le sonreí.
-¿En serio?- parecía emocionado, reí suavemente.
-Sí- le sonreí. -¿Tú no estudias?- lo mire, nunca se lo había preguntado.
-Por supuesto, pero estudio en casa- me sonrío.
-¿Tienes un tutor o algo?- lo mire.
-Exacto- me sonrío. -¿tienes una idea de lo mucho que te extrañaré cuando no estés?- Suspiró, también suspire, él seguía bromeando.
-Nos veremos pronto- le aseguré.
-¿Lo prometes? ¿Prometes volver conmigo?- me miro esperanzado.
-Lo prometo, Justin. Prometo volver a ti- le sonreí. Él también sonrío.
Luego de una tarde a su lado me fui a mi habitación, completamente cansada. No tenía hambre, así que me recosté en mi cama y comencé a pensar acerca de todo. Esto me estaba haciendo mucho daño, tenía que alejarme, aunque sabía que eso también dolería mucho, dolería por menos tiempo que vivir eternamente enamorada de alguien que no me ve. Después de pensar durante un rato, el cansancio me venció y me dormí plácidamente. A la mañana siguiente desperté, y lo único que tenía que hacer era comenzar lo más pronto posible con mi ‘plan’. Me di una larga ducha, estaba muy estresada. Termine de vestirme y fui inmediatamente al establo, donde siempre se encontraba Justin.
-¿Justin?- lo llame. Estaba cepillando a un caballo, yo me acerque con una sonrisa en el rostro. Él también me sonrío.
-Es un caballo muy hermoso, ¿cómo se llama?- pregunte acariciando a aquel caballo, Justin por alguna razón me miro extrañado, casi incrédulo.
-Deja de jugar, _________- negó con la cabeza de forma divertida, esta vez la confundida fui yo.
-¿De qué hablas?- lo mire extrañada, él me miro.
-¿Cómo? ¿En verdad no reconoces a tu caballo?- me miraba incrédulo todavía. ¿Mi caballo? Eso me sorprendió.
-¿Luna? ¿Este es mi caballo de cuando era niña?- mire al caballo con sorpresa.
-Claro- río. –No puedo creer que lo olvidarás- me miro.
-Mamá dijo que había muerto…- murmure con los labios apretados. Me acerque más al caballo y lo acaricie. –Sigues siendo hermoso- sonreí viendo al caballo blanco.
-Es una nena, él mío es más rápido- río.
-Deja, este caballo me acompaño durante toda mi infancia- sonreí melancólica recordando las tardes en las que papá me enseño a andar. Recordando cuando lo montábamos juntos, cuando salíamos a pasear por los viñedos, con nuestros caballos. Mi luna había estado conmigo cuando perdí a papá, y podía ver como sentía también su perdida. Estos recuerdos hicieron que las lágrimas se acumularán en mis ojos. Yo nunca lograría superar eso. Y supe que mamá había dicho que murió porque no quería que viviera atada al pasado.
-¿Estás bien?- Justin me miro preocupado.
-Solo unos recuerdos…- Sequé mis lágrimas y asentí. Él me miro por unos minutos sin decir una sola palabra.
-Pensabas en tu padre, ¿no es así?- me miro.
-Si- me senté sobre un sillón de madera que había ahí, él se acerco y se sentó a mi lado.
-¿Puedes hablarme sobre él? Me encantaría saber más sobre él- coloco una de sus manos sobre la mía, y me miro.
-Él era una persona increíble- lo mire. –Era tan paciente y tranquilo, él siempre estaba en paz. ¿Sabes? Cuando me portaba mal, él me llevaba a nuestra cabaña y me hablaba durante horas, cuando salíamos de ahí yo ya era otra- sonreí con tristeza- Éramos muy unidos, siempre estábamos juntos. Él era mi héroe, lo admiraba demasiado, y aun lo es, aun es mi héroe. Era tan tierno y sincero, y tenía un corazón muy hermoso. Él sentía todo profundamente, el amor, el cariño, pero también la tristeza- mire a través de la vidriera en el establo, el sol brillaba a través de las montañas. –Yo amaba la manera en que él amaba a mamá, yo amaba la manera en que ambos se amaban- lo mire. -Cuando papá murió, mamá pareció morir con él- suspire con pesar. –Mi mundo estaba en el piso, y yo no podía refugiarme en la fuerzas de una madre, porque la mía no tenía fuerza, se había ido con papá. Las ganas de vivir, de seguir adelante, todo se había ido con él- las lágrimas salieron solas de mis ojos. –Lloramos durante meses, todo el pueblo sintió la perdida de mi padre- mi voz era entrecortada. –Él lo era todo para mí, él es mi ángel, siempre me cuida- sonreí triste, con los ojos cristalizados. –Papá me enseño el significado de la vida, el significado del amor verdadero, el significado de la amistad- suspire, tratando de deshacer el nudo en mi garganta. –Cuando me lo dijeron, yo no podía creerlo, estaba en shock. ¿Cómo era posible que la noche anterior lo hubiera visto sonriendo? ¿Cómo era posible que él me hubiese dicho todas esas cosas la noche anterior y el siguiente día por la mañana ya no estuviese conmigo?- no podía contener las lágrimas, ya no. –Él me dijo esa noche, antes de morir- lo mire, y más lágrimas salieron. –Lo vi ahí, en esa cama. Estaba tan débil, tan frágil, tan pálido y delgado. Estaba ahí, conectado a un montón de aparatos para poder respirar- lloré más. –Estaba tan desesperada, tan asustada de verlo así, yo no podía quedarme sin mi papá. Él me hizo espacio en la cama, y me estrecho entre sus brazos tan fuerte como pudo, ambos llorábamos. Yo no podía calmar mi llanto desesperado, y él me hacía cariño en el cabello esperando que me calmara, cuando al fin lo logre él me miro a los ojos, y beso mi frente con tanta ternura- respire hondo. –Me dijo que me amaba más que a su vida propia, y que yo era lo más importante para él, que mamá y yo le dábamos sentido a su vida, y que siempre sería su niña, que siempre me cuidaría de donde quiera que este, y que nunca estaría sola puesto que él estaría siempre conmigo, en mi corazón- Yo no podía controlar mis lágrimas. –El cáncer lo consumió completo, esa estúpida enfermedad se lo llevo de mis brazos, y jamás lo volveré a ver. –Ya no podía dejar de llorar, y Justin me abrazo. -¿Por qué a él, Justin? ¿Por qué a una persona tan buena Dios le haría eso? –lo abrace con fuerza, llorando tanto como podía. –Él jamás sería capaz de lastimar a alguien, y su dinero siempre lo uso para ayudar a los demás- mi respiración era entrecortada. –Cuando él no estuvo más, el agujero de mi corazón era demasiado grande, demasiado profundo y doloroso. Después de esa noche, yo jamás volví a verle- lloraba como una niña pequeña, en los brazos de mi amigo. Justin me abrazo tan fuerte como pudo, me acuno en sus brazos como si yo fuese un bebé, y llore desconsoladamente mientras él acariciaba mi cabello. Él también parecía en su mundo, y veía sus ganas de llorar. Sabía que él había perdido a toda su familia, y me preguntaba cuan doloroso debía ser eso