Prólogo

546 21 2
                                    


Mis maletas estaban desechas, y yo estaba acostumbrándome a mi nueva anterior vida. Lo sé, es extraño. Ya sabrán de qué hablo.

Estaba llegando de París, donde había pasado buena parte de mi vida, viviendo con mis tíos.

Había sido mi mamá quien me había mandado para allá con el pretexto de recibir mejor educación... Eso era una completa farsa. Su objetivo era alejarme de quien fuera mi mejor amigo, un chico 3 años mayor que yo que amaba el fútbol y me protegía como mi hermano. Ella lo odiaba y jamás supe las razones.

Nunca me despedí de él ni supe más. Me fui sabiendo que era un gran futbolista y que seguramente iba a tener un gran futuro. Sólo tenía 10 años cuando dejé de verlo. Han pasado 8 años de eso, si me lo topo en la calle, no creo reconocerlo... Y tampoco creo que él quiera verme. No pude no decirle adiós y no intenté saber de él.

Camino hacia el comedor donde están todos: mis papás, Alexander (mi hermano mayor) y Camila (mi prima-hermana que me odia). Los saludo y me siento a lado de mi hermano quien me aprieta la mano cariñosamente. Lo miro sorprendida pero no pregunto nada y le sonrío.

Todo está en un incómodo silencio. Llevo 1 semana y media aquí y lo único bueno han sido mi papá y mi hermano.

Termino con mi fruta y quiero levantarme pero la voz de mi mamá me detiene.

-Irlanda, necesitamos hablar contigo. ¿Puedes ir a la biblioteca, por favor? -miro a Alex' quien me da una sonrisa y asiento.

-Claro, mamá -me levanto y abro pasó hacia donde ella me ha indicado. Entro y observo todo en lo que ella llega. Escucho sus pasos y los de alguien más. Me siento de inmediato y oigo una pequeña discusión con papá. No escucho sobre qué es.

La puerta se abrie y ella me muestra sus perfectos dientes. Papá no, él está... ¿molesto?

Tomo aire y me cambio al asiento del escritorio.

-¿Y bien?

-Hija, sé que te parece extraño que hayamos planeado tu viaje desde París de un momento a otro pero los motivos son realmente fuertes. Te necesitamos y por eso lo hicimos -Sus palabras me dejan más que desconcertada. ¿Qué?

-Mamá...

-Seré breve. La constructora está en serios problemas. Estamos a nada de la quiebra. Necesitamos un socio y no lo hayamos por ningún lado. Tanto tu padre como yo buscamos soluciones para esto pero no encontramos una que sea buena para llevarla acabo. Apareció una persona dispuesta a ayudarnos con esto, pero necesita o... Quiere algo a cambio de ello...

-A ver, mamá. Entiendo la situación y todo, pero... ¿qué tengo que ver yo en todo esto?

-No me dejaste terminar de hablar -Asiento -Te vas a casar -Y un balde de agua más que helada me cae encima. ¿Escuché bien? Miro a mi papá.

-Yo no estoy de acuerdo con esto, mi amor -murmura mirándome con tristeza.

-¿Quieres que la jodida empresa salga de esto? -grita mamá furiosa.

-Debe haber otra solución, Érika.

-No la hay. Y esto está más que amarrado. El acuerdo está listo con Raúl -yo sigo en shock. Papá se levanta furioso y se va. Yo miro a mi mamá.

-No puedo casarme... Mamá, tengo 18, ¿quién se casa a los 18?

-Tú -responde fríamente. Y entonces recuerdo que ella siempre ha sido así. No le importa nada más que hacer su santa voluntad.

-Mamá, yo dejé...

-Dejaste un novio allá. Lo sé, pequeña. Lo sé. Pero si él te importa de verdad, harás lo que te estoy diciendo, ¿verdad? -me muestra una foto de él. Mi corazón se acelera.

-Eres un monstruo... -susurro apretando los dientes y los puños. Sabía cómo iba a reaccionar e ideó todo desde un principio.

-Ay, mi niña -me responde sarcástica -Tengo la vida de... Este en mis manos. Y de ti depende lo que le suceda. Así que... ¿qué piensas hacer?

-Ahora recuerdo por qué nunca te quise -le respondo conteniendo las lágrimas. Se ríe.

-Es la última vez que te lo pregunto: ¿Qué harás? -se coloca detrás de mí y juega con mi cabello. Se me eriza la piel. Esta mujer es el diablo. Pero es mi mamá y me tiene en sus manos. Alejandro no tiene nada que ver en este. Él tiene que estar bien. Respiro pesadamente y finalmente respondo:

-Me voy a casar...

"Soy de ti"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora