Capítulo 39

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Siento que me mareo de sólo pensar que Raúl realmente vaya ahí.

Martha me mira seria, pidiendo una explicación a lo que acabo de decir.

-El tipo que me dio el sobre con la foto me dijo que Raúl se iba lejos... en un avión que seguramente estaba tomando...

-No puedes asegurar que mi hijo iba ahí. ¡No puedes!

-Mamá, cálmate. Esto es tan duro para ti como para ella -Martha me vuelve a mirar y se acerca; se acomoda a un lado mío y me aprieta la mano.

-Lo siento, Irlanda. Yo... estoy desesperada. No entiendo nada...no entiendo absolutamente nada de esto. ¿Qué sucede en la vida de mi hijo? -aprieto su mano libre y asiento.

-Pronto lo sabrás, lo prometo -Alexander se levanta y toma su chaqueta.

-Todo estará bien -me sonríe y sale del departamento. Yo sólo quiero que Raúl vuelva sano y salvo.

***

Son las 3 de la mañana y no puedo pegar los ojos. Qué desesperación. Alexander me llamó para decirme que necesita que amanezca para hacer algunos movimientos y ver la manera de que le digan si Raúl tomó ese vuelo o no.

El alma se me cayó a los pies cuando buscamos su pasaporte y sus documentos y extrañamente no hallamos nada.

Subo a la recámara para estar un rato sola, aunque no pueda dormir. No me he quitado la camisa de Raúl y no pienso hacerlo. Pongo música en mi celular; extrañamente es el mismo instrumental con violín que siempre escucho.

Nuestra canción...

Cierro los ojos con lágrimas en ellos y abrazo la almohada que Alonso abraza siempre que va a dormir.

Por instinto levanto la vista y me quedo paralizada al ver a Ximena frente a mí. Sonríe y se acerca a la puerta para meterle seguro. Se acerca a mí y se sienta en la orilla de la cama.

-Te quedaste con él... con todo esto... -señala la habitación -Su fama, su dinero... Él -cada palabra que suelta destila veneno -Siempre fue tuyo... siempre fuiste suya... Todo lo que pasó no fue más que obra del destino.

-Ximena...

-Shh... escúchame -interrumpe -Karla no fue más que alguien a quien la vida usó para unirlos. Esa maldita... -se acerca a mí y yo por instinto me alejo.

-¿Qué quieres?

-Vine por Raúl -Mi corazón se acelera increíblemente. Tengo que confesarlo: pensaba que era Ximena con quien estaba. Niego y ella se sorprende ante ello. Saca un arma y la apunta hacia mí.

-Él no está en casa...

-¡Mientes! -susurra llorando furiosa.

-Quisiera que fuera una mentira -gira el rostro a la cortina azul marino que está a nuestra izquierda. La voz de alguien me sobresalta. ¿De qué se trata esto?

-Ay, Julietita... - paliezco al oír aquello. Sólo hay una persona que me ha dicho así en mi vida.

-Karla... -mi voz está llena de pánico. El cuerpo entero me tiembla y ella sale con una sonrisa triunfante en el rostro.

-Sigo viva, amor mío. Nunca estuviste convencida de la supuesta muerte, lo sé. Pensaba ocultarme más tiempo pero la situación no me dejó -Sonríe al ver la cara de idiota que seguramente tengo y con la sola mirada intimida a Ximena. Ésta baja el arma y se aleja hacia una esquina. Empieza a temblar y se sienta abrazando sus piernas y meciéndose mientras tapa sus oídos.

-¿Qué le diste? -La miro asustada. Ella se ríe y saca una bolsita pequeña con una pastilla dentro. La levanta y la mira.

-Es una maldita drogadicta, Irlanda. ¿Ya lo olvidaste?

-Vete -se ríe.

-¿En dónde está Alonso?

-¡No lo sé, vete! -No quiero llorar frente a ella. No quiero. Karla toma el arma y justo cuando me apunta la puerta de la habitación se abre de una patada. Ambas miramos y Diego con Miranda aparecen frente a nosotros.

Karla me jala de inmediato y pone el arma en mi cabeza.

-Baja eso...

-Dile a Raúl que si no se va conmigo en este momento, la voy a matar -Yo permanezco callada. Miranda está completamente pálida y Diego sólo intenta mantenerme a salvo.

-El no está. No sabemos qué sucedió... entiende...

-Estás mintiendo -empieza a sollozar y mira a Ximena; ésta empieza a llorar.

-Eres una estúpida, Karla... ¿Nunca te diste cuenta que Camila quería con Raúl? -me quedo completamente quieta -Esa mujer siempre estuvo detrás de todo lo que sucedió. Fue silenciosa.

-¿Qué? -Karla me suelta poco a poco. Diego me jala hacia él y me abraza para intentar calmarme. Quiero pedir una explicación pero Diego me mira negando.

-Se le insinuó a Raúl un par de veces. Ella me buscaba para hacerse "mi amiga" pero lo único que queria era deshacerse de mí. Nunca fue obvia, estaba jugando su juego y mucho mejor que el tuyo... -se ríe y llora al mismo tiempo. Karla levanta el arma y le apunta. También llora, ambas están locas y me volverán loca a mí si seguimos así.

-Déjala hablar -ella sabe algo que nos puede llevar con el paradero de Alonso, estoy segura. Karla me mira. Diego no suelta mi mano, sabe que me lo voy a tirar encima hasta que me diga qué sucedió.

-Ella lo secuestró. Yo la vi. Yo siempre supe todo. Por ella maté a tu engendro -suelta furiosa.

-¿Y obedeciste tan fácilmente? -espeta Karla furiosa.

-Lo hice porque también me convenía a mí... Camila es una genio. Siempre te llevó la delantera. Siempre iba un paso adelante; mientras tú pensabas en desaparecer a Irlanda y a mí, ella veía la manera y el momento exacto de largarse con Raúl. Quise jugar mi juego pero no hallé la manera... No supe cómo y me ganó... esa maldita ganó...

-¿En dónde está Raúl? -me mira y empieza a llorar -¡Habla! -grito desesperada.

-Tomó el vuelo... -mi respiración se empieza a hacer pesada

-¡Mentira!

-Tomó ese maldito vuelo... No pude hacer nada para detenerlo. Tomó el vuelo...

"Soy de ti"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora