-¡_______, despierta!- Alice grito por tercera vez.
-¿Ah, qué?- se sentó sobre la cama de golpe. ¿Qué había ocurrido? ¿Qué estaba pasando? ¿Qué había sido todo aquello?
-Te dije que te hicieras el peinado mientras yo iba por mis zapatillas, y cuando regrese tú estabas en lo mejor de dormir, ¡Dios, tienes que apresurarte!- Alice parecía muy alterada.
-¿Dormir? Espera, ¿todo fue un sueño?- su rostro pareció sorprendido. –Pero, ¿Qué hora es?- murmuro mientras hacía un ademán para refregarse los ojos.
-¡Ni se te ocurra mover esa mano un centímetro más cerca de tus ojos, o juro por Dios que te mataré!- Allie chillo. –Faltan quince minutos para la boda, ¡te lo dije hace 15 minutos! Faltaba media hora. ¡Ahora apresúrate!- Allie la sentenció.
¿Todo había sido un sueño? Suspiro. Un sueño que la había hecho reflexionar mucho, sin duda. Ella no dejaría que todo lo malo la destruyera. No dejaría que las cosas malas que habían ocurrido en su vida la hicieran caer. No dejaría nunca más que el miedo la hiciera perder. Estaba segura de que él la amaba, y no iba a dejarlo ir tan fácilmente. No, esta vez no renunciaría sin pelear o preguntar.
Justin.
Era el momento. Mi vida cambiaría por completo, para siempre. No importaba todo lo que había pasado antes. Estaba aquí, en el altar, con una mujer a la que nunca había amado, y que jamás amaría. Se casaría con la mujer equivocada, y lo peor de todo, es que ambos lo sabían. Kate le lanzo una mirada de preocupación, acompañada de una sonrisa. Ambos se miraron, y Kate pudo notar el dolor en los ojos de Justin, que hizo que su corazón se encogiera también. Mientras el padre hablaba, las miradas de ambos estaban enfocadas la una en la otra. Justin trataba de convencerse, de pensar que eso era lo mejor. Su corazón le dolía como nunca, amaba con todo su corazón a _______, pero quizá no debían estar juntos. Y todo esto era tan complicado, que por primera vez en su vida, sintió la necesidad de huir a todos sus problemas. Pero no lo haría. Tenía que enfrentarse con la realidad. Tenía que hacerle frente. No podía dejar que toda su vida se basara en eso. Kate lo miraba, y cada vez se daba más cuenta de que él no la amaba, y que jamás lo haría. Las piernas le temblaron cuando vio sus ojos cristalizarse al momento de que le preguntarán: ‘Justin Bieber, ¿Aceptas a Kate Blazer como tu legitima esposa, para amarla y respetarla, en la salud y la enfermedad, hasta que la muerte los separe?’
Se encontró de nuevo con los ojos asustados de Kate, y de repente, todo le dio vueltas.