Capítulo 35

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Miro por la ventana tocando mi vientre. Hoy no es el mejor de los días. En serio que no. Me siento deprimida. Paso mi mano por mi vientre acariciando e imaginando que él sigue ahí, donde estuvo por un mes.

Las lágrimas se acumulan en mis ojos y no puedo evitar sollozar.

Ojalá esa mujer se... Me detengo ante mis malos pensamientos y me quedo observando. Quiero salir de aquí.

De la nada intentó resumir mi vida en todo lo que ha pasado. Tengo poco más de un mes de casada con Raúl... ¿O son más? Ni siquiera recuerdo. Para mí todo empezó desde esa noche en mi casa. La cena, la actitud de Alonso. Él en realidad me odiaba. O tal vez quería convencerse a sí mismo de ello. En ese momento jamás pensé que las cosas llegarían a tanto y en tan poco tiempo. Han pasado muchas cosas juntas. Demasiadas.

La puerta de la habitación se abre y Raúl aparece con una bandeja de comida en sus manos.

-Hola, amor -murmura colocando la bandeja sobre la cama. Sonrío.

-Hola -besa mi frente y me sonríe.

-Tu desayuno -la noche entera la pasé despierta, pensando. ¿Cuándo me darán de alta? Raúl me da la comida en la boca (cosa a la que me rehuso pero le vale) cuando entra Iñaki.

-Buenos días, chicos. Me alegra que estés comiendo bien -Raúl sonríe y yo intento hacer lo mismo -Te daré de alta en un par de horas. Raúl ya prometió cuidarte y eso es bueno. Estar tanto tiempo aquí tampoco te ayuda mucho. Irás a tu casa pero... -sus labios se aprietan en una línea -Tienes que evitar estar sola. Cuando Raúl deba irse tiene que dejar a alguien contigo. Ya sea su hermana, una amiga o no sé. Haz estado pasando cosas fuertes en los últimos días y no queremos que te pongas mal... -bajo la mirada controlando las lágrimas. No las necesito ahora. Iñaki tiene razón, cuando me quedo sola es cuando la depresión me invade.

-Gracias

-Trataré de estar lo menos posible lejos de ella. Solamente cuando tenga entrenamiento -besa mi frente y yo sólo sonrío.

Quiero irme.

***

Las horas que mencionó Iñaki se me hicieron eternas. Son las 12 del día y el sol está intentando calentar el día aunque no le esté funcionando. Hay frío.

Miranda ha estado al pendiente de mí al igual que Martha. Vinieron desde el hospital hasta aquí y no quieren irse.

Martha ya preparó comida y Miranda ayudó mientras Raúl me ayudaba a acomodarme en el sofá. No quise ir a la habitación y dejarlas aquí solas.

Mi mamá me saludó cuando salía del hospital y dijo que tenía que regresar a casa con papá quien no pudo ir al hospital y fue lo mejor.

Mi hermano iba al trabajo y Alejandro también. Me alegró mucho verlos.

El timbre suena y Diego aparece con su muy peculiar sonrisa y acompañado del trío que faltaba de los Raúl. Tenemos casa llena y eso ayuda.

-Hola -saluda André mientras avanza hacia la sala. Cuando me ve se cohibe un poco pero le sonrío y parecer ser que eso lo anima a entrar en confianza. Diego me da un beso en la mejilla y se sienta a platicar un rato con nosotros. Raúl no se me despega y lo agradezco. Me siento extraña siendo el centro de atención pero por el momento no tengo de otra.

Pasan algunas horas más y los invitados de hoy empiezan a reunirse en la cocina hasta que Raúl y yo quedamos solos en la sala. Tengo la cabeza recostada en su hombro y en realidad no estoy prestando atención a la película. Mi mente está muy ocupada y no tiene espacio para nada más.

"Soy de ti"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora