Capitulo - 01

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-_______ despierta, tu abuelo acaba de llegar- Dijo María, el ama de llaves.
-¿Ya llego el abuelo?- Pregunte entusiasmada, levantándome rápidamente de la cama, hacía mucho tiempo que no lo veía.
-Sí, esta con tu madre, esperándote- Dijo ella regalándome una cálida sonrisa.
-Gracias- Respondí con otra sonrisa, cuando ella se retiro tome una rápida ducha y me vestí con toda casualidad.
-¿Estas lista, cariño? –Escuche la voz de María llamarme, acomode la falda de mi vestido y salí por la puerta, le dedique una sonrisa.
-Estas preciosa- Exclamo mirándome con una sonrisa en su rostro.
-Gracias- Dije con otra sonrisa, mientras bajaba a su lado.
-¡____!- Exclamo mi abuelo entusiasmado al verme llegar, salte a abrazarlo.
-¡Abuelo! ¿Cómo estás? –Dije con notable alegría.
-Muy bien, pequeña. ¿Cómo estás tú?- Dijo besándome la frente como siempre solía hacerlo.
-Extrañándote abuelo- Dije soltando un suspiro. 
-Ya no lo extrañarás más- Dijo mamá acercándose a nosotros con una amplia sonrisa en el rostro.
-¿Cómo? ¿Te vendrás a vivir de nuevo con nosotros?- Mire a mi abuelo emocionada.
-En realidad, tú te irás a vivir conmigo el resto de las vacaciones- respondió el abuelo sonriendo, le sonreí.
-¿En serio? Eso me haría muy feliz- Dije con una sonrisa en el rostro.
-Bueno preciosa, ¿a qué esperas? ¡Ve a empacar tus cosas!-Dijo mamá sonriéndome.
-Ahora vuelvo- Dije escurriéndome por las escaleras hasta llegar a mi habitación, empaque todas mis cosas en una maleta sin perder la sonrisa del rostro. Me alegraba mucho pasar las vacaciones en la hacienda del abuelo, lo extrañaba demasiado. Cuando niña, solía pasar todo el tiempo con él, recuerdo cuando me enseño a andar a caballo, nos divertíamos mucho, siempre estábamos juntos, él era como mi mejor amigo, me llevaba a conocer muchos lugares y siempre me contaba una historia diferente, realmente era muy difícil aburrirse con el abuelo. Termine de hacer mi maleta y baje a estar con el abuelo y mamá el resto de la tarde.
-Es hora de irnos- dijo el abuelo sonriendo mientras se despedía de mamá.
-Está listo el equipaje- informo el chofer llegando a donde estábamos.
-Muchas gracias, Fred. Puedes esperar en el auto dijo mi abuelo dedicándole una sonrisa, él joven le regalo otra antes de salir.
-Bueno cariño, espero que te portes bien y no le causes problemas a tu abuelo, te extrañaré- Dijo mamá abrazándome.
-Yo también te extrañaré, mamá.- sonreí, correspondiendo a su abrazo.
-Madre e hija tenían que ser, que son exageradas- dijo el abuelo con una risita mientras nos abrazaba a ambas.
Terminamos de despedirnos y fuimos al auto, el abuelo se sentó conmigo en la parte trasera, hablábamos de muchas cosas en el camino.
-Te gustará la hacienda, a lo mejor y hasta te llevas bien con Justin.-dijo él, dedicándome una sonrisa.
-¿Justin?-pregunté con notable curiosidad.
-Tiene más o menos tu edad, es mi compañero y ayudante- dijo sonriéndome.
-¿Tu compañero? –pregunte extrañada.
-Me refiero a que, es mi compañía- dijo sin perder la sonrisa.
-Oh, ya entiendo. ¿Eso quiere decir que me has remplazado? –pregunte riendo, él me sonrío.
-Imposible, tú siempre serás mi niñita-Respondió abrazándome, fue en cuanto me di cuenta, de que habíamos llegado.
-Baje señorita- dijo Fred con su fino acento irlandés, abriéndome la puerta del coche.
-Muchas gracias- le agradecí de forma educada & baje del auto.
-¿Te gusta? Eh hecho algunos cambios- dijo el abuelo estando a mi lado. Mire todo el lugar y miles de recuerdos volvieron a mi cabeza como un flash, en verdad que el abuelo había hecho algunas modificaciones, pero lejos, seguía siendo igual de acogedor.
-Había olvidado lo hermoso que era este lugar- dije regalándole otra sonrisa.
-Me alegro que te guste- dijo cruzando por la puerta, Fred venía detrás con mis maletas, que no eran muchas.
-Bienvenida señorita- dijo un amable empleado llegando. –Disculpe la molestia señor, pero lo han estado llamando repetidamente desde que se marcho esta mañana- Dijo girándose a mi abuelo.
-Oh, gracias Albert- dijo sonriéndole. -Ya regreso, cariño- me dijo el abuelo perdiéndose entre los pasillos de la enorme casa, recorrí el lugar con la mirada, estaba igual que antes, solo había arreglado algunas cosas, me fije en los cuadros, habían muchos de cuando yo era más chica.
-Cielo, lamento esto pero tengo que traer unos papeles a casa del Señor Harrison. ¿Te molestaría si te dejo un momento?- dijo el abuelo cuando regreso, con un tono preocupado.
-Está bien abuelo, no te preocupes- le dedique otra sonrisa.
-Gracias cariño. Le llamaré a Justin para que te ayude a instalarte en tu habitación, ¿te parece?- dijo sonriéndome.
-Bueno- le sonreí. Justin, me provoco una extraña curiosidad cuando menciono su nombre.
-Vuelvo enseguida- Dijo dirigiéndose afuera. Me senté en uno de los cómodos sofás instalados en la sala, seguía observando todo detalladamente, pude observar el retrato de la abuela colgado sobre la chimenea, donde solía estar siempre.
-Es hermosa- murmuré para mis adentros.
-Como tú- dijo una voz detrás de mi.
-Se parece mucho a mamá, abuelo- reconocí su voz enseguida.
-Tú te pareces mucho a tu madre- supe que sonreía. –Bueno cariño, no me queda más tiempo, te dejo con Justin- dijo despidiéndose de mí con un beso en la frente y marchándose, fue entonces que supe que no estaba sola, me gire lentamente.
-Tú debes ser Justin, ¿no?- pregunte mirando a aquel chico, un apuesto chico de tez blanca, un cabello castaño, dorado como el sol, labios gruesos & rosados, y sus ojos, unos tristes ojos color miel, que reflejaban dolor y angustia.

❤El chico de los ojos tristes❤ {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora