Capitulo - 04

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A la mañana siguiente, desperté adormilada. No había dormido mucho, Justin no salía de mi cabeza, la manera en que me había tratado, había sido cruel & humillante. ¿Yo una muñeca? Pff.
-¿Señorita _______?- pregunto la señora Esme entrando en la habitación.
-Buenos días- le sonreí.
-¿Puede prepararse para bajar a desayunar? Su abuelo la está esperando- dijo sonriéndome.
-Está bien- le sonreí. –Por cierto, llámeme simplemente _________, por favor.- dije sonriéndole.
-Está bien señori.. _______- termino con rosadas mejillas, le sonreí.
-Ahora bajo- le sonreí y me metí a la ducha. Cuando estuve totalmente aseada y vestida baje, me estaban esperando.
-Abuelo, buenos días- lo salude.
-Buenos días, cariño- me sonrío. 
-¿Me enseñarás el lugar?- puse mi cara de cachorrito.
-En primera, saluda a Justin- me miro seriamente, suspiré y mire al chico.
-Buenos días, Justin- dije con ironía.
-Hola- dijo simplemente.
-¿Y bien? ¿Me mostrarás el lugar?- mire a mi abuelo nuevamente.
-Recuerda que no seré yo quien te lo muestre, sino Justin. Aparte, tienes que desayunar primero- me miro de nuevo serio.
-Está bien, abuelo- dije jugando con mi comida, tome un poco y lo mastique.
-Y bien, chicos. ¿Ya se llevan mejor?- pregunto de nuevo con su sonrisa.
-Algo así- dije mirando con seriedad el pálido rostro del chico.
-¿Algo así?- nos miro. –Bueno, no importa. Es hora de irme- dijo poniéndose de pie.
-¿Qué? ¿Ya te vas?- lo mire. –Dijiste que estaríamos juntos todo el verano- lo mire suplicante.
-Lo sé, cariño; Y lo siento. Pero realmente me llego de improviso, asuntos de negocios.- me miro apenado. –Te lo compensaré, pero ahora debo irme- dijo dándome un beso en la frente para luego retirarse.
-¿Algo así?- pregunto Justin, en cuanto nos quedamos solos.
-¿Esperabas que le dijera ‘Que va, nos llevamos de la patada. El muy burro me llamo muñeca tonta’?- dije irónicamente mientras lo miraba amarga.
-Eso eres- dijo simplemente.
-Claro que no- lo mire con una mueca en el rostro.
-Lo que digas- dijo levantándose, me dejo curiosa.
-¿De dónde eres?- pregunte de repente, más curiosa que antes.
-¿No eras tú la que estaba molesta?- me pregunto enarcando una ceja.
-Pregunte primero- me defendí.
-Yo soy quién decide si responder a tu pregunta, o no- me miro serio.
-¿Sabes? No me interesa.- gire la mirada.
-Claro que te interesa, eres una matiche- me reto.
-No lo soy, tú eres el amargado- lo mire mal.
-A ti no te importa como yo sea, ni siquiera me importa a mí- su fría mirada me traspasaba.
-¿Cómo sabes que no me importa?- jugué con él.
-No lo sé, ni me importa- se encogió de hombros.
-¿A ti nada te importa?- pregunte irónica.
-No.- dijo dejándome sola en la habitación. Suspire cansada y lo seguí.
-¿Eres así de naturaleza, o te lastimaron mucho?- pregunte entrando en la habitación donde él se encontraba, frente al piano.
-¿Tú de nuevo? ¿Es que no te cansas?- suspiro.
-¿Tocas piano?- ignore sus preguntas.
-¿Te importa?- rodo los ojos.
-Algo, tú dime- le sonreí.
-¿Eres bipolar?- hizo una mueca con sus labios.
-Solo responde- suspire.
-Toco el piano desde los siete años- me miro sin expresión.
-¿Desde los seis años? ¿Podrías tocar un poco para mí?- lo mire ahora entusiasmada.
-No- me miro burlón.
-¿No te cansas de ser tan frío y amargado?- suspire con una mueca en el rostro.
-¿No te cansas de meterte en lo que no te llaman?- lo mire mal.
-¿Sabes? No se puede hablar contigo- dije un tanto dolida.
-Yo no quiero hablar contigo.- dijo sentándose frente al piano, de color blanco.
-¿Tocarás?- me emocione nuevamente.
-¿Eres sorda?- me miro con una mueca de confusión.
-Por favor, solo un poco- insistí.
-¿Dejarás de fastidiarme?- pregunto mirándome.
-Tal vez- le sonreí. 
Él simplemente suspiro y coloco sus manos sobre el piano, y comenzó a tocar una dulce melodía de fondo, Debussy. Estaba maravillada, tocaba a la perfección, y mientras lo miraba tocar, veía cada fracción de su rostro, de él. Era completamente hermoso; su nariz respingada, demasiado linda. Sus mejillas, levemente sonrojadas por el frío. Sus labios, tan delicados, suaves y rosados. Sus pestañas, largas, que lo hacen lucir tan tierno. Detrás, esos hermosos ojos, sus tristes y bellos ojos, color miel, que me tenían fascinada

❤El chico de los ojos tristes❤ {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora